Infiltrar rodilla es poner una inyección intrarticular de sustancias que se pone directamente en la articulación dolorida, que contienen antiainflamatorio y analgésico, un fármaco a base de cortisona, que actua sobre el dolor y la inflamación, cuyo efecto puede durar meses.
No se recomienda más de tres infiltraciones al año.
Recuerda siempre visitar a tu médico para aclarar cualquier duda.