Hay una frase que dice “No vemos las cosas tal como son, sino tal como somos nosotros”. Todos interpretamos la realidad a través de nuestro propio filtro. De nosotros depende ver el vaso medio lleno o medio vacío. Y esa interpretación que hacemos tanto de nosotros mismos como de cuanto nos rodea depende de nuestra autoestima, de cuan merecedores de felicidad nos sentimos.
¿Os habéis preguntado en alguna ocasión por qué hay personas a las que todo les va bien y otras que fracasan y se sienten frustradas? No se debe al azar, al destino, a la casualidad o como queráis llamarlo. El éxito o el fracaso depende de nuestra autoestima.
La persona con una buena autoestima es una persona que se siente segura de si misma, que confía en sus recursos y que, por lo tanto, ve la vida con optimismo y entusiasmo. Se sentirá capaz de probar cosas nuevas y de asumir riesgos, en los obstáculos verá oportunidades para aprender y para crecer como persona. Su carácter optimista y carismático, le permitirá mantener relaciones sanas y satisfactorias.
En cambio, la persona con una autoestima baja dudará de sus propias decisiones, no se atreverá a arriesgarse porque le dan miedo los cambios. Al no confiar en si misma, verá los obstáculos como insalvables y tenderá a estancarse tanto personal como profesionalmente al no atreverse a salir de su zona de confort. Será una persona que busca la aprobación de los demás por lo que tenderá a establecer relaciones de dependencia.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la imagen mental de quiénes somos, qué aspecto tiene nuestro cuerpo, cómo es nuestra personalidad, en qué somos buenos y en qué no,... Es la manera en que nos percibimos tanto a nivel de pensamientos, de cuerpo y de emociones, lo que hará que nos valoremos de una manera positiva o negativa.
Esta autovaloración que es la autoestima hará que nos consideremos más o menos merecederos de respeto, de felicidad y de abundancia.
La autoestima empieza a formarse en la infancia, en la interrelación con nuestros padres, familia, escuela,... y va evolucionando a lo largo de los años.
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra autoestima?
Conocerse a uno mismo
Ser consciente de cuáles son nuestros puntos fuertes, nuestras habilidades y capacidades y cuáles nuestros aspectos a mejorar.
Este autoconocimiento tiene que ser objetivo. De nada sirve que nos autoengañemos y nos creemos una imagen falsa de nosotros mismos.
Si tenemos una imagen lo más real posible de nosotros mismos, seremos menos susceptibles a las críticas y comentarios negativos de los demás.
No te compares con los demás
Ten presente que cada uno de nosotros es único, con su personalidad, su aspecto físico, sus opiniones, sus intereses, aquellas cosas que hace bien y aquellas en las que no es tan bueno.
Te tienes que aceptar tal y como eres, sin perseguir un ideal o pensar que serás feliz o que todo te irá mejor cuando seas como aquella persona a la que tanto admiras.
Compararte con los demás o idealizar a alguien, sólo te generará sufrimiento y una lucha constante contigo mismo.
Por tanto, acéptate tal y como eres, centrate en ti, en tus puntos fuertes, en tus cualidades y poténcialas al máximo.
Cuídate tanto física como emocionalmente
Para sentirte bien contigo mismo, vital, optimista y lleno de energía es importante que cuides tu salud, llevando una buena alimentación, variada y equilibrada en la que no pueden faltar la fruta y la verdura y haciendo ejercicio físico. También es importante que te dediques tiempo a ti mismo para desconectar y aliviar tensiones, puedes hacer aquellas actividades que te gusten como bailar, pasear por la playa, leer,...
Para cuidarte a nivel emocional es importante aprender a relajarse, practicando el yoga, la respiración consciente o la meditación que nos ayudará a aquietar nuestra mente.
Respétate
Respetarse implica aprender a poner límites, a atrevernos a decir que NO en aquellas ocasiones que no podamos o no queramos hacer alguna cosa.
También es importante que no permitamos que otras personas nos humillen, nos critiquen de manera destructiva, nos manipules o nos hagan sentir mal. En estos cases, respetarnos implica hacer saber a la otra persona que no le permitimos este comportamiento o esta falta de respeto hacia nuestra persona.
Cuida lo que te dices
Sé consciente de tu diálogo interior, de qué te dices a ti mismo y de cómo te tratas. Si a menudo te repites frases del tipo “Yo no soy capaz”, “Es que nada me sale bien”, “Fíjate qué desastre que soy”, al final te lo acabarás creyendo y te proyectarás como una persona poco válida y capaz.
Es importante que tú seas tu mejor amigo y que tu diálogo interior sea positivo.
Para tener una autoestima saludable es importante que estos consejos los pongamos en práctica en nuestro día a día. Tan solo así conseguiremos sentirnos bien con nosotros mismos y aumentar nuestra autoconfianza.
Begoña Serra