Apego evitativo: ¿Por qué cuando lo tengo ya no lo quiero?

Apego evitativo: ¿Por qué cuando lo tengo ya no lo quiero?

“Tal vez no le quiero lo suficiente Si tengo dudas puede que no sienta verdadero amor”, “No creo que sea mi pareja definitiva, de lo contrario me lanzaría sin pensarlo”, “No necesito a nadie”, “la gente siempre espera más de mi de lo que puedo dar”, “no sé tener pareja”, “no echo de menos a nadie”, “me agobia que me cuiden”. Si estas frases suelen estar presente en tu pensamiento o conoces a alguien que te las ha dicho más de una vez estas ante un problema de apego evitativo.

¿Cuáles son las características del apego evitativo?

El apego evitativo se desarrolla durante la primera infancia. Un niño con un estilo de apego evitativo puede no mostrar ningún deseo de cercanía, afecto o amor; asimismo, también puede querer estar cerca de su cuidador principal pero no interactuar con él, llegando en ocasiones a rechazar el contacto físico. Algunas de las características que nos permiten identificar a niños que experimentan o han experimentado este tipo de apego son:

No buscan apoyo en otras personas.

Tienen dificultades para tolerar la intimidad emocional, siendo posible que no puedan construir relaciones profundas y duraderas.

Desconectan de sus necesidades.

Aprenden a no buscar consuelo cuando están asustados, angustiados o con dolor, por lo que aprenden a calmarse a sí mismos.

Aprenden que reconocer y mostrar angustia conduce al rechazo o al castigo por parte de los cuidadores. Al no llorar o expresar abiertamente sus sentimientos creen que pueden permanecer físicamente cerca de sus cuidadores.
De este modo, un niño que desarrolla un estilo de apego evitativo manifestará dificultades para formar relaciones cercanas en la vida adulta. Pueden volverse muy independientes, tanto física como emocionalmente, siendo adultos que se caracterizan por:

Evitar la cercanía emocional en las relaciones.

Sentir que sus parejas son empalagosas cuando simplemente quieren acercarse emocionalmente.

Retraerse y afrontar situaciones difíciles solos.

Reprimir las emociones.

Evitar quejarse, prefiriendo enfadarse o insinuar lo que le ha molestado.

Temer el rechazo y el abandono.

Tener un fuerte sentido de independencia.
Sin embargo, los adultos con apego evitativo también pueden ser muy sociables, tranquilos y divertidos. Además, estas personas pueden tener muchos amigos y/o parejas sexuales. En general, no están solos, la dificultad la tienen en establecer vínculos más íntimos y duraderos.

¿Cuáles son las causas de tener un apego evitativo?

Un apego evitativo se desarrolla cuando un niño tiene un padre, madre o cuidador que constantemente no está disponible emocionalmente o no responde a sus necesidades. Estos niños también pueden haber experimentado situaciones de llanto sin ser atendidos, de este modo, cuando el niño percibe que no se satisfacen sus necesidades básicas y emocionales, le costará confiar en las personas, percibiendo como inseguros los vínculos sociales.

Por otro lado, los padres de estos niños, generalmente no los descuidan, están presentes, pero tienden a evitar la demostración de emociones e intimidad y, a menudo, no conectan con las necesidades emocionales del niño. Son padres o madres reservados y parecen retroceder cuando el niño busca apoyo, consuelo o afecto. Se vuelven más distantes cuanto la situación requiere de mayor intensidad emocional. Pueden sentirse abrumados y querer escapar de esa situación, percibiendo así los niños su falta de disponibilidad emocional. La dinámica en la relación seria de modo que el niño expresa una necesidad de cercanía, pero en lugar de recibirla, percibe que la puerta está cerrada.

Las características de los cuidadores de niños con apego evitativo pueden ser las siguientes:

Carecen de conocimientos sobre cómo apoyar a su hijo.

Tienen dificultad para empatizar.

Se enfadan o se distancian del niño cuando muestra emociones de miedo o angustia.

Se sienten abrumados con la responsabilidad de tener un hijo.

Tienen un estilo de apego evitativo aprendido de sus propios padres.

Niegan o suprimen las manifestaciones emocionales de sus hijos diciéndoles que dejen de llorar.

¿Cómo afecta el apego evitativo al trabajo?

Las personas con apego evitativo suelen ser vistas como “lobos solitarios independientes”. Suelen utilizar estrategias indirectas cuando buscan el apoyo de un compañero durante una crisis haciendo insinuaciones, quejándose o enfurruñándose en vez de expresar abiertamente su necesidad.

¿Cómo afecta el apego evitativo a las relaciones de pareja?

Una persona con apego evitativo a menudo busca relaciones y disfruta de pasar tiempo con su pareja, pero puede sentirse incómoda cuando las relaciones se vuelven más íntimas: empiezan a percibir que sus parejas quieren demasiado. Es entonces cuando se cierran en sí mismas y no te permiten estar cerca de ellos, no te dejan entrar intentando encontrar una razón para acabar con la relación.

Es posible que se sientan muy molestos por el comportamiento, hábitos o incluso la apariencia física de su pareja, comenzando así a distanciarse. Tienden a estar demasiado concentrados en sí mismos y en sus propias comodidades, ignorando las emociones e intereses de su pareja. Además, tienen dificultad para expresarles sus sentimientos por miedo a ser rechazados o castigados por ello. En definitiva, tienen miedo a ser ellos mismos, a sentir la necesidad de cariño, querer y dejarse querer. Han aprendido el “ojos que no ven corazón que no siente”: si existe la posibilidad de que no me quieran como necesito, prefiero decirme a mi mismo que no quiero ser querido. Algunas de las características en pareja son:

Les cuesta tomar decisiones sobre: vivir juntos, mudarse, casarse, tener hijos

Se preocupan en exceso por la sensación de que la relación va mal, y se cuestionan si sienten o no amor suficiente y si vale la pena mantener una relación.

Tienen más presente lo que pierden estando en pareja que los beneficios que aporta.

Sienten que pierden su libertad, autonomía e independencia.

Prefieren mantenerse en la etapa de enamoramiento, por el bienestar bioquímico y emocional que provoca, en vez luchar y aceptar la responsabilidad que supone la relación de pareja.

Huyen de la comunicación asertiva que supone hacer negociaciones en pareja por no asumir que algo se pierde.

Sienten que son los “culpables” del sufrimiento de la otra persona y prefieren romper antes de aprender a gestionar esas emociones.

Desean realizar actividades sin la pareja más que con la pareja.

¿Cómo puede tratarse el apego evitativo?

Si estamos viendo un apego evitativo en la niñez, un terapeuta puede ayudar a los progenitores a comprender cómo su comportamiento puede estar afectando a su hijo y guiarlos hacia nuevas formas de interactuar con el niño y responder a sus necesidades. Asimismo, también puede trabajar con el niño para ayudarlo a formar un vínculo más saludable con sus padres.

Si nos identificamos con las características del apego evitativo como adultos también podemos beneficiarnos de la ayuda psicológica. En psicólogos Málaga Psicoabreu podemos ayudarte a comprender cómo tus progenitores respondieron a tus necesidades durante la infancia y cómo esto puede estar afectando a tus emociones y comportamiento actuales liberándote así de modelos aprendidos no adaptativos. De igual modo, se trabajarán expectativas irreales sobre las relaciones, comunicación asertiva, afrontamiento de situaciones temidas que impliquen compromiso.

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