Soltar el personaje


Para ser libres, hemos de soltar el personaje.

Si, soltar, esa palabra que nos cuesta tanto poner en práctica. Y siendo honestos, ¿a quién no le cuesta soltar algo?

Somos capaces de soltar cuando recibimos algo a cambio de lo que soltamos, pero eso no es soltar, eso es un intercambio, es un negocio. En ese caso soltar no supone esfuerzo y se hace alegremente.

Es un soltar condicionado a lo que obtengo a cambio. Entonces puedo soltar sin apegos, pues por ejemplo suelto dinero a cambio de cosas o placeres.

Suelto lugares, trabajos, situaciones o personas a cambio de otras que percibo me compensan.

O suelto una relación y cojo otra. Es algo muy habitual a veces en el tema sentimental, nos convertimos en orugas que no sueltan una hoja hasta haber cogido otra.

No te engañes eso no es soltar. 

Soltar es dejar ir eso que no quieres dejar ir. Busca en ti, yo no te voy a decir lo que es, pero si miras a fondo lo sabrás. Si, es todo eso que te hace sufrir, y soltarlo duele.

Por eso soltar nos cuesta tanto. Nos apegamos a todo. Buscamos la permanencia en las cosas, lugares, estados, formas y soltarlo nos supone una “pequeña muerte”, si. Has de morir cada día si quieres ser libre.

Y yo en este post, además te pido que sueltes tu personaje. ¿Duro no?

Si ya te cuesta soltar cosas externas a ti. Ahora voy yo y te pido que sueltes tu personaje. Con el esfuerzo que te ha costado crearlo, darlo forma, imagen, y un sin fin de cosas con lo que lo has adornado.

Y además con lo contento e identificado que estás con ese personaje. Cuántas veces te dices a ti mismo “yo soy asi”, ¿verdad?

Pues si quieres ser libre, feliz, vivir en paz hasta el fin de tus días, yo creo, es mi opinión y sugerencia, en vista de lo que yo he vivido en mi, que hay que soltar el personaje.

Tampoco va a durar siempre, y para soltarlo con tu último aliento y que sólo tengas ese instante lúcido en toda tu vida, justo al final, mejor hacerlo antes ¿no crees?

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE VIDA. 

Personas que estaban en sus últimas horas reconocían arrepentirse de no haber tenido mejor relación con sus seres cercanos.  Pero claro, esas personas tenían que cumplir con el papel marcado por el personaje que ellas mismas habían creado, y eso les limitaba a actuar desde el amor, desde el corazón.

Otra de las cosas de las que se arrepentían esas personas en su último tramo de vida era el no haberse atrevido lo suficiente. Atrevido con la vida, a tomar las decisiones desde el corazón (de nuevo). Pero de igual forma sentían que el personaje que habían creado y que habían creído ser, no tenía el valor suficiente para atreverse.

Así que, mientras nos engañamos ejerciendo el papel de ese personaje, la vida pasa y las oportunidades de vivirla plenamente, de ser felices, de ser libres pasan también. 

¿Te resistes a la idea de soltarlo verdad? Piensas que entonces nada va a quedar de ti. Piensas que no vas a tener identidad, carácter, capacidades, etc.

No te lo creas. Es tu ego el que habla. Esa parte de ti que ser aferra a la forma, a eso que hace sentirte identificado con cosas, lugares, personas o creencias.

Precisamente creo que es todo lo contrario. Yo veo que muchas personas, por ejemplo se identifican con una determinada forma de vestir, con unas marcas determinadas de ropa y complementos. Realmente ¿ese logotipo eres tu?¿Ese dibujito de esas letras, animales o lo que sea te da una identidad?

¿Esa estrella, ese felino o lo que sea en el frontal del tu coche te hacer ser algo que no eras ya?

¿Esa lengua que te enseñaron por ser la hablada en el lugar que naciste, que por cierto no elegiste, te da una identidad? Y avanzando algo más en eso ¿esa lengua te enfrenta o distancia de otras personas que no la hablan?

Esa clase social, alta o baja, altísima o bajísima, víctima o ganador, ¿te da una identidad propia? ¿no puede cambiar de un día a otro y dejarte del otro lado?

Lo mismo sucede con las siglas de tu partido político, o del equipo de fútbol al que sigues. Todo es externo a ti y no te define. No te completa, no te da ni te quita nada. Nada que tu no quieras creer que te da o te quita, claro. Engañarse a uno mismo es lo más fácil del mundo. Ver la verdad no es tan fácil.

Es el miedo lo que limita al ser humano. Es el amor lo que lo libera.

Suelta el personaje que te has creado. Prueba unos días y si no te encuentras agusto vuelve a meterte en la piel de eso que creías ser. No vas a morir por ello, al menos no vas a morir físicamente por ello si eso es lo que temes. La muerte física va a llegar, de hecho, no sabes cuando, puede que llegue en cualquier momento, pero no va a llegar porque sueltes tu personaje.

Sobre esto habla el maestro Adyashanti: “No ser nadie suele ser tan desconcertante para la mente que enseguida se pone a llenar ese espacio. <<¿Cómo puedo no ser nadie?>> Pero llenarlo con alguien no tiene ningún sentido. Si quieres saber quién eres realmente, experimenta simplemente el espacio, experimenta la apertura y deja que florezca en tu interior. Es la mejor manera de descubrir quién eres”.

Espero que hayas captado la intención de este post. No se trata de una comprensión mental sino de una comprensión de lo que en realidad eres. De comprender que no somos todo eso que la mente nos hace creer que somos.

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Gracias.

Luis Miguel Colado.

El artículo lo puedes encontrar en Reducir Estrés.

Fuente: este post proviene de Blog de reducirestres, donde puedes consultar el contenido original.
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