Con este título “Quiero ser…” presenta Sara carbonero una especie de docureality para todas aquellas y aquellos que se quieren convertir en it-persons o influencers. ¡Qué plaga vivimos! ¿No? Parece que hoy todos nos creemos con derecho a influir, a decir, a contar lo primero que se nos pasa por la cabeza… que no digo yo que esto no sea democrático, pero el otro día vi a una chica joven y mona pasar por la calle con una camiseta que ponía “Hola, yo no soy blogguera” y casi me dan ganas de llamar a la asociación pro animales en extinción.
Deberíais leer el hilarante e hiperealista artículo que me encontré la semana pasada, La dieta de la blogguer para saber si de verdad te quieres dedicar a esto. Porque de verdad, a no ser que te llames el nada glamuroso nombre de Carbonero o que seas una niña muy pero que muy bien con tanta pasta y tiempo que realmente solo desees “influir” a diestro y siniestro… “-tú ¿a qué te dedicas? ¿Yo? A influir-“… ¡cómo mola! Pues eso o estás como yo. Habiendo dado tantas vueltas ya que no aspiro a influir nada, pero que he hecho de esto mi nada glamourosa profesión, a fuerza de tratar de ver un poco más allá, de entender la sociedad en la que vives y que cocreamos entre todos, o a las experiencias del pasado, vaya usted a saber a qué.
En definitiva, hoy quería ponerme a escribiros, querida comunidad de mujeres de Comienzo hoy, porque aunque no es nada sencillo, uno puede decidir ser lo que quisiera ser, sin dejarse influir por las omnipresentes influencers.
Este es solo un recordatorio de nuestra legítima libertad a no ser nada de lo que se espera que seamos, a salirnos del cuadro, a desbarrar con nuestras fantasías y a decidir hacer algo que realmente no nos apetece, pero que sabemos que tenemos que llevar a cabo, pensando que quizá solo sea una etapa, un tránsito más en este viaje que es la vida, tan lleno de altos y bajos, de meandros y recodos, de sorpresas inesperadas.
Si te encuentras , quizá, en un momento de confusión, te animo a encabezar tus sueños con un “quiero ser….” y a acabar la frase como mejor te venga en gana en ese momento, libre de prejuicios y condicionantes. Luego la vida se encargará de devolverte alguna señal que para ti sea como ese guiño que te animó a terminar la frase.
El post es original de Comienzo hoy, escuela de vida.
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