Últimamente, y debido a una serie de problemas hormonales, he estado investigando como sustituir a mis sustitutos del azúcar. Llevo usando desde hace años stevia, sirope de agave, miel y panela para endulzar mi vida, y como alternativas al azúcar y otros edulcorantes artificiales, durante estos años me han sido de mucha utilidad, pero parece que últimamente ya no son soluciones válidas para mi (al menos, temporalmente), por eso os voy a hablar del yacón.
Aunque todos estos edulcorantes proceden de plantas y productos naturales, no están exentos de la mano industrial y su consecuente refinamiento. Por otra parte, y este es el punto que me ha traído hasta aquí, todos ellos sean naturales o no, hacen saltar tu índice glucémico en sangre.
Pero para entender toda esta demandante (de consumidores) oferta de edulcorantes, vamos a empezar por el principio, una apropiada clasificación, para haceros ver porqué, al final, me he decidido a probar el yacón.
Clasifiquemos, pues, los edulcorantes, en dos simples categorías.
Edulcorantes con calorías
Los edulcorantes con calorías son aquellos que contienen carbohidratos o azucares, que serán asimilados por el organismo, haciendo que se dispare tu glucosa en sangre (tienen en mayor o menor medida, un índice glucémico) y, por supuesto, la insulina. Esto puede ser un problema constante para los diabéticos, o simplemente para cualquier persona que tenga algún tipo de problema hormonal que afecte a su peso, ya que esta constante ingesta de carbohidratos, además de engordarnos, nos desequilibra los niveles de insulina en sangre. Entre estos edulcorantes, se encuentran, por ejemplo, la fructosa, el sirope de agave o la miel. Son edulcorantes procedentes de productos naturales (aunque posteriormente muy procesados, y dios sabe que más que no ponen en las etiquetas del producto), pero igualmente dañinos en un alto consumo. También tendríamos aquí la stevia, una planta natural que, al contrario que los demás edulcorantes, no tiene calorías por sí sola, pero debido a su sabor, muchas de las industrias han mezclado la stevia con dextrosa (que es azúcar pura y dura, pero con el nombre que le da la industria), añadiéndole así las calorías que le “faltaban” a la stevia.
Edulcorantes sin calorías
Por otro lado, tenemos los edulcorantes sin calorías, que son aquellos creados artificialmente, como por ejemplo la sacarina o el aspartamo, tan nombrado últimamente por sus bendiciones para causar diferentes enfermedades y dolencias físicas. Por otra parte, salvando el hecho de que estos productos no tienen calorías, tampoco aportan nada beneficioso para nuestro organismo, por lo que no te proporcionan nutrientes, y sin embargo si algunas consecuencias o efectos secundarios sobre tu salud.
Muy bien, una vez visto pinceladas de los pros y contras de los edulcorantes naturales y artificiales, nos quedamos con la pregunta: ¿Qué edulcorante puedo consumir que, además de no disparar mis niveles de insulina (que no contenta carbohidratos o azúcar en sangre, y por lo tanto calorías) y pasar desapercibido por mi organismo, me nutra y tenga un sabor medio natural y agradable?
El Yacón
Pues aquí es donde entra el yacón, para cubrir esas carencias de los otros edulcorantes. El yacón engaña a primera vista, hace un truco de manos delante de nuestro organismo y se sale con la suya de forma sutil y agradable. Este producto natural procedente de la raíz de yacón, sí que tiene carbohidratos, como la mayoría de edulcorantes naturales, pero a la hora de la verdad, no acumula sus carbohidratos en forma de almidón (glucosa), sino que lo hace en forma de inulina (fibra dietética formada por fructanos, un azúcar no digerible). Es decir que una vez que el azúcar esta en nuestro organismo, pasa por el sin metabolizarse, y además hace una parada caritativa en el intestino grueso para estimular la creación de bifidobacterias que ayudan a evacuar, por lo que es un buen probiótico. También estimula al páncreas, lo que ayuda a mantener un nivel adecuado de azúcar en sangre. Como dato adicional, en caso de que tengáis a vuestra disposición el tuberculo, las hojas de yacón se pueden usar como té, para reducir la concentración de glucosa en sangre, y por si fuera poco, además nos aporta una variedad de vitaminas y minerales.
Digo yo, que el tubérculo al natural, sin pasar por el proceso industrial, guardara mucho mejor todas las bondades descritas anteriormente (y teniendo el producto natural, siempre se puede hacer el sirope casero), pero para empezar, podría ser un buen paso para cambiar este sirope por el resto de edulcorantes.
Para ir abriendo boca, o tan solo para aportar alguna recetita, aquí teneis un vídeo de galletas con yacón, espero que os guste.
https://sincronicidadconsciente.com/salud/el-yacon-y-sus-beneficios-sobre-otros-edulcorantes/