Llevar un ritmo de vida fitness tiene muchísimos beneficios en aquellos que lo practican. No solo a nivel físico, donde los resultados no tardan en aparecer, sino a nivel mental. Realizar deporte y comer sano repercute directamente en nuestro estado de ánimo.
Beneficios físicos de llevar una vida fitness
Llevar un estilo de vida fitness tiene muchísimos beneficios a nivel físico. Ayuda a mejorar la resistencia aeróbica, proporciona mayor flexibilidad, aumenta la fuerza muscular, logramos una fuerza muscular localizada y conseguimos equilibrio corporal.Entre los ejercicios más comunes del fitness se encuentran, por ejemplo, las series de carreras, las sentadillas, las flexiones y los saltos combinados. Todo ello en un sentido bastante amplio. Es por ello bastante común que muchos deportistas expertos sean los que deciden asistir a entrenamientos fitness para mejorar su condición física y mejorar su destreza deportiva.
Entre los beneficios encontramos que hacer varias series de ejercicios por semana hace que aumente el desarrollo del sistema cardiorrespiratorio. Por tanto, aumenta también la resistencia.
Ayuda a fortalecer la condición física y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades graves, como la obesidad. Así mismo, ayuda a tener controlado el colesterol y es bueno contra la hipertensión. Mejorando la condición física se disminuyen los riesgos cardiovasculares.
Beneficios mentales de realizar deporte y comer sano
Aunque cuando pensamos en llevar un ritmo de vida fitness lo primero que nos viene a la mente es tener una mejor apariencia física, lo cierto es que va mucho más allá.En primer lugar, realizar deporte y comer sano contribuye a llevar un mejor estilo de vida. Ayuda a que el deportista esté relajado y, por tanto, tiene menos riesgo de sufrir estrés o depresión. Realizar deporte tras el trabajo es perfecto para eliminar el agobio y el estrés acumulado a lo largo del día.
Nos hace estar más felices. Realizar ejercicio físico hace que liberemos dopamina. La dopamina es la hormona de la felicidad. Esto hace que nos sintamos bien según acabamos de hacer deporte. Es muy bueno para personas que pueden padecer enfermedades como la depresión. Además, mejora la autoestima y potencia la seguridad en uno mismo. Sentimos que somos capaces de superar nuestras propias metas y, por tanto, mejora nuestras capacidades.
Es una manera óptima para desconectar. Sentir que nos cuidamos, que nos superamos, que cada día damos más y llegamos más lejos es una manera increíble de lograr nuevas motivaciones y situaciones.
Por tanto, llevar un estilo de vida fitness es mucho más que mejorar nuestra condición física. Es lograr el equilibrio entre cuerpo y mente. Es conseguir nuevas metas y nuevos propósitos. Es sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestro entorno.