A partir de las bases de la terapia ocupacional nació la «Ciencia Ocupacional» como disciplina académica. La ocupación es el objeto de esta práctica y además el objeto de estudio. Se centra en los aspectos que se pueden observar en la ocupación, la salud y satisfacción de la persona y el significado subjetivo de su participación.
Existen diferentes actividades que se pueden desarrollar en la terapia ocupacional como son, fisioterapia, grupos de temas culturales, trabajos terapéuticos, psicogeriatría, gimnasia, actividades de tiempo libre, etc…
El terapeuta se encarga de orientar y desarrollar las herramientas y actuaciones que conforman la terapia ocupacional. Es un profesional que surge en el siglo XVII. Entonces es cuando se plantea por primera vez la figura de esta categoría de terapeuta. El psiquiatra Phillippe Pinel estableció con su trabajo las bases de esta disciplina originando la que fue una nueva profesión que tuvo un gran impacto social.
Los terapeutas abordan las sesiones y actividades en función de la edad y del estado psicofísico de los pacientes. Estos consiguen abordar las actividades elementales de la vida diaria, tales como alimentarse, vestirse, utilizar el baño sin ayuda. Se enfocan en la mejora o mantenimiento de la motricidad y en optimizar las funciones del cuerpo y en mejorar la postura. Pueden tratar problemas con la alimentación debidos a una incorrecta deglución.
El objetivo principal de la terapia ocupacional es promover la independencia de las personas que la tienen limitada. Mediante sus prácticas y herramientas ayudan a los pacientes a desenvolverse en sus ámbitos habituales, tanto doméstico como, en el caso de pacientes de edad no avanzada, el trabajo, los centros de estudio o trabajo, la práctica de deportes, etc…
Esta independencia, además, potencia su autoestima.
El terapeuta ocupacional puede llevar a cabo tareas de asistencia personal, formación educativa, ayudar con sus servicios a que la persona pueda llevar una vida independiente, dirigir actividades recreativas y realizar asesoramiento.
La familia juega un papel fundamental cuando un miembro de la misma padece una patología como la demencia senil o el Alzheimer (Saber Cómo cuidar una persona con alzhéimer) ya que se ven abocados a realizar la tarea de cuidadores. Lo habitual es que al comienzo no conozcan la manera de enfrentarse a esa situación. Por este motivo el terapeuta ocupacional tiene la labor de asesorarles e informarles sobre herramientas y estrategias para lograr que la vida en el entorno familiar resulte lo más fácil y llevadera posible.
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