Las manifestaciones clínicas más comunes de una enfermedad de transmisión alimentaria son los síntomas gastrointestinales, aunque también pueden aparecer síntomas neurológicos, ginecológicos, inmunológicos y de otro tipo. La ingestión de alimentos contaminados puede ser causa de insuficiencias multiorgánicas, pudiendo llegar a producir cáncer.
Las ETAs constituyen una amenaza para la salud pública de toda la población tanto en países desarrollados como los que están en desarrollo, siendo más graves sus efectos en los grupos de riesgo. Estos grupos de riesgo están constituidos por individuos que, debido a sus características físicas o biológicas, son más vulnerables ante una intoxicación alimentaria.
Dichos grupos suponen una cuarta parte de la población y son los siguientes:
Niños menores de cinco años
Mujeres embarazadas
Ancianos
Enfermos crónicos: Enfermos con insuficiencias, diabetes,...
Personas inmunodeprimidas: Pacientes con terapia oncológica, enfermos de VIH,...
Grupos propensos a patologíasEn los siguientes artículos de esta serie trataremos cada uno de estos grupos de forma particular.
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