Los frutos secos son un alimento genial al que recurrir en ratos de ocio entre amigos, picotear entre comida y comida, un snack que gusta a prácticamente todos. La variedad de frutos secos es infinita, apareciendo también cocinados o preparados de diferentes formas.
Como todo en exceso, los frutos secos pueden no ser tan positivos, pero si se logra sacarle el máximo partido, pueden ser un complemento para una alimentación saludable para el día a día.
Para saber más sobre este alimento, comentamos algunas de las nociones sobre ellos que puede que no conozcas.
Curiosidades que desconoces de los frutos secos
Aunque las grasas que contienen los frutos secos son grasas realmente saludables, cuando estos frutos son tratados, pueden contener azúcares y grasas añadidas. Así ocurre con los frutos secos como los arándanos secos o las pasas.
Los frutos secos comercializados son procesados y, en algunas marcas, se les añaden conservantes tales como el dióxido de azufre para que permanezcan durante más tiempo en buen estado y con un aspecto mejor. Están apareciendo nuevas alternativas para prescindir del uso de este dióxido de azufre y que los frutos secos no pierdan sus óptimas características.
Probablemente comes más de lo que piensas. Seguro que, si te pones a pensar todas las veces que los tomas, acaban siendo más de las que imaginabas a lo largo del día o la semana. Son snacks de los que cogemos un puñado y comemos como si nada, calmando el apetito y beneficiándonos de todas sus propiedades. Por ello, comer frutos secos, unos alimentos realmente sanos, no estará de más.
Ciertos frutos secos como el albaricoque seco pueden tener incluso más azúcar que ciertas piezas de fruta fresca. Esto ocurre porque al secarse y ser tratado el albaricoque, en este caso, sus niveles de azúcar aumentan. Solo habrá que pensar que habrá que reducir su número a la hora de ingerirlos, pero no por ello hay que dejar de tomarlos.
La recomendación diaria de consumo diario de frutos secos se encuentra entre 30 y 50 gramos. Sin embargo, superarlos no estará de más y no supondrá en ningún caso un inconveniente.
En ciertas dietas veganas se recomienda su consumo ya que los frutos secos pueden aportar vitaminas propias de la carne. Así, ingerir frutos secos hace que se aumenten los niveles de vitaminas tales como la vitamina B6 y la vitamina E, junto con minerales del tipo del fósforo, el cobre y el zinc; en definitiva, sustancias que pueden verse reducidas en el organismo al faltar la carne de la dieta.
Hay que tener un especial cuidado a la alergia de los frutos secos ya que son muy comunes y pueden dar síntomas de gravedad. Lo positivo dentro de la malo de este aspecto es que las personas que son alérgicas a los frutos secos suelen serlo solo a algunos tipos. Así, aunque la variedad tenga que verse disminuida, siempre se podrá recurrir a otros tipos de frutos secos para que nunca falten en la dieta.
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