Divina revelación, cuánta claridad y sabiduría.
Y es esto precisamente lo que más me inunda cuando miro alrededor.
Estamos justamente ahí, en los albores de una nueva creación, un nuevo orden, un nuevo paradigma, lo creamos o no, lo creemos o no. Se abrirá camino, incluso a pesar nuestro. Me refiero a la humanidad, tan acostumbrada a mirarse el ombligo que ha dejado pasar lo invisible e insignificante de lado: lo que NO VE, simplemente negándolo.
Y el resultado son estragos, es nuestra Tercera Guerra Mundial, silenciosa, esta vez sin bombas ni armas, simplemente con la destrucción masiva desde dentro, desde lo propio, lo íntimo.
Lo que da más miedo, lo inhóspito, porque ahí, ¿quién va a mirar, si no lo miro yo?
Pues nadie, está claro y así me sigo permitiendo la basura que he aprendido a tapar con cierta eficacia y ya no me llama la atención tener nada que hacer con ella, porque al fin y al cabo, a todos por igual nos sobra basura y aprender a disimularla ha sido uno de los objetivos de aprendizaje de cada uno en nuestra vida desde el bien común.
Pero he aquí, que se acaba el tiempo conocido y tendremos que dar respuesta al nuevo orden que el ínfimo bichito sin entender de humanos nos está imponiendo.
Por eso, no sólo se trata de hacer nuestra parte en lo externo, que también, quedarnos en casa, seguir las normas y referentes sanitarios, que obviamente hay que seguir. Sino de respondernos cuál es nuestra responsabilidad para que esto haya ocurrido. Sí, no sólo está pasando, sino que además cada uno tiene su parte de responsabilidad.
Nos guste o no, no hemos sido capaces de ganarnos nuestro lugar en la tierra. Simplemente hemos dado por supuesto que es nuestra, que nos pertenece y está a nuestro servicio. Y lo que vemos fuera, es ni más ni menos lo que llevamos dentro.
Y mientras esto dura, haz tu parte, comprende, sobre todo comprende, y no desde el humano en ti, que esa parte ya hemos visto que es inoperante, sino desde el divino en ti, tu nuevo acceso a la vida, al paradigma de nueva era y la forma de estar en el mundo que has venido a actuar, así que recuerda cuanto antes, comprende cuanto antes, dirígete desde ya, porque no hay mucho más que esperar de lo conocido, salvo lo que creemos desde ahora.
¡¡Qué gran lección para el que quiera comprender!!