Siempre se ha pensado que la combinación entre juventud y conducción era tremendamente peligrosa. Probablemente era cierto. Las estadísticas avalaban este planteamiento: un 36% de las muertes en las carreteras son jóvenes, así como el 42%.
Prejuicios como 'los jóvenes son imprudentes por naturaleza' o 'por la noche van ebrios o drogados' han ido dando mala fama a los conductores de edades comprendidas entre los 18 y 30 años.
Sin embargo, la reducción de los accidentes y el número de fallecidos en los últimos años ha revelado que el sector de la población que más ha reducido la mortandad en la carretera son, precisamente, los jóvenes. Esto es un dato a tener en cuenta. Muchos prejuicios caerán a partir de ahora.
Las razones que han contribuido a este descenso se podrían concentrar en: la implantación del carné por puntos, las campañas de concienciación, y sobre todo, la imagen responsable de los padres al volante. Esto es muy importante. Los hijos adquieren las actitudes de los progenitores, y una de ellas es la conducción.
La seguridad vial es una cuestión que depende de toda la sociedad. De los fabricantes de coches, de las administraciones encargadas de la seguridad vial, de los conductores, de las autoescuelas, o de las propias familias.
Y vosotros, ¿creéis que debería haber una asignatura en el colegio que fuera seguridad vial? ¿Qué importancia tienen las familias en la seguridad vial?
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