Hay miedos y fobias que se arraigan en la personalidad desde la infancia: ¿Quién no ha temido alguna vez adentrarse en el mar cuando no hacemos pie? ¿Quién no se ha sobresaltado viendo a alguien querido cerca de un precipicio? ¿Y qué decir de la oscuridad? ¿Y de los ascensores? De entre estos miedos hay uno que ataca a mucha gente una vez al año más o menos, el miedo al dentista. Para que esto no ocurra la visita al dentista tiene que convertirse en un hábito.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 15% de la población mundial tiene miedo al dentista, también conocida como odontofobia. Y lo más curioso es que desde hace años la consultas y los aparatos de los dentistas están preparadas para que el paciente esté relajado y para que no sienta ningún tipo de dolor.
"El origen del miedo al dentista está vinculado a experiencias infantiles, así que es la responsabilidad de la gente que trabajamos en clínicas dentales que los niños no se traumen, y que no arrastren esos traumas hasta la edad adulta", destaca la doctora Casillas, directora de la clínica Ortoclinik.
"Ni que decir tiene que las clínicas dentales han avanzado radicalmente en estas últimas décadas. Aquellos olores, aquellos ruidos, aquellos aparatos han dado paso a la tecnología y la modernidad. Ahora sabemos que una boca bonita es una boca sana pero además pensamos el bienestar psicológico del paciente", recalca la doctora.
Entre los consejos que nos apunta la doctora Casillas para que los niños no tengan miedo de acudir al dentista destacan:
- La visita al dentista tiene que ser un hábito.
- El niño tiene que conocer a los doctores y saber que no va a ocurrir nada.
- Regalos e incentivos: pegatinas, juguetes… es aconsejable que el doctor le premie por su valentía.
- Los padres deben evitar expresiones como: “la doctora no te va a hacer daño”, “no te van a pinchar”, "no tengas miedo…”.
- Tanto el espacio como el personal de la clínica tiene que estar dirigido al público infantil (colores, uniformes simpáticos…).
- Dejar a los niños jugar a “ser dentistas”, poniéndoles mascarillas, batas…
- Si asisten varios hermanos que los más pequeños pasen cuando tratan a los mayores. Que los niños estén juntos en algunas salas. Si ven a más niños tratándose se motivan entre ellos.
¿Sufres de odontofobia?
Imágenes (por orden de aparición): Bacteriano/Flickr y d i l l w e e d/Flickr.