Con la llegada de los tratamientos multidisciplinares y, concretamente, refiriéndonos al campo de la Ortodoncia, cada vez se hace más necesaria la delegación de funciones en el higienista. En los últimos años, el higienista se ha convertido en un miembro habitual y muchas veces imprescindible dentro de nuestras consultas odontológicas asistiendo al odontólogo en ciertas funciones delegadas.
Según la ley 10/1986 del 17 de Marzo sobre profesionales relacionados con la salud dental, desarrollada por el Real Decreto 1594/1994 del 15 de Julio, cualquier higienista dental en posesión del título de Formación Profesional de Grado Superior, tiene atribuidas, en el campo de la promoción de la salud y la educación sanitaria bucodental, las funciones de recogida de datos, la realización de exámenes de salud y el consejo de medidas higiénicas y preventivas, individuales y colectivas. Los higienistas dentales colaboran también en estudios epidemiológicos y pueden asimismo, realizar determinadas funciones técnico-asistenciales como ayudantes y colaboradores de los facultativos.
Poder delegar determinadas funciones, que a su vez serán adecuadamente supervisadas, permite al ortodoncista aumentar su capacidad asistencial, manteniendo su nivel de calidad. Por lo tanto, y bajo su total responsabilidad, podrán realizar técnicas de exploración odontológicas, técnicas de higiene bucodental, realizar desinfección y esterilización del instrumental, y llevar a cabo el revelado de radiografías, tomar impresiones de alginato y confeccionar modelos de estudio en escayola, y asistir al ortodoncista en la tarea terapéutica y de diagnóstico así como prestar servicio a cualquier tipo de urgencia o complicación a lo largo del tratamiento ortodóncico.
FUNCIONES DEL HIGIENISTA EN LA CLÍNICA ORTODÓNCICA:
Dentro de las distintas funciones del higienista en la clínica ortodóncica, cabe destacar las siguientes:
-Colaboración en la toma de registros: es imprescindible que el especialista realice un correcto diagnóstico para poder obtener un buen plan te tratamiento. Los elementos de diagnóstico se basan en la historia clínica, exploración física y pruebas complementarias (modelos de estudio, fotografías, radiografías intra y extraorales, montaje en articulador, etc).
-Historia clínica: es el primer paso que debe llevarse a cabo cuando el paciente llega a la clínica. En ella deben registrarse datos que serán proporcionados por el paciente. En ortodoncia, es frecuente la atención de niños, por lo que estos datos a veces son proporcionados por el acompañante responsable (mayor de edad). El higienista tomará la información personal del paciente y, junto al ortodoncista, rellenará los datos relativos a la historia dental, examen extra e intraoral y hábitos parafuncionales del paciente. La historia clínica abarca los siguientes puntos:
Datos de filiación: nombre, apellidos, parentesco del acompañante responsable, antecedentes personales y familiares. En la etapa actual interesa conocer en qué estadío del crecimiento se encuentra el paciente, si ha dado un estirón reciente, cambio de voz, o si la niña ha tenido la menarquia. En estas situaciones se puede valorar de forma aproximada la edad biológica, útil sobre todo en necesidades ortopédicas. También interesa saber si actualmente está tomando algún tipo de medicación, y sobre todo cualquier problema de origen otorrinolaringológico o respiratorio, ya que cualquier obstáculo al paso del aire por la nariz implicaría una respiración bucal que influiría de manera decisiva en el desarrollo de la maloclusión.
Motivo de la consulta ortodóncica: se anota "entre comillas" para hacer referencia a las palabras textuales de lo que el paciente requiere. De esta manera el ortodoncista deberá prestar especial atención a su demanda y establecer objetivos prioritarios.
Antecedentes familiares: correspondientes a las anomalías dentofaciales. Pueden orientar hacia una maloclusión de causa hereditaria.
Historia dental: tipo de dentición que presenta, anomalías dentales, clase molar y canina decidua y permanente.
Examen extra e intraoral: desviación de línea media, simetría de tercios faciales, forma de la cara, perfil, labios, orejas, mentón, paladar, frenillos labial y lingual, nariz, contactos prematuros, ATM.
