En un post anterior hablamos sobre el ejercicio y cómo iniciarse en la práctica del running así que hoy toca hablar sobre nuestra dieta. En concreto, vamos a hablar sobre los alimentos procesados: qué son y por qué deberías reducir su consumo.
Alimentos procesados: qué son
Los alimentos procesados son todos aquellos alimentos que son tratados y sometidos a diferentes procedimientos físicos o químicos con el objetivo de modificar sus propiedades. Estas modificaciones pueden tener como objetivo alargar el tiempo de conservación del alimento, potenciar su aroma, sabor o color, alterar sus texturas...
Dicho así, todo suena muy bien y muy bonito, el problema es que estos tratamientos modifican la composición nutricional del alimento en su estado natural y, como norma general, estas modificaciones no suelen ser beneficiosas para nuestra salud. Durante estos procedimientos, por ejemplo, los alimentos pierden agua y fibra mientras que se les añade sal, azúcar y grasas. De esta manera, nos encontramos con alimentos menos sanos y que nos aportan más calorías de las que deberían.
Un buen ejemplo son los productos en conserva. En los procedimientos necesarios para enlatar alimentos como atún, mejillones o berberechos estos productos pierden nutrientes como vitaminas o sales minerales mientras que ganan en sal. Dado que uno de los problemas de salud más habituales en la sociedad española es la hipertensión, es fácil atar cabos y suponer que estas alteraciones no pueden ser beneficiosas.
Alimentos procesados: por qué reducir su consumo
A pesar de saber que los alimentos procesados no son todo lo sano que nos gustaría a todos en muchos casos nos resulta muy complicado no recurrir a ellos. A todos nos puede apetecer ocasionalmente disfrutar de un aperitivo en casa basado en unas latas de mejillones y una bolsa de patatas fritas, por ejemplo. Están buenas. Pero no habría que hacer esto de manera muy recurrente ni tomarlo como norma general. Son comidas que nutricionalmente no nos aportan mucho y que simplemente juegan con su buen sabor para atraernos.
La recomendación general es reducir en la medida de lo posible el consumo de los mismos. Existen ocasiones en las que nos resulta imposible no recurrir a este tipo de comidas. Una pizza refrigerada o unos canelones congelados nos pueden sacar de algún apuro pero es necesario conocer que nos aportan menos nutrientes necesarios y sí más azúcares y grasas.
Entre los alimentos que deberías reducir su consumo se pueden mencionar los refrescos (incluso los light o bajos en azúcar), las salsas preparadas, las carnes procesadas como el bacón o las salchichas o edulcorantes artificiales. Estos y muchos otros alimentos procesados los hemos incorporado a nuestra dieta habitual y puede resultar complicado prescindir de ellos de manera total pero sí que puedes reducir su consumo de manera gradual y progresiva.
Puedes leer más sobre qué son los alimentos procesados en "Dieta sana: evita los alimentos procesados" un artículo publicado en mi blog lookandfashion.hola.com/elrincondemiriam.
Algunos consejos y recomendaciones
Para conseguir el objetivo final de reducir el consumo de alimentos procesados se pueden poner en marcha algunas prácticas muy sencillas. Un cambio muy importante del que hay que mentalizarse es en cambiar nuestra cesta de la compra. Antes de hacer la compra semanal o como sea que cada uno se organice, merece la pena dedicar unos pocos minutos a planificar esta compra y anotar lo que necesitamos. Sí, lo que toda la vida se ha llamado hacer la lista de la compra.
Informarse sobre que frutas y verduras son de temporada y adquirir este tipo de productos en detrimento de otros así como de más carnes o pescados frescos es el primer paso para mejorar nuestra dieta.
Otro consejo que me parece muy interesante es tratar de cocinar en casa todo lo posible. Ya que hemos "aprendido" a hacer la compra, que mejor que ponernos a trabajar nosotros mismos esos productos que hemos elegido y seleccionado con tanto cariño. Cocinar en casa, además de ser más sano, supone una actividad que puede ser muy divertida y satisfactoria. Podemos aprovechar el tiempo para pasar más tiempo con nuestra pareja, hijos...Cuidamos nuestra salud y reforzamos los vínculos con quienes más queremos. ¿Se puede pedir más?