El yoga como ya todos sabemos, aumenta flexibilidad y reduce el estrés. Pero la práctica continua puede hacerte conseguir más beneficios que poder girar tu cuerpo de forma flexible o encontrar tu paz interior. Los beneficios del yoga ocultos te ayudarán en la cocina, en la oficina y en tu vida en general. Vamos a ver cinco nuevas razones para empezar a practicar yoga y las posturas más recomendadas para cada uno.
1. Aumentar la Inmunidad
Un estudio noruego reciente encontró que los resultados de la práctica de yoga aumenta nuestro sistema inmune a nivel celular. Además, no se necesita mucho tiempo: Los investigadores creen que ocurrieron los cambios mientras que los participantes aún estaban en su esterilla. Estos cambios eran significativamente mayores que el otro grupo participante fue a una caminata en la naturaleza mientras escucha música relajante. El yoga ayuda a aumentar la inmunidad simplemente porque mejora la salud en general. Ayuda a cómo respirar mejor, moverte mejor y tener una mejor circulación sanguínea. De este modo tus órganos funcionarán en perfectas condiciones.
Prueba esta pose: Saludo al Sol (Surya Namaskar)
Esta secuencia de ocho poses realizadas en una fila se pueden encontrar en casi cualquier clase de yoga. Ayuda a mejorar circulación y el tono. Este video te ayudará a desarrollar la postura correctamente paso a paso.
2. Reducir las Migrañas
Se ha estudiado que, las personas que sufren migraña tienen menos y menos dolorosas migrañas después de tres meses de práctica de yoga. La causa de la migraña no se entiende completamente, pero se dice que podría ser una combinación de factores de estrés mental y físico. Encorvarse sobre un ordenador o un teléfono celular con los hombros hacia arriba y la cabeza hacia adelante encorvada hace que tu trapecio cargue más peso y se endurezca el cuello. Esta tensión tira de la cabeza y crea desequilibrios musculares que pueden contribuir a dolores de cabeza y migrañas.
Prueba esta pose: Postura del Puente (Setu Bandha Sarvangasana)
Acuéstate sobre tu espalda con las rodillas dobladas y los pies a la altura de tus caderas. Con las manos apoyadas en el suelo, comienza a ejercer presión hacia abajo en las piernas y levanta tus caderas hacia el cielo. Ahora levanta la espalda. La clave, es mantener los hombros en línea con la base del cuello.
Respira de forma profunda por unos 20-30 segundos y suelta el aire mientras bajas.
3. Aumentar la Sexualidad
estudios han descubierto que 12 semanas de yoga puede mejorar el deseo sexual, la excitación, el rendimiento, la confianza, el orgasmo y la satisfacción tanto para hombres como mujeres. ¿Cómo? Físicamente, el yoga aumenta el flujo sanguíneo del área genital. Esto es muy importante para la excitación y la erección. Además fortalece los músculos del suelo pélvico. Mentalmente, el control de la respiración y la mente involucrado en la práctica, también puede mejorar tu rendimiento sexual.
Prueba esta pose: Postura del ángulo ligado/Zapatero (Baddha Konasana)
Siéntate con los pies juntos y las rodillas dobladas con los talones cerca de tu entrepierna. Espalda alta y recta formando un ángulo de 90º con tu cuerpo. Lentamente trata de llevar las rodillas más cerca del suelo sin doblar la posición de tu columna. Cuando no puedas bajar más aguanta en esa posición por unas 15-20 respiraciones lentas. Si quieres ir más allá puedes intentar llevar tu cuerpo hacia delante, sin encorvar la espalda. Estira los brazos e intenta llegar lo más lejos posible.
Es una postura que te ayuda a ejercitar la apertura de cadera y el suelo pélvico. Te ayudará a tonificar los músculos para conseguir un mejor orgasmo.
4. Dormir Mejor
Estudios por la Universidad de Harvard encontró que ocho semanas de yoga al día mejora significativamente la calidad del sueño para las personas con insomnio. Y otro estudio encontró que las sesiones de yoga dos veces por semana ayudaron a los supervivientes de cáncer a dormir mejor y sentirse menos cansado. Esto se puede atribuir a la capacidad del yoga para ayudar a las personas a lidiar con el estrés. Los problemas del sueño son como la ansiedad. Tu cabeza no puede dejar de dar vueltas y no sabes como relajarte. La respiración y ejercicios mentales permiten relajar y reducir nuestra actividad mental, lo que nos ayudará a dormir mejor.
Prueba esta pose: Postura del Muerto/cadáver (Savasana)
Savasana es la pose final en una clase de yoga y se utiliza para restaurar el cuerpo. Pâra ello recuéstate boca arriba con las piernas ligeramente separadas y los brazos extendidos a los lados y separados del cuerpo. Si lo prefieres puedes poner las manos en tu vientre.
Ahora Inhala y exhala por la nariz, sigue tu aliento y siente cómo sube y cae el aire por tus pulmones. Si pones las manos en tu abdomen podrás notar como éste sube y baja. La respiración, los músculos y la mente deben estar completamente relajado. Tienes que hacer que todas las distracciones del exterior disminuyan o desaparezcan por completo.
Intenta mantenerte así al menos 10 minutos o el tiempo que necesites para relajarte por completo.
5. Combatir los Antojos
Se han encontrado estudios que reflejan que la práctica regular de yoga está asociado a comer de forma consciente. Gracias al yoga eres más consciente de tu actividad física y emocional asociada con la alimentación. La práctica regular de yoga fortalece la conexión mente-cuerpo. La conciencia puede ayudar a sintonizar las emociones involucradas con ciertos antojos, aquellas que nos impulsan a sabotear nuestras metas. Los ejercicios de respiración de yoga puede ayudar a relajarte y tomar mejores decisiones cuando las ansias te están atacando.
Prueba esto: La meditación
La meditación no es otra cosa que concentrarte en respirar y alejar la mente de cualquier pensamiento. Algunos se creen que son actos budistas como si fueras a orar a dios. Nada que ver con eso. Simplemente se trata de desconectar tu mente y no pensar en nada que no sea tu respiración.
Para empezar, siéntate en una posición cómoda y centra tu atención en la respiración natural que entra y sale por tu nariz. A continuación, concéntrate en el área triangular que va de la punta de tu nariz al labio superior, prestando atención a cómo la respiración golpea este espacio a medida que exhalas. Prueba esto durante dos minutos, si puedes cinco, mucho mejor.
La clave es tratar de estar en silencio y centrarse solo en la respiración. Mantente en el presente y el “ahora” e intenta no llevar la mente a otros pensamientos.
Al principio es muy difícil de conseguir. Enseguida te darás cuenta que tu cabeza se ha ido a otros pensamientos. Todo requiere práctica, pero si insistes, poco a poco serás capaz de controlar tu mente mejor de lo que imaginas.
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