Por ejemplo, cuando se come en un restaurante, la clave para evitar molestias intestinales está en evitar aquellos productos que pueden dañarse con el calor. Por ejemplo, no se debe de tomar salsa mahonesa, ni tampoco crema pastelera. El huevo, componente clave de ambos productos, es uno de los alimentos más delicados y más peligrosos durante el verano.
Los alimentos que se consuman deben de estar muy bien cocinados y se deben de evitar los pescados poco hechos, el sushi o la carne de pollo que no esté totalmente cocinada. Para los postres, mejor recurrir a los helados industriales.
Evitar problemas de hinchazón y malas digestiones
Incluso comiendo alimentos en buen estado se puede sufrir de una mala digestión porque se coman productos que no se consumen habitualmente o se abuse de alimentos fritos. Para evitar todo esto es recomendable que antes de realizar el viaje, preferiblemente al menos con quince días de antelación, se comience a tomar un producto para fortalecer la flora intestinal.
De esta manera se llegará a las vacaciones con un intestino fuerte y sano y esto hará que las digestiones sean menos pesadas y que se generen menos gases. Los gases son una de las molestias más habituales cuando se come fuera de horas o se abusa de comidas pesadas. Y un cólico de gases puede llegar a ser tan doloroso que puede acabar haciendo que se visiten las urgencias.
No ignores los síntomas
Si has comido algo y te sientes mal tras la ingesta, especialmente si se trata de un plato con huevo, debes de acudir a un centro de salud. Esto es especialmente importante si se sufren vómitos, diarreas y/o se tiene fiebre ya que se podría estar padeciendo salmonelosis.
No tomes productos para cortar la diarrea sin consultar a un médico pues podrían estar enmascarándose síntomas de un problema más importante que precise de un tratamiento o evitando que el cuerpo haga su propia limpieza, aunque sea de una manera poco agradable para nosotros.