CUANDO ENTRA UN NUEVO MIEMBRO EN LA FAMILIA Y MI HIJO ADOLESCENTE NO SE LLEVAN BIEN

Transcripción del vídeo con el mismo nombre publicado en mi canal de Youtube:


Te pondré un ejemplo:

Estuve casada con mi exmarido y tuve un hijo, que ahora adolescente

Mi marido actual y mi hijo no se llevan nada bien. No es una rivalidad abierta, pero mi

marido siempre se está metiendo con él para que haga cosas que mi hijo no quiere hacer.

- Mi hijo es muy inteligente e independiente. Cuando algo le entusiasma, siempre

destaca en ello, pero le gusta hacer las cosas a su manera y no que le digan lo que tiene que hacer o le hagan de tutor. Así que siempre hay una guerra de poder encendida entre ellos dos, y yo me siento atrapada en el medio.

- Mi marido es algo cuadriculado con respecto a la conducta que deben tener los hijos y se enfada cuando considera que mi hijo le falta al respeto a él o a mí. No comparto su opinión, pero quiero apoyarle, para tener una vida más sencilla y tranquila

- Estoy harta de tanta discusión. Me pregunto si las familias que alguno de sus miembros no la han formado desde el principio realmente pueden ser felices. ¿Hay miembros de la nueva familia que quieran de verdad a los hijos de otros?

Aunque es muy comprensible que te sientas mal por estar entre los dos, esta situación bien te podría ayudar a comprender algo que es de suma importancia:

mantener una relación con otras personas puede ser relativamente fácil. Es decir, cuando

te pidan algo que los haga sentirse mejor y tú estés dispuesta a hacer lo que te pidan, podrás mantener una relación agradable.

Siempre que cumplas con las exigencias de los demás, te apreciarán, y ésta es la manera en que muchas personas llevan sus relaciones. Uno u otro adopta el papel dominante. El sumiso se somete a la persona dominante y este último domina, así cada cual acepta más o menos su papel. (Resulta sorprendente escuchar que un gran número de relaciones son así en mayor o menor grado.)

Pero cuando en la relación entra una tercera persona que te pide algo diferente, los cimientos se tambalean. En tu caso, tu hijo y tú ya teníais una relación. Y aunque no te hubieras dado cuenta, tu hijo había asumido el papel dominante y tú el sumiso, que se adaptaban bien a vuestras correspondientes personalidades. Puesto que tu hijo es una persona segura de sí misma —y bastante autosuficiente— y la vida le iba bastante bien, a ti no te parecía necesario tener más control.

Pero cuando tu pareja actual entró en escena queriendo adoptar el papel dominante, hizo que todo se tambaleara.
Que hacer cuando mi hijo adolescente


Para ti no es tan difícil complacer sólo a una persona, pero al tratarse de dos, cada una con exigencias diferentes, deberás elegir a quién quieres complacer. Y si son como la mayoría de las personas —que creen que se sienten mejor cuando consiguen de ti la respuesta que ellos desean—, tienes un problema, porque no puedes complacer a ambos.

Bajo esas condiciones, a cuantas más personas desees complacer, más fracasarás en el intento y todas se sentirán peor.

Según como se mire, es halagador que piensen en ti lo suficiente como para preocuparse de lo que piensas o haces, pero en el fondo es una trampa. Simplemente no puedes vivir para satisfacer los requisitos de otras personas. Y la única oportunidad de tener éxito en un escenario semejante será limitar de forma radical tus relaciones.

En otras palabras, te darás cuenta de que sólo puedes complacer a un amo.

Te animo a que tomes una decisión, aunque es muy posible que, a las personas de tu entorno, a las que has acostumbrado a esperar ciertas conductas por tu parte, no les guste demasiado.

Decide que de ahora en adelante vas a trabajar para sintonizar de forma vibratoria tu yo físico con tu yo espiritual. Vas a hacer todo lo posible para sintonizar tu pensamiento actual con la versión más aumentada de tu yo, y dejarás fuera de esta ecuación a los demás y sus opiniones.

Aunque al principio esta nueva decisión pueda parecer complicada, te ayudará mucho, porque no puedes realizar suficientes cambios para complacerlos a todos, y si lo intentas, te sentirás fatal y tampoco los satisfarás.

Para sintonizar tu yo físico con tu Yo espiritual, para ser un IGUAL Vibratorio con tu Ser Interior, has de tomar la decisión de complacerte a ti misma.

Cuando estás en EQUILIBRIO puedes ofrecer lo mejor de ti a los demás, aunque ellos también tendrán que hacer lo mismo para estar satisfechos. Enséñales que su felicidad depende de ellos, y de este modo por fin serás libre.

