Lo que los investigadores observaron es que las mujeres que no tenían que pensar en ninguna foto llegaban al orgasmo con mayor facilidad que aquellas que tenían que pensar en la foto. Y la razón de ello estaba en el cerebro.
El cerebro de las mujeres que no tenían que pensar en nada estaba completamente anulado. En un principio zonas relacionadas con la imaginación y la creatividad estaban activadas. Esto indica que la mujer tiene que fantasea de algún modo para excitarse. Esto muestra como se involucra la mente de la mujer en el sexo y el orgasmo. Al final, justo en el momento del orgasmo y en los momentos previos a este, el cerebro estaba completamente apagado. Esto se reflejaba en su actividad en la amígdala, que era nula. La amígdala está activa para analizar lo que sucede alrededor y pensar en lo que se va a hacer en el futuro a consecuencia de este análisis. En el momento del orgasmo la amígdala esta desactivada lo que quiere decir que la mujer pierde completamente consciencia de lo que sucede a su alrededor y pierde la noción del tiempo. No sabe lo que ha dicho, lo que la has dicho, lo que ha pasado, y cuanto tiempo ha tardado. Puede que te haya dicho algo, pero no se acordará de ello. Debido a la duración de orgasmo, que como media es de 20 a 30 segundos, esa anulación de la amígdala es muy intensa. Es como estar desconectado el mundo por unos 20 a 30 segundos. Esa desconexión genera una especie de conmoción en la mujer, y la conmoción será más intensa cuanto más este apagada la amígdala. La intensidad del orgasmo está relacionada con la capacidad de la mujer de apagar su amígdala. Si ella se deja llevar por completo, podrá apagar la amígdala por completo y sentirá un gran orgasmo seguido de una gran conmoción que la producirá un momento de gran vulnerabilidad y aturdimiento por lo que el amante debe tratarla con cariño tras esos momentos después del orgasmo en los que ella puede estremecerse e incluso llorar.
Este hecho esclarecedor muestra la importancia de la mente en el orgasmo, la cual se ve reflejada en la relación con la actividad de la amígdala.
Las mujeres que tenían que pensar sobre fotos tenían más dificultades para llegar al orgasmo debido a que al concentrarse en las fotos no podían apagar la amígdala. Finalmente, cuando alcanzaron el orgasmo, su amígdala también tuvo que apagarse.
Este experimento muestra como el hombre y la mujer se implican de forma diferente en el orgasmo. El orgasmo del hombre es menos intenso y dura menos tiempo con lo que su conmoción cerebral es menor. Además este no necesita apagar su amígdala y tiene control en todo momento ya que en la época de las cavernas, él debía de estar atento a no ser atacado mientras practicaba el sexo con una hembra.
El hecho de que el hombre mantenga el control y la mujer lo pierda, es sinónimo de burla por algunos hombres. Ven esa pérdida de control como un síntoma de debilidad, como algo voluntario y malo porque en el fondo ese tipo de hombres ven el sexo como algo oscuro y malo. Haya ellos, no perdemos más tiempo en lo oscuro y sigamos aprendiendo más cosas en futuros posts relacionados con el maravilloso mundo del placer, el sexo, y el orgasmo femenino.