Cuidados para el cuidador de una persona enferma de Alzheimer.

Cuidados para el cuidador de una persona enferma de Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que suele diagnosticarse en personas mayores de 65 años. El diagnóstico de una enfermedad como esta supone cambios en la familia, ya que la persona que la sufre irá necesitando con más frecuencia a otra persona para el desarrollo de su vida diaria. Es en este punto donde aparece la figura del cuidador.  Por cuidador nos referimos a aquella persona que se hace cargo de las responsabilidades y de la atención en el cuidado diario de la persona enferma.



Consecuencias para el cuidador

Asumir la condición de cuidador, tiene consecuencias en la vida cotidiana de la persona. Cambia su situación familiar, laboral, social y económica, todo debido al tiempo que debe emplear en el cuidado de la otra persona. Las personas cuidadoras disminuyen las actividades que le proporcionaban experiencias agradables como el contacto con sus amigos, salidas e, incluso, dejan de lado sus aficiones. En ocasiones, tienen que dejar el trabajo que realizaba fuera de casa, de forma que disminuyen sus ingresos económicos. Además, con frecuencia la persona enferma es del entorno familiar, por lo que pueden aparecer problemas o discusiones en el área familiar con el resto de familiares por el cuidado de la persona enferma y el reparto de algunas tareas.

Todo ello, puede provocar que aparezca lo que conocemos como el Síndrome del Cuidador Quemado. En este síndrome, destacada el agotamiento físico y emocional que experimenta la persona ante la posición de cuidadora.  Es frecuente encontrar síntomas como:

Sensación de cansancio continua.

Dificultades a la hora de dormir.

Aumento de la irritabilidad.

Disminuye sus actividades sociales, teniendo como consecuencia un aislamiento de su entorno social.

Emociones como estrés, ansiedad, enfado o tristeza aparecen con frecuencia.

Problemas de salud.

Sentimiento de culpa por no sentirse a gusto cuidando de su persona querida enferma de Alzheimer.
Por tanto, esta situación hace necesario que exista una atención especializada para la persona cuidadora del enfermo de Alzheimer, tanto a nivel emocional o psicológico, como físico. Este cuidado no resulta beneficioso únicamente para el cuidador, sino que la persona dependiente también sale beneficiada ya que su cuidado será de mayor calidad.

Estrategias para prevenir el Síndrome del Cuidador Quemado

Conociendo las consecuencias que puede tener padecer este síndrome, existen estrategias que ayudan a prevenir su aparición. Algunas de dichas estrategias son:



Tener buena comunicación con el médico de la persona enferma de Alzheimer. De esta forma, tendrá información para saber cuál es la mejor manera de ofrecerle los cuidados y podrá consultarle todas sus dudas. Del mismo modo, el médico también podrá obtener información valiosa para el tratamiento sobre la persona enferma de Alzheimer.

Cuidar las relaciones familiares para establecer la mejor forma de afrontamiento ante esta nueva situación familiar. Así, evitaremos el deterioro de las relaciones familiares y su consecuente pérdida de apoyo emocional.

Buscarsensaciones de bienestarque puedan aparecer en el contexto de la enfermedad, aunque a veces resulte difícil encontrarlas. Por ejemplo, compartir momentos con el enfermo de Alzheimer en los que, tanto él como el cuidador, puedan disfrutar y estar relajados. La música, lectura o paseo, pueden servir como ejemplos para estos momentos.

Mantener tiempo libre dedicado al ocio. Establecer días o franjas horarias de algunos días en los que otra persona (familiar, de confianza o de ayuda social) cuide a la persona dependiente y el cuidador cuente con ese tiempo libre. Por parte del cuidador, es importante que dedique ese tiempo a aficiones o hobbies, descanso y disfrute, no para realizar otras tareas (limpiar la casa, hacer la compra, etc.).
Con estas estrategias, se persigue aumentar la frecuencia y la calidad de experiencias agradables, obtener poder de información sobre la enfermedad, compartir momentos valiosos con la persona enferma y tener una red de apoyo social, tanto emocional como instrumental. Todo ello, tendrá como resultado final la prevención del Síndrome del Cuidador Quemado que hemos comentado anteriormente.

Consejos prácticos para el cuidado de una persona con Alzheimer

Existen consejos prácticos para situaciones complicadasque pueden ocurrir en la enfermedad de Alzheimer. Siguiendo estas pautas, el cuidador pueden tener conocimiento para afrontar de la mejor manera los momentos difíciles.

Preguntas repetitivas. Es frecuente que las personas enfermas pregunten varias veces lo mismo, por ejemplo, qué hora esta o a qué hora tienen que ir al paseo. En estos casos, el objetivo es intentar mantener la calma. Crear un contexto de confianza donde pueda expresar sus dudas, estimulará la comunicación y el lenguaje.

Conductas agresivas. Estas conductas son frecuentes en la enfermedad de Alzheimer. No es adecuado responderle de forma agresiva (física o verbalmente), ni de forma tensa. Lo recomendable es desviar su atención hacia algo que le resulta agradable o relajante y llamarles por su nombre, repitiéndole quiénes somos.

Repetición de actos. Al igual que ocurre con las preguntas, suelen repetir conductas. Podemos dirigir esa repetición hacia conductas que resulten útiles, como doblar los paños de cocina. De esta forma, podemos comunicarle la utilidad que tiene para nosotros que nos ayude en esa tarea. Otra opción, es generar otra conducta alternativa que para la persona resulte agradable, ya que muchas veces estos actos repetitivos son causa del aburrimiento.

Alucinaciones y delirios. La persona enferma de Alzheimer puede percibir estímulos o creer ciertas ideas que son totalmente irreales. Sin embargo, ellos lo viven y experimentan como completamente real, por lo que llevarles la contraria o convencerles de que se equivoca no son estrategias útiles. Lo ideal es escuchar lo que nos cuentan y transmitirles seguridad y tranquilidad, tanto a nivel verbal (“tranquilo, no pasará nada, estoy aquí contigo”), como físico (darle la mano, caricia, etc.). Posteriormente, podemos dirigir su atención hacia alguna actividad o situación que le resulte agradable.
Todos estos consejos y pautas pueden ayudar a la persona cuidadora a afrontar de forma adecuada su nuevo papel. Sin embargo, hay ocasiones en las que resulta difícil llevar esta situación por sí mismo. Si eres cuidador y consideras que la situación está sobrepasándote, o quieres mejorar tu forma de afrontar esta nueva vida, quizás sea hora de acudir a un profesional. En Psicólogos Málaga PsicoAbreu contamos con especialistas, en el centro de Málaga, en Vélez Málaga y en Teatinos que pueden atenderte y ayudarte en estos duros momentos.

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