El contacto piel contra piel estimula ya de por sí pero, si además lo acompañamos de geles, aceites, aromas y caricias el resultado es inmejorable.
Podemos utilizar geles y aceites para evitar los tirones en las zonas con vello y para, además, meter un toque de aromas en el juego. No te olvides de desarrollar en este momento tu imaginación y utilizar cualquier cosa que esté a tu alcance: una pluma, un cubito de hielo, tu propio pelo…
La iluminación es muy importante para establecer un clima de relajación. La luz debe ser natural y tenue. Pon también un poco de música: una suave melodía o el sonido del mar o la lluvia cayendo darán el punto final a la preparación de la habitación.
Las zonas más estimulantes que debes trabajar son:
- La cabeza: tienes que arrodillarte detrás de su cabeza y masajear su cuero cabelludo con las yemas de tus dedos en movimientos circulares. Si lo haces mientras besas su cuello el resultado será mejor.
- Las manos: sobre todo la parte central que es muy estimulante. Masajéala con tus pulgares y no te olvides de pasar por las puntas de sus dedos. Luego masajea desde el hombro hacía abajo prestando especial atención a la parte interior del codo, que es muy erógena.
- La espalda: puedes hacer caricias desde la cintura hasta los hombros. Esta zona es muy amplia y te permite gran cantidad de movimientos así que, ¡déjate llevar!