¿Te pones rojo de la nada? Cómo evitar ponerse rojo


El estrés o vergüenza pueden causar mejillas de algunas personas que se vuelven de color rosa o rojo, un suceso conocido como rubor. El rubor es una respuesta corporal natural que se desencadena por el sistema nervioso simpático, una compleja red de nervios que activa el modo de "lucha o huida".

Podemos enrojecernos cuando nos sentimos avergonzados, tímidos o incluso enojados. Algunos nos sonrojamos más que otros, especialmente las personas que sufren de ansiedad social. Los investigadores han descubierto que el simple hecho de que le digan que se está sonrojando puede ser suficiente para que su piel cambie de color.


¿Es atractivo sonrojarse?
Según un estudio realizado por Matthew Feinberg, Dacher Keltner y Robb Willer mientras estaban en la Universidad de California, Berkeley, las personas que se avergüenzan con facilidad y que son más propensas a ruborizarse son percibidas como más atractivas que aquellas que están más tranquilas ante la vergüenza. 

Cómo dejar de sonrojarse
El rubor es perfectamente normal y no es algo que debas cambiar de ti mismo . Sin embargo, si ponerse rosado le impide hacer las cosas cotidianas o afecta su confianza, siga estos tres sencillos pasos para ayudar a reducir sus posibilidades de ruborizarse:

1. Practique el diálogo interno positivo
¡Ser positivo! 'Recuérdese que está perfectamente a salvo; que puedes hacer esto y que incluso si te sonrojas, es un evento momentáneo que termina en segundos ”, “Físicamente, el rubor es algo que ocurre rápido y se desvanece con la misma rapidez a menos que permitas que tu patrón de pensamiento lo aumente y lo mantenga. Reconoce el rubor y déjalo ir, no permitas que la energía y el poder arruinen tu momento '.

2. Centrarse en lo externo
Escuche realmente lo que dice la otra persona: pronto estará demasiado distraído para preocuparse por las mejillas que se sienten más calientes que el sol. "Recuerde también que la mayoría de la gente tiene su propio diálogo interno con el que lidiar", Puede que estén demasiado preocupados por el hecho de que llegaron tarde o por la escalera en mallas para notar que te sonrojas.

3. Olvida la idea de que la gente te despreciará
En su lugar, pruebe esto: las investigaciones han demostrado que preferimos a las personas que se sonrojan porque se las considera más confiables y honestas sobre sus emociones. "La gente también aprecia el hecho de que eres un poco tímido, pero sigues haciendo el esfuerzo de participar, y puede hacer que ellos también se sientan tranquilos, si se sienten un poco incómodos"
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