En muchos sitios de internet, cuando vamos al médico, a los servicios de urgencias,... siempre nos hablan de la importancia de beber abundantes líquidos (tanto para la prevención como para ayudar a la curación cuando ya existe una infección).
No siempre se precisa que abundantes líquidos, no implica el consumo de cualquier tipo de líquidos. Es bastante obvio que el alcohol nunca beneficia, puesto que de hecho es un agente irritante (igual sucede con el té y café), pero quizás no todo el mundo sepa que las bebidas con gas tampoco ayudan a una mejora en los problemas urinarios.
De hecho, desconozco algo más saludable para los problemas urinarios que la misma agua.
El hecho de beber agua en abundancia es algo que aporta una ayuda muy importante puesto que incrementa el volumen y la frecuencia de las micciones, lo que a su vez facilita el arrastre de las bacterias al exterior.
Cuanto más tiempo se da entre una micción y otra (problema que puede deberse a un escaso consumo de agua o a retención de líquidos, entre otros), más se acumulan las bacterias en el tracto urinario, y digamos que se hacen con el terreno.
Por ello, es importante un consumo diario de agua de al menos dos litros, de manera que evitemos tiempos muy prolongados entre micción y micción. Incluso, deberíamos evitar pasar toda la noche sin ir al baño, bebiendo algo más de lo habitual antes de ir a la cama.
Muchas mujeres dirán que no tienen costumbre de beber agua, que no lo llevan bien por esa falta de hábito... pero opino que es tan solo cuestión de adquirir dicho hábito. Realmente tomar un vaso de agua cada hora no es tanto sacrificio, y por sí solo ya genera un volumen de orina suficiente para evitar buena parte de las infecciones que sufrimos. Por otro lado, ese incremento en la ingesta puede ser gradual, y llega un momento en que tu propio cuerpo te pide esas cantidades de agua.
Otros aspectos relevantes en relación con el agua
En muchos sitios he leído como un consejo la ingesta de bicarbonato sódico disuelto en agua. El efecto del bicarbonato es que hace la orina más alcalina (menos ácida) y por tanto un medio menos agradable para el desarrollo de bacterias.
Si incrementar nuestro consumo de agua puede ser en parte difícil, hacerlo además incluyendo bicarbonato en algunas de las ingestas puede ser desagradable en exceso. Sin embargo, hay un aspecto importante a tener en cuenta y es que dicho consumo podría hacerse de manera más fácil y continuada en el tiempo. Muchas de las aguas disponibles en el mercado (algunas más caras y de marcas muy conocidas, y otras no tan caras...) son muy ricas en bicarbonatos. Basándome en las búsquedas realizadas y en mi propia experiencia, he podido ver como la ingesta regular de este tipo de aguas mejora mucho mis molestias urinarias. En concreto, ayuda a que orinar no sea algo tan molesto como venía siendo normalmente.
Para que os podáis orientar, tras revisar muchas etiquetas de aguas de mercado y ver las que pueden ser más ricas en bicarbonatos y por tanto favorables para crear el efecto que os comento, normalmente deberíamos consumir aguas que al menos dispongan de 275-300 mg/l en bicarbonatos. Simplemente, observad la etiqueta del producto la próxima vez que vayáis a realizar la compra y veréis qué aguas cumplen estas propiedades.
Probad esto en un período en que no tengáis infección, y valorad resultados en cuestión de muy pocos meses.
Comentaros también que llevo algún tiempo creando y alimentando mi propio blog en relación con las cistitis y algunos remedios para solucionarlas. En él estoy recogiendo información a través de distintas fuentes y de mi propia experiencia, que creo que puede ser muy útil para que todas solucionemos de una vez por todas estas molestias.
Os dejo el link por si queréis visitarlo y aportar ideas con vuestros comentarios:
http://lacistitis.blogspot.com.es/