Entre los fines terapéuticos de la crioterapia se encuentran la disminución de la temperatura corporal y la inflamación, así como sus posibles efectos beneficiosos sobre la circulación, porque al tratarse de un vasoconstrictor, favorece la reducción del dolor y colabora en la aceleración del proceso de recuperación en caso de lesión.
¿En qué consiste la crioterapia?
La aplicación del frío es un recurso muy antiguo. Ya Hipócrates utilizaba el agua fría y la nieve para el tratamiento de las hemorragias, el dolor y la inflamación. En la actualidad, su aplicación está muy generalizada tanto en el uso doméstico como por los médicos deportivos, ya que es fácil de usar, tiene beneficios a corto plazo y es poco costoso.
Se trata de aplicar frío sobre la piel, lo que produce una destrucción local de tejido de forma eficaz y controlada. A nivel celular provoca ruptura de la membrana celular, desnaturalización de las lipoproteínas y alteraciones metabólicas.
Lo ideal es aplicar la crioterapia en sesiones cortas, de dos o tres minutos en sensaciones térmicas durísimas, cercanas a los 200 grados bajo cero, y repetirlo durante 10 días seguidos.
Beneficios
Cualquier persona que sufre un golpe o una contusión puede utilizar la crioterapia de manera fácil y cómoda. Sólo es necesario aplicar agua fría, una bolsa de hielo, un paño húmedo, un gel o un spray de frío sobre la zona dañada.
En medicina deportiva, sus efectos están más que comprobados científicamente. Funciona como analgésico y anestésico, y es un potente antiinflamatorio, ya que disminuye la llegada de sangre a la zona dañada, por lo que es de gran utilidad en casos de esguinces, inflamaciones y contusiones.
Sus beneficios, según los especialistas, son claros: calma el dolor, mejora la circulación, fortalece los vasos sanguíneos, disminuye el tiempo de recuperación tras una enfermedad o una intervención quirúrgica, libera endorfinas, quita el estrés, oxigena las células, mejora la calidad y los trastornos de la piel (dermatitis atópica, psoriasis, acné, celulitis...), elimina toxinas, quema calorías, mejora el insomnio, aumenta la energía y regula el organismo en todos los niveles.
Además, múltiples estudios han encontrado que la crioterapia, aplicación de hielo en la herida quirúrgica, es segura y efectiva para reducir el dolor después de algunos tipos de operaciones, como los procedimientos ortopédicos. Sin embargo, los investigadores no han estudiado el uso de la crioterapia en pacientes sometidos a una gran incisión, como las operaciones abdominales.
Es decir, funciona como vasoconstrictora, analgésico, anestésico, antiinflamatorio aumenta la tensión arterial.
Riesgos
Este tipo de tratamientos no es aconsejable en embarazadas, pacientes con alteraciones vasculares con insuficiencia arterial o cardiopatías, y pacientes en tratamiento oncológico o que padecen algún tipo de cáncer.
Los riesgos de la crioterapia por mal uso abarcan desde ampollas y úlceras que llevan a que se presente dolor e infección, hasta cicatrización, especialmente si la congelación fue prolongada o resultaron afectadas áreas más profundas de la piel y cambios en el color de la piel (la piel se pone blanca).
¿Para qué se recomienda?
Los especialistas recomiendan la crioterapia, ante una lesión aguda para uso doméstico, el método anglosajón RICE (Rest, Ice, Compression and Elevation), es decir, reposo con hielo, con presión y en elevación. Este método consiste en colocar sobre la piel alguna protección, como un paño o una venda húmeda y aplicar encima una bolsa de hielo durante 10 minutos, descansar otros 10, aplicar otros 10 minutos, y 2 horas después volver a repetir este procedimiento, así durante las primeras 72 horas.
Tras la lesión, la aplicación de hielo es fundamental durante estos tres primeros días, ya que ayuda a disminuir el edema que se produce cuando se lesiona un músculo y hace que la recuperación sea más rápida.