Hábitos parafuncionales: hábitos relacionados con maloclusiones dentarias (succión digital, deglución atípica, respiración bucal, chupete, queilofagia, etc).
-Fotografías extraorales e intraorales: el higienista debe estar familiarizado con la toma de registros fotográficos ayudando en todo momento a separar en campo y asistiendo al ortodoncista, además de conocer el manejo de la cámara, la cual debe ser "reflex", no inferior a una resolución de 4 mp, con un distancia focal entre 95 y 105 mm y flash anular. Las fotografías extrorales se realizan con el paciente de pie, sobre un fondo mate, a una distancia de 1,5 a 2 m. Es interesante recoger las tres proyecciones de la cara (de frente, de perfil y en tres cuartos) en las situaciones de reposo (estática), y en sonrisa social forzada (dinámica). El higienista apoyará en todo momento la labor del ortodoncista posicionando correctamente al paciente, separando los tejidos blandos y encargándose de la colocación de los espejos para las fotos.
Se llevará a cabo la siguiente serie fotográfica:
6 fotografías extraorales: Frente, Perfil (sagital) y Perfil 3/4 (oblicua) tanto estáticas como dinámicas. Al inicio y al final del tratamiento. Primer plano de sonrisa al inicio y al final del tratamiento.
5 fotografías intraorales: frontal, lateral derecho, lateral izquierdo, oclusal superior y oclusal inferior (el paciente tracciona de ambos separadores hacia fuera y la higienista con la mano izquierda apoya la jeringa con el aire activado y con la derecha sujeta el espejo apoyado en las caras distales de los últimos molares inferiores presentes en cada hemiarcada). Tanto al inicio como al final del tratamiento.
Para la toma de fotografías intraorales es necesario el uso de retractores labiales de plástico transparente esterilizables en frío y espejos de rodio esterilizables en autoclave.
-Teleradiografía lateral del cráneo: el higienista debidamente acreditado como operador de instalaciones radiológicas puede intervenir directamente en la realización del mismo. Posicionará correctamente al paciente y, tras protegerle mediante un delantal plomado, realizará la radiografía. Nos permite llevar a cabo el análisis cefalométrico individualizado. Actualmente si la aparatología disponible es "digital", el análisis se puede realizar directamente por procedimientos informáticos. Aunque la interpretación de las medidas cefalométricas corresponda al ortodoncista, el trazado en el ordenador puede hacerlo el higienista bien entrenado. Habrá que realizarla tanto al principio como al final del tratamiento.
-Ortopantomografía: nos proporcionará información sobre la madurez apical dental, anomalías en el número de dientes, reabsorciones radiculares, presencia o ausencia de cordales, posibles caries interproximales y además nos puede ofrecer una somera idea de la salud de los cóndilos y su relación con las fosas glenoideas. Habrá que realizarla tanto al principio como al final del tratamiento. El higienista debidamente acreditado como operador de instalaciones radiológicas puede intervernir directamente en la realización del mismo.
-Modelos de estudio en escayola: su estudio proporciona información valiosa de las anomalías dentarias individuales, de las alteraciones de las arcadas y anomalías de la oclusión. Este registro se completa con el regristro en cera de una mordida en normoclusión a fin de colocar los modelos según la intercuspidación del paciente. En la elaboración de los modelos de estudio, el vaciado debe ser en escayola blanca. Los modelos deben quedar estables en oclusión tanto en su posición frontal como laterales. Esta labor corresponderá al higienista siendo la interpretación de los datos proporcionados por los modelos papel del ortodoncista.
-Montaje en articulador: según el enfoque ortodóncico-gnatológico, el montaje en articulador es una parte primordial del diagnóstico y por eso debe hacerse con precisión milimétrica. El higienista correctamente entrenado para ello puede llevar a cabo toda la secuencia de registros necesarios y el posterior montaje de los modelos en el articulador, siendo labor del ortodoncista el interpretar los datos obtenidos y elaborar un informe de los mismos.