Lo más seguro es que sea debido a que tienes una piel bastante sensible o incluso puedes padecer dermatitis atópica. Este trastorno tiene un nombre y la verdad es que no suena nada bien, se llama prurito acuagénico, pero no te asustes, ya que no es nada grave y con unas pequeñas pautas el problema está solucionado.
Suele ocurrir cuando la piel entra en contacto con el agua, aunque también puede ocurrir por otros motivos como el sudor, el cambio brusco de temperatura o el contacto con una prenda de fibras sintéticas.
Así que si quieres evitar los picores tras la ducha tienes que tener en cuenta estos tres puntos y revisalos a ver si alguno de ellos te está ocurriendo a ti.
Los picores pueden aparecer por tres motivos:
Cuando el agua es muy calcárea.
La temperatura del agua es demasiado caliente.
Tu jabón o gel contiene sustancias irritantes.
Para evitar estos picores tienes que hace duchas cortas con agua tibia, de cinco minutos serian óptimas.
Usa siempre un jabón o gel suave, que no contenga sulfatos para que no agreda tu piel.
Otra opción sería usar un aceite de ducha que limpie y nutra.
Cuando te seques hazlo siempre sin frotar, para ello realiza suaves presiones con la toalla.
Si tu piel es muy reactiva y aun con todos estos consejos, el picor persiste, te recomiendo pulverizar agua termal por todo el cuerpo para que esta se calme.
Aquí te dejo más consejos sobre salud. Espero que te sean útiles.