Hoy estaba pensando en el poco tiempo que tenía esta semana para la compra y cocinar y terminé comprando cocina precocinado. Todo esto me ha hecho preguntarme cómo los nuevos hábitos de vida que vivimos están afectando a nuestra cocina, a nuestra alimentación y a nuestra salud.
Nos que lo veo necesariamente como algo malo, no me cierro en banda a comprar alimentos precocinados congelados, si son de confianza y se qué tipo de productos pueden llevar, pero me parece que el efecto que ha provocado la aparición de este tipo de productos y su rapidísima implantación en nuestra sociedad puede ser un tema interesante de reflexión.
Por otro lado estarían los alimentos congelados que preparamos en nuestra propia casa. Ante esto estoy 100% de acuerdo y creo que no podría vivir sin poder congelar la carne picada, las croquetas, las pechugas que me sobran de alguna receta, la carne de vaca o cualquier producto proveniente del despiece del vacuno o del pollo, tan ricos en nutrientes y tan indispensables para nuestra dieta. Si tuviera que guardarlos en la nevera me tocaría comprar estas partes de la vaca o del pollo de manera individual y sería mucho más caro. En cambio así puedo pedir el pollo entero, despiezado, y congelar las distintas partes pensando en futuras recetas. El mejor invento que se ha hecho.
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