La historia de Brenda Osnaya

“Que sea difícil no significa que sea imposible, que sea imposible no significa que voy a rendirme"

 



 

Las decisiones más grandes de la vida muchas veces las tomamos siendo muy pequeños. Como es el caso de Brenda Osnaya Álvarez, oriunda de Monterrey, México, quien a sus tiernos 8 años eligió convertirse en una atleta olímpica, y si bien tuvo que sortear varios obstáculos en el transcurso de su vida, logró alcanzar su meta y hoy es una de las figuras más destacadas del deporte paraolímpico.

 

Sentir el viento sobre el rostro

 

Cuando aún era una niña, su padre la llevó junto con su hermano a que eligieran un deporte para practicar. Una de las opciones fue patinaje artístico, pero los niños eligieron el patinaje de velocidad sobre ruedas, una disciplina poco común en México, pero muy popular internacionalmente.

 

Ella describió su pasión por este deporte confesando que una de las cosas que más gozaba era sentir el viento en su rostro debido a la alta velocidad que lograba alcanzar con su destreza sobre los patines. Lo cierto es que esta joven deportista era buena en lo que hacía, tanto, que llegó a convertirse en campeona nacional en múltiples ocasiones. Incluso representó a México en torneos panamericanos de clubs y en centroamericanos juveniles.

 

Para Brenda el deporte da armas para enfrentar la vida y es un formador de valores tales como la puntualidad, la disciplina, el respeto, el compañerismo, y el trabajar en equipo. La competitividad sana es parte del aprendizaje, pues a veces se gana y otras se pierde, pero nunca hay que bajar los brazos, sino hacerse más fuerte y hábil.

 



 

Un giro inesperado

Corría el año 2010 y Brenda Osnaya estaba en el momento cumbre de su carrera deportiva. Estaba en ascenso y consiguiendo un éxito tras otro en cada competencia en la que se presentaba. Más allá del poco apoyo que le brindaba su país a nivel económico, tenía proyectos y metas por cumplir a futuro, y en su mente ya se trazaba un cronograma para los años siguientes y no la detendría nada. Sin embargo, algo inesperado sucedió y cambió su vida para siempre.

 

Todo sucedió de repente, mientras se dirigía a un torneo selectivo en Puebla, México, que finalmente la llevaría a su primer mundial de patinaje (Colombia 2010). La camioneta en la que viajaba junto a tres compañeros deportistas y dos entrenadores sufrió un imprudencial accidente al quedarse el dormido el chofer.

 

Todos los pasajeros tuvieron lesiones importantes cuando el vehículo perdió el control y volcó, pero la que más tuvo para perder fue Brenda, pues el accidente le provocó una lesión medular completa T1 L1 que la dejó sin sensibilidad en sus extremidades inferiores y, por ende, en silla de ruedas. Hay pocas probabilidades de que alguna vez vuelva a caminar, pero ella nunca no pierde las esperanzas.   

 

Su vida dio un giro completo de un día para otro, pues su situación la hizo comenzar nuevamente de cero. Si bien fue muy doloroso, ella sabía que el accidente le podría haber costado la vida, pero hoy tenía una nueva oportunidad para conseguir sus metas sea del modo que sea. Sería difícil, pero no imposible. Su padre fue uno de sus grandes apoyos pues permaneció a su lado siempre, ayudándola en cada terapia y rehabilitación.  

 

Volver a empezar

 

Fue algo sorprendente, pues a los tres meses del accidente Brenda comenzó su rehabilitación y empezó a entrenar natación paralímpica. No fue fácil, ella intentaba reinsertarse en el mundo deportivo pero la competencia era difícil, le costó mucho trabajo destacarse en el deporte paraolímpico, pues debía enfrentarse a chicas que tenían una discapacidad desde toda la vida.

 


El tiempo pasó y casi diez años después de aquel día negro, Brenda es tricampeona del mundo en paratriatlón, que es una combinación de natación, ciclismo y atletismo adaptado. Su familia fue su principal sostén en recaudar fondos para que ella pudiese participar de todos los eventos deportivos internacionales en los que se clasificó y fue premiada. En la actualidad se prepara con entusiasmo para Tokio 2020.

Además de deportista, Brenda Osnaya es conferencista y activista por los derechos a la inclusión de mujeres con discapacidad. También tiene hechas tres carreras profesionales: Administración de Empresas Turísticas, Licencia de Ciencias de la Comunicación y está diplomada en Administración Pública Municipal.

 

Metas personales y consejos

 

Si le preguntas a Brenda cuáles son sus metas personales ella te responderá que quiere ser feliz y ser una mejor persona cada día. También desea dejar algo positivo en el mundo una vez que ya no esté.

 

Aconseja a los demás que sean auténticos, que aprendan a querer su cuerpo tal y como es y que busquen su propia felicidad. Que no le permitan a nadie decirles qué es lo que no pueden hacer. Háganlo. Llevará tiempo, pero lo harán a su tiempo y a su modo, y de eso se trata la felicidad.

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