Los macerados son ideales para uso cosmético y se pueden usar como un aceite facial para ayudar a hidratar y regenerar la piel o en forma de ingrediente en un cosmético ecológico como lo realiza el laboratorio Matarrania.
Los aceites base comúnmente utilizados son de oliva o girasol y el proceso es bastante simple ya que consiste en introducir las hojas o flores secas de la planta en un aceite base y dejar que las propiedades se absorban.
Muchos de los aceites que se pueden comprar en el mercado se obtienen “presionando en frío” las semillas de la planta. El aceite de oliva, el aceite de girasol y los aceites de semillas de rosa mosqueta son excelentes ejemplos.
Sin embargo, hay algunas plantas que no contienen la cantidad suficiente de aceite para obtenerlo mediante el prensado como podría ser la caléndula que es donde entra la maceración.
Debido al riesgo de infección microbiológica causada por la infusión de hierbas húmedas y frescas en aceite, es esencial usar solo hierbas y flores secas para evitar el deterioro del producto.
Cómo hacer una maceración
La maceración es un proceso que se puede realizar en casa de forma segura, sin embargo, se deben tener en cuenta unas pautas para asegurarse de que el producto obtenido es de calidad.Si desea extraer las propiedades terapéuticas de una planta en particular en aceite, en primer lugar, necesitará un aceite base de buena calidad como el aceite de oliva, el aceite de girasol, el aceite de almendras dulces o incluso el aceite de jojoba.
Cada planta cuenta con propiedades muy concretas y es importante estudiar previamente qué aceite base es el adecuado para los beneficios que se quieran obtener.
En este aspecto, también es importante tener en cuenta la clase de piel que se tiene para optar por la mejor opción. En el caso de pieles grasas, se debe evitar el aceite de oliva ya que podría llegar a obstruir los poros, por eso, sería más recomendable optar por un aceite de girasol o aceite de jojoba para obtener los resultados deseados.
En segundo lugar, se debe dejar secar el material para obtener un buen macerado. Se puede usar materia vegetal fresca, pero se debería reemplazar regularmente en la maceración porque contendrá mucha agua que podríaenranciar el aceite y estimular el crecimiento microbiano.
Asimismo, se deben picar las plantas lo más finamente posible, de este modo se rompen las paredes de las células de la planta y se estimula que más compuestos solubles de la planta se infundan en el aceite base.
A continuación, se deben introducir las plantas picadas en un recipiente de cristal hermético y llenar de aceite hasta la parte superior. Es importante asegurarse que todo el material vegetal esté cubierto por el aceite.
La maceración funciona mejor cuando se hace a fuego suave. La forma tradicional consiste en poner la materia vegetal seca y el aceite en un recipiente hermético, como un frasco de vidrio, y colocarlo en un lugar cálido y soleado durante un máximo de tres semanas.
La luz del sol calentará suavemente el aceite y extraerá muchas de las propiedades de la planta. Aproximadamente cada semana, se deben reemplazar las hierbas maceradas con material vegetal nuevo para que pueda continuar extrayendo más propiedades terapéuticas en el aceite base.
Algunos aceites son más vulnerables al enranciamiento que otros, por lo que es una buena idea incluir entre un 0,5% y un 1,0% de vitamina E en la maceración antes de comenzar. La vitamina E, o tocoferol, es un poderoso antioxidante y puede ayudar a evitar que los aceites se pongan rancios demasiado rápido.