Pese a lo que mucha gente cree, esta enfermedad no afecta a la inteligencia o la memoria, las personas conservan su personalidad y sus capacidades mentales. También los cinco sentidos.
Evolución de la ELA
Por norma general, los pacientes mantienen el control de los músculos de los ojos y de las funciones de la vejiga y el intestino. Sin embargo, los músculos responsables del habla, de tragar y de la respiración siempre terminan por verse afectados. La atrofia de estos últimos obligará al enfermo a recibir ayuda mecánica permanente, en caso contrario no podrá seguir viviendo. Esta situación se presenta, en la mayoría de los casos, entre los tres y cinco años posteriores a la aparición de la enfermedad.
La ELA es considerada una de las enfermedades neuromusculares más comunes en el mundo entero. Afecta a todas las personas por igual, independientemente de la raza, la etnia, la edad o el género. No obstante, se ha comprobado el riesgo de sufrir la patología aumenta al envejecer y es que, generalmente, aflige a personas con edades comprendidas entre los cuarenta y los sesenta años. Asimismo hay que destacar que es diagnosticada en un mayor número de ocasiones en varones.
Se sabe que la razón por la que los músculos del cuerpo se vuelven débiles y se atrofian, e incluso se vuelven rígidos en muchos casos (espásticos), es una pérdida progresiva y simultánea de las neuronas motoras, dos tipos de células nerviosas encargadas del correcto funcionamiento de los músculos. Sin embargo, la causa de por qué se produce la muerte de estas neuronas es aún desconocida.
Síntomas y tratamiento
Esta enfermedad afecta a cada persona de forma diferente. No obstante, entre los síntomas más comunes y frecuentes se pueden destacar estos:
Debilidad.
Calambres musculares
Dificultades con el habla, con el tragar y al respirar.
Desequilibrio.
Rigidez.
Presencia de reflejos anormales.
Atrofia muscular.
Músculos que se mueven rápidamente.
Periodos involuntarios de risa y de llanto.
Depresión.
Hasta la fecha no existe cura alguna para la ELA, aunque la investigación ha avanzado mucho en los últimos años. De momento, los tratamientos únicamente están destinados a aliviar los síntomas, retrasar la necesidad de usar un respirador artificial y. en general, mejorar la calidad de vida del enfermo.
Fuentes: National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS) y Adela Vasconavarra.