Se puede aplicar en caso de esguinces, en etapa aguda (hasta 3 días de ocurrido), tiene efectos para disminuir las inflamaciones traumáticas, torceduras... En estos casos se aplica porque aminora y desacelera los procesos de inflamación. Como antiemético en el aparato digestivo. También en casos de inflamaciones vasculares (jaquecas, migrañas, etc...). Para el tratamiento de insolaciones y golpes de calor. Para disminuir la fiebre. Como método destructivo para tratar tumoraciones en piel (cáncer de piel) ) o en otros órganos, en este caso se puede llamar también criocirugía. También para extirpar verrugas o destruir lesiones cutáneas precancerosas (queratosis actínicas o queratosis solares).
La criosauna
Las criosaunas son unas complejas cámaras, con una altura máxima de dos metros y no más de 380 kilos de peso ?se necesita un espacio de unos diez metros cuadrados para su correcta instalación, que exponen al organismo a temperaturas de entre -110 y -196 grados. El tiempo de cada sesión es de entre uno y tres minutos ?tres minutos y medio o cuatro como muchísimo, dependiendo de la constitución y la condición física de la persona, indican los expertos, lo que es suficiente para mejorar nuestros mecanismos de defensa y activar al cien por cien la circulación sanguínea.
Son muchos los famosos, y no tan famosos, que se han visto seducidos por la crioterapia y en concreto por la sauna criogénica (criosauna), una de las últimas modas en salud y belleza, exponiendo sus cuerpos a temperaturas de hasta 200 grados bajo cero durante unos pocos minutos.
La crioterapia nació hace ya más de tres décadas, pero no es hasta ahora cuando la criosauna se pone de moda en España gracias al jugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo que incluso ha adquirido una criosauna para su casa valorada en unos 45.000 euros.
Sin embargo, la criosauna o crioterapia de cuerpo entero es una práctica habitual desde hace años en algunos países de Europa del Este. De hecho, las criosaunas están muy extendidas en Rusia, Ucrania y Polonia, donde incluso hay saunas de la Seguridad Social que los ciudadanos pueden utilizar diez veces al año.
La crioterapia ?y en concreto la criosauna? también es utilizada para adelgazar, llegando a quemar más de 200 calorías en una sola sesión, según apuntan algunas clínicas de belleza que utilizan este método.
Más allá de su utilidad en la lucha contra la obesidad, a nivel estético, la crioterapia sirve también para reducir la celulitis, fortalecer el pelo y las uñas y como efecto antiarrugas, entre otras muchas ventajas, además de ayudar a conciliar el sueño. Incluso, afirman, mejora las relaciones sexuales porque libera endorfinas ?también llamadas hormonas del bienestar? y aumenta la libido.
En el caso concreto de los deportistas, además de liberar toxinas tras el ejercicio físico, consiguen regular instantáneamente tanto el PH de su cuerpo como el ácido láctico. En cuestión de una hora, el deportista puede estar recuperado perfectamente. Pero también mejora el rendimiento deportivo de los atletas gracias al aumento de testosterona (repercute en la masa muscular), del nivel de hematocrito (glóbulos rojos en la sangre) y EPO, así como a la liberación de endorfinas, "observándose mejoras a nivel emocional". Y ello, apuntan los médicos, permite al deportista encontrar un mayor equilibrio emocional, afrontando la competición en las mejores condiciones mentales.
Una sola sesión de criosauna puede costar entre 80 y 120 euros, y aunque no existe un límite en el número de sesiones los expertos recomiendan el sentido común en su utilización. Eso sí, los médicos también alertan de las contraindicaciones, desaconsejando la utilización de las criosaunas a personas con problemas de claustrofobia, alérgicas al frío o que padezcan cardiopatías, hipotiroidismo o enfermedades vasculares.
Otros especialistas también muestran ciertas reticencias sobre los efectos secundarios que este tratamiento pueda tener a largo plazo, sobre todo por los choques térmicos. Suponiendo que en la relación grasa-músculo haya un desequilibrio a favor de la masa muscular, puede producirse un desequilibrio hormonal. Y a nivel estético, cuando el paciente busca adelgazar, advierten que la criosauna por sí sola "no hace milagros", sino que debe completarse con una buena alimentación y ejercicio físico, igual que hacen los deportistas.