Colaboración de Srta. Natalia Méndez Sarria
Psicóloga
Los trastornos de alimentación están cada vez más presentes en la sociedad debido a la preocupación exagerada por nuestra imagen; una imagen que al no conseguirla crea desajustes que pueden desembocar en un trastorno psicológico, como es el caso de la anorexia y la bulimia, y éstas traer graves consecuencias en la salud oral.
Según la Asociación Americana de Psicología (APA), en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), define la anorexia nerviosa como el rechazo a mantener un peso corporal mínimo normal, miedo intenso a ganar peso y una alteración significativa de la percepción de la forma o el tamaño del cuerpo; y la bulimia nerviosa consiste en atracones (consumo a lo largo de un periodo corto de tiempo de una cantidad de comida muy superior a la que la mayoría de individuos comería) y en métodos compensatorios inapropiados para evitar la ganancia de peso, además, la autoevaluación está excesivamente influida por la silueta y el peso corporales (pp. 553).
Efectos bucales de la anorexia y bulimia
Es común encontrar efectos producidos principalmente por el vómito y la inadecuada alimentación; los más frecuentes son los descritos por Ochoa, Dufoo y León (2008): erosión dental, sialoadenitis y xerostomía.
Erosión dental: es la lesión con mayor prevalencia en estos pacientes y la primera en aparecer. La mayor parte de la erosión se encontrará en la cara palatina de los dientes superiores. Por otra parte, también se produce abrasión, pero se diferenciará de la erosión en que se va a producir especialmente por la presencia de sustancias químicas a nivel cervical de las piezas dentales (Mora, 2014).
Sialoadenitis: en este caso, directamente relacionado con la mala alimentación. La glándula Parótida es la más comúnmente más afectada en estos trastornos (Gay, Castellanos y Díaz, 2004).
Xerostomía: disminución del flujo salivar, provocando sequedad en la boca. Esta alteración dificulta el habla y deglución, además de producir mal aliento y dificultad en la higiene dental. Puede estar relacionada o ser producto de la sialoadenitis, pero también puede aparecer sola.
Por otra parte, también es frecuente encontrar caries, gingivitis, alteraciones periodontales, papilas hipertróficas y problemas en la mucosa oral, teniendo esta última mayor prevalencia, y suele relacionarse con los daños que se produce cuando se utiliza objetos para inducir el vómito. Además, cualquier enfermedad dental asociada a la falta de nutrientes puede aparecer y se debe tener en cuenta que los dientes en este tipo de pacientes son frágiles y quebradizos.
Descubrimiento del Trastorno
Los odontólogos suelen ser los primeros en descubrir los signos de esta alteración psicológica
debido a los grandes efectos que produce a nivel dental y, por supuesto, por la facilidad que tienen las personas afectadas para encubrir su problema a nivel físico, pudiendo, por ejemplo, utilizar ropa ancha para hacer invisible su notable pérdida de peso; sin embargo, no hay forma de ocultar la erosión dental o demás daños a nivel bucal. Por eso los profesionales de la salud dental se encuentran en una posición privilegiada respecto al reconocimiento de estos pacientes, teniendo la oportunidad de ser los que den la voz de alarma a los familiares.
Las personas con esta alteración en el comportamiento suelen tardar años en buscar ayuda profesional, normalmente obligados por sus seres queridos. Por eso es importante informar cuando se encuentra una persona con estas características, teniendo siempre en cuenta que se trata de una ‘sospecha’ y no de un diagnóstico que un odontólogo o higienista debe dar, ya que no se podría asegurar que se trata de anorexia o bulimia solo con el examen dental; la apariencia física y anímica es también importante y se necesita la observación médica y psicológica para el diagnóstico.
Sin embargo, l@s higienistas, en este caso, tienen un papel protagonista al pasar la mayor parte del tiempo con el paciente, pues alarmar de los indicios podría ser el principio de una larga recuperación del bienestar físico y psicológico de no solo una persona, sino de una familia entera.
*Bibliografía:
APA (1995). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM-IV. Barcelona: Masson. Gay, O., Castellanos, J., & Díaz, L. (2004).
Series en Medicina Bucal: Anorexia y Bulimia en Odontología. Asociación Dental Mexicana, 117-120. Ochoa, L., Dufoo, S. & León, C. (2008).
Principales repercusiones en la cavidad oral en pacientes con anorexia y bulimia. Revista Odontológica Mexicana, 12(1), 46-54. Mora, A. (2014).
Bulimia y anorexia en la práctica odontológica. Generalidades. Revista Científica Odontológica, 10(1), 73-76.