Empieza siempre desde donde estás en este momento y esfuérzate un poco para mejorar la emoción de las siguientes afirmaciones:

- Mi marido y mi hijo no se llevan bien

- No se gustan mutuamente

- Mi marido es demasiado susceptible cuando trata con mi hijo. Mi hijo empeora a propósito las cosas.

Así es como te has sentido. Ahora intenta buscar pensamientos que te hagan sentirte mejor. Puesto que es un tema que aparece a menudo en tu vida, tendrás muchas oportunidades para trabajarlo, y cada vez que dediques un tiempo a ir a favor de la corriente —aunque no exista la evidencia de una mejoría—, tu sintonización personal habrá mejorado. Si eres constante en tu determinación de sintonizar con este tema, podrás influir en la situación, y al final se producirá el cambio en el plano material.

Además, tendrás el beneficio extra de sentirte mucho mejor incluso antes de que empiecen a cambiar su actitud.

Realmente vale la pena observar que una gran parte del desequilibrio de ellos dos se debe a tu respuesta a lo que está pasando. Los dos te están utilizando para justificar su contracorriente, su estar fuera del propio equilibrio con respecto a su vibración, y cuando dejes de expresar tu opinión discordante, toda la situación se suavizará notablemente. Es decir, puede que todavía siga el fuego encendido, pero tú no le echarás más leña. Sigue buscando afirmaciones que te ayuden:

- Los dos son personas estupendas.

- Están intentando encontrar su lugar en esta nueva familia que hemos creado.

- Aquí hay tantas modalidades de juego, pero no tengo por qué conocerlas todas.

Podrías quedarte aquí. Te sientes mejor. Ya has hecho tu trabajo de momento. Pero

sí te apetece continuar, podrías beneficiarte del impulso que has logrado, y seguiría de esta forma:

- Me doy cuenta de que he exagerado esta situación, y de que cuando deje de hacerlo, mejorará.

Esta última afirmación hace que te sientas peor que las anteriores porque una vez

más estás intentando responsabilizarte de su relación. Sólo tú sabrás si una afirmación te

ayuda a sentirte mejor o peor porque lo sentirás en tu interior; continúa tu trabajo de ir a favor de la corriente:

- Esto también pasará.

- Mi hijo acabará marchándose de casa y haciendo su propia vida.

Este pensamiento te es incómodo porque no quieres que tu hijo se sienta mal en casa y decida marcharse. Cambia las palabras de la frase para que puedas sentirte mejor, por ejemplo:

- Los hijos quieren su independencia.

- La mayoría de los jóvenes quieren ser independientes mucho antes de que puedan serlo. Es normal que los jóvenes se enfrenten a cualquiera que intente dominarlos o que vean peligrar su dominio.

- Es natural que los jóvenes se pongan en contra de cualquier persona nueva que intente decirles lo que han de hacer.

Aunque este pensamiento te tranquiliza respecto a la conducta de tu hijo, hará que te sientas peor respecto a la de tu marido. Ahora intenta cambiar eso también, por ejemplo:

- Todo esto es muy nuevo para mi marido.

- Sé qué hace lo que cree que es mejor para mi hijo.

- Está intentando encontrar su papel en esta nueva familia.

- Ya veo cómo puedo marcar las pautas en todo esto.

- Cuando no deje que esto me afecte y pueda mantener mi equilibrio, conseguiré un

efecto positivo.

- A todos nos gusta sentirnos bien, y el hecho de que yo me sienta bien, pase lo que pase, tendrá un efecto positivo.

- Sentirse bien puede ser contagioso.

- Siempre se me ha dado bien cambiar de estado de ánimo.

- Me gusta ser y estar alegre.

- Es fácil tomarse la vida demasiado en serio.

- Aquí no pasa nada malo.

- En el gran esquema de las cosas, todo va de maravilla.

- Voy a alegrarme viendo la evolución de mis deseos.

- Voy a disfrutar experimentando el beneficio de mi armonía personal.

- No tengo intención de controlar a nadie, pero va a ser muy divertido observar mi poder para influir.

A medida que vayas practicando y consiguiendo pensamientos a favor de la corriente, tu poder para influir será muy grande comparado con el que tenías cuando tus Energías estaban divididas. La lucha que has estado experimentando ha favorecido a aclarar tu deseo, y con la práctica de tener pensamientos a favor de la corriente, sintonizarás con la versión mejorada de esta relación.

Que tengas un maravilloso día
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