Equilibrio


Soy apasionada, no puedo evitarlo, con lo bueno y malo que ello conlleva.
Sólo alguien que se emociona, se implica y se entrega totalmente es capaz
de rozar el cielo pero, siendo sinceros, también se expone a agotarse anímica y
emocionalmente, aparte de quedar algo maltrecho en algún aterrizaje.
Sé que la solución no está en cerrarse, blindarse o rodearse de una coraza. A
veces lo he intentado y no he sido feliz porque supone para mí un esfuerzo que
no puedo mantener durante mucho tiempo. No es mi natural.
Soy de extremos y algo contradictoria. Por un lado racional y sensata
pero con un punto imaginativo y fantasioso que ha hecho de mi vida un
zig-zag emocional, una montaña rusa que quizás por la edad o por la
vertiginosa vida actual, me resulta difícil sobrellevar.

La solución es otra, es encontrar el equilibrio, algo que tengo claro desde
siempre pero que por unas cosas u otras he ido posponiendo.
Ese equilibrio requiere ralentizar, vivir la vida despacio (slow life), con
atención y conciencia plena (mindfulness), disfrutando del viaje y no sólo
esperando llegar a la meta que por otro lado no sé muy bien cuál es ni si
existirá.
Dejar de correr por correr...

Dispuesta a encontrar ese equilibrio he retomado la meditación, que ya
practiqué durante un tiempo, y a principios de año tengo intención de
volver a hacer yoga u otra disciplina que facilite el equilibrio cuerpo y mente.

También moderarme, no dejarme llevar totalmente (tontamente).
Encontrar un punto intermedio, un equilibrio que me permita fluir suavemente.

Contemplar y observar de una manera más global, menos subjetiva, para
sentir formar parte de un todo del que poco a poco he ido distanciándome.

No dejar de seguir aquel maravilloso consejo "Contempla siempre
sólo lo blanco, lo azul, lo verde"
Poner en práctica ese propósito que muchas veces olvido: "Centrar
la atención sin esfuerzo en lo que acontece aquí y ahora"
O ese oxímoron tan acertado: A veces la mejor manera de hacer
es no hacer.

Sé que no soy la única.
Muchos tenemos esa necesidad y las formas de manifestarla son diversas.
Algunas de ellas creativas, en contacto con la Naturaleza, con origen en la
filosofía oriental zen.
Como las rock balance o piedras en equilibrio, cada vez más frecuentes
en espacios que inspiran comunión con el entorno, que generan calma.

Las fotografías que hoy comparto las tomamos en diversos lugares
durante nuestro viaje a Noruega este verano.
Hasta mi hijo Javier hizo una.
Yo no, me propuse sólo contemplar, esperar el momento adecuado
para hacer una escultura de rocas en equilibrio realmente sentida y
disfrutada...vivida.

Y vosotros, ¿habéis practicado alguna vez stone balancing?


Fuente: este post proviene de hampton sc, donde puedes consultar el contenido original.
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