Viajar en avión puede resultar un problema si llegas a sufrir "el síndrome de la clase turista". Se trata de una enfermedad vascular que se da cuando pasamos un largo tiempo en un medio de transporte sin apenas movilidad y con poco espacio para estirar las piernas.
Los síntomas son dolor en el gemelo, hinchazón y edema en la pierna e incluso cierta dificultad para caminar, y suelen producirse cuando ya hemos llegado al destino o en días posteriores. No es algo común pero sí puede complicarse y derivar en un trombo pulmonar. El Dr. Menéndez, jefe del Servicio de Urgencias y responsable de la Unidad de Medicina del Viajero del Hospital Universitario de Sanchinarro, nos da algunos consejos para prevenirlo:
1. Consultar con nuestro médico
Aunque la incidencia en la población sana es mínima, los pacientes con problemas circulatorios, traumatismos en las piernas, insuficiencia cardíaca, diabetes Mellitus o de avanzada edad, deben informar a su doctor habitual para que le aconseje e informe. Una dosis de heparina, un tratamiento con aspirinas o unas medias de compresión pueden evitar un disgusto importante.
2. Caminar durante el trayecto
Moverse en el avión, levantarse y caminar por lo menos cada dos horas. La inmovilidad prolongada es la principal causa de este problema, así que dentro de las posibilidades, intenta mantener cierta actividad.
3. Mover las piernas
Si no es posible andar, estira las piernas para evitar la coagulación sanguínea.
4. Postura correcta
Las piernas dobladas o cruzadas no son la mejor postura. Estirarlas, en la medida de lo posible, es lo más beneficioso.
5. Hidratación
Beber agua o isotónicos a lo largo del trayecto será otro de los consejos a tener en cuenta. Nuestro organismo mantendrá así los niveles correctos de sales y agua en sangre.
¡Esperamos que te sean de ayuda!