Hoy te ayudo a aclararte un poco con :
¡La leche, qué problema!
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el consumo de leche animal ha ido decreciendo desde el año 2000.
* Datos para el primer trimestre del año.
Por otro lado, el consumo de leches de origen vegetal ha tenido un crecimiento del 10.9% en los EEUU según el estudio de mercado realizado por Euromonitor. Sobre los consumos en España, no he encontrado datos, aunque podemos deducir que según la creciente variedad y disponibilidad de estas leches en los establecimientos de alimentos y el decreciente consumo de leche animal, ha tenido que aumentar también.
Leche animal, ¿sí o no?
Hay muchísimas opiniones sobre si tomar leche animal es saludable o no para nosotros. Yo no soy quién para dictar un veredicto, aunque sí que puedo decir que a mí desde luego no me hace ningún bien y conozco bastante gente a la que tampoco.
De forma general, la leche animal tiene más calcio y vitamina D que alternativas como la leche de soja, de almendra o arroz (aunque por otro lado, estos productos pueden ser enriquecidos con estas vitaminas) y la leche animal suele ir acompañada de antibióticos y hormonas.
Te dejo un vídeo que vi hace bastante tiempo y que me gustó bastante sobre la leche. Tal vez sea un poco alarmista, pero en cualquier caso, recuerda que esto es una visión más y que también hay expertos que opinan lo contrario. Así que investiga por tu cuenta, lee, infórmate y saca tus propias conclusiones.
Como ya hemos visto, todo apunta a que el consumo de leches vegetales ha aumentado en los últimos años, lo cual estoy segura de que no solo se debe a las intolerancias alimentarias o dietas como la vegana, sino también a la tendencia a pensar que estas alternativas vegetales son más saludables.
Sin embargo, hay que ser cautos con ese pensamiento porque en muchos casos son excesivas las cantidades de azúcares añadidos, endulzantes, sabores artificiales e incluso sal que ponen a estas bebidas. Y ya no hablemos de cuando además se elaboran con productos transgénicos.
Pero vamos a ver un poco los pro y contras de los tipos principales.
Leche de vaca
Si tienes la suerte de tener acceso a leche procedente de animales criados en condiciones dignas y con una alimentación saludable (nada de piensos hechos con restos de animales y otras "asquerosidades" tan habituales) aprovéchala; es una gran fuente de proteínas, vitaminas D y K y calcio, aunque también de grasa.
Generalmente, se recomienda que una persona entre los 19 y 50 años tome 1000 miligramos de calcio al día o tome unos 2 vasos de leche. Pero realmente no está del todo claro cuánto calcio deberíamos consumir, ya que como ha reportado la Harvard School of Public Health Nutrition, demasiado calcio puede suponer un exceso de grasas saturadas y de retinol (vitamina A), lo que provocaría un debilitamiento de nuestros huesos.
Puede que estés pensando que para eso están las versiones desnatadas o bajas en grasa, pero debes tener en cuenta que aunque menos grasa en la leche tendrá como resultado inmediato una ingesta menor de grasas en tu vaso, no tiene por qué significar una reducción en la ingesta total de grasas diarias, ya que como han apuntado algunos estudios, uno de los beneficios de la grasa es que tiene una función saciante. Es decir, cierto nivel de grasas en tus alimentos hará que te sientas lleno y no tengas ganas de comer más.
CONCLUSIÓN:
Si tomar leche animal no es lo tuyo, perfecto, pero recuerda tomar alimentos que te aporten el calcio suficiente. Aquí tienes algunas ideas.
Leche de soja
Durante un tiempo la leche de soja se puso muy de moda, algo que parece ir en declive debido a las constantes noticias sobre los productos transgénicos y los abusos de empresas como Monsanto.
Aunque es un tipo de leche rica en proteínas vegetales y en vitamina B y ácido fólico, carece de calcio y además ha hecho saltar algunas alarmas médicas por el posible riesgo de aumento de cáncer de mama debido a su alto nivel de fitoestrógenos.
Pero no te alarmes. Tal como se explica en este interesante artículo del New York Times , en pruebas de laboratorio, los fitoestrógenos pueden estimular el crecimiento de las células presentes en el cáncer de mama. Sin embargo, en estudios realizados con pacientes, se ha observado todo lo contrario, un menor nivel de estas células en pacientes cuya dieta incluía la soja.
El asunto es que estos estudios se han realizado sobre población asiática y no se ha podido determinar si los índices de células cancerígenas se relacionan con el consumo de soja o se deben a otros factores como clima, medio, genes, etc. Por tanto, no hay un consenso en cuanto a la relación de la soja y el desarrollo del cáncer de mama.
Por otro lado, sí hay otros factores a tener en cuenta como que la soja interfiere en la absorción de ciertos minerales como el hierro y el yodo, y aquí tengo un caso cercano para contarte.
Mi hermano, que es vegetariano desde hace años y consumía soja de varias formas diferentes, descubrió recientemente en una visita a su médico que tenía un poco de hipotiroidismo. El endocrino, teniendo en cuenta la alimentación vegetariana que sigue mi hermano, le ha recomendado ciertos reajustes entre los que se incluyen reducir la ingesta de productos de soja y aumentar un poco el de sal, ya que la primera sospecha es que el problema se ha debido a los bajos niveles de yodo en su dieta, probablemente condicionados por la interferencia de la soja en la abosorción del hierro y el yodo.
Si quieres saber más sobre este tema, aquí puedes leer un artículo muy interesante.
CONCLUSIÓN:
Si vas a consumir leche de soja, vigila la etiqueta. Mejor que sea ecológica y que no lleve sabores artificiales del tipo "vainilla", "chocolate", "café", etc. y un montón de azúcares o endulzantes añadidos.
Leche de almendras
La leche de almendras parece haberse colocado entre los primeros puestos de alternativas saludable a la leche animal.
Contiene menos calorías que la leche de soja, no aporta grasas saturadas ni colesterol, un 25% de la dosis diaria recomendada de vitamina D y casi la mitad de de E. Además, también aporta proteínas de origen vegetal y calcio.
Pero por supuesto, la leche de almendras tiene un gran inconveniente: las alergias a los frutos secos que padecen tantas personas.
Además tampoco podemos olvidarnos de los aditivos que les ponen algunas marcas y de los desorbitados precios de las de buena calidad.
CONCLUSIÓN:
Si no padeces de alergias a los frutos secos y solo usas la leche como complemento de tu café, té o cereales, es una opción perfecta.Leche de arroz
La leche de arroz se hace moliendo los granos de arroz junto con agua hasta que se forma esa especie de leche. Durante el proceso, los carbohidratos propios del arroz se transforman en glucosa, lo que hace que esta leche tenga su característico sabor dulzón.
Es una opción con escasos valores nutritivos a menos que se le añadan artificialmente las vitaminas y el calcio. Tampoco contiene prácticamente proteínas pero es la opción que menos problemas de alergias da.
CONCLUSIÓN:
Si tienes serios problemas de intolerancias a la lactosa y frutos y secos y sueles padecer además de gases, la leche de arroz es tu mejor opción. Pero ten en cuenta que su contenido en carbohidratos es casi el doble que el de la leche normal y que además no aporta casi nutrientes. Por tanto, necesitarás complementar esta leche con otras fuentes de proteínas o conseguir alguna marca que venga enriquecida con proteína de guisantes, por ejemplo, o calcio.
Leche de avena
Es otra de las alternativas más fácilmente adquiribles en los supermercados o incluso para hacer en casa. Esta se realiza a partir de los granos de avena enteros, limpios, molidos y cocidos con agua y luego tamizados y mezclados con otros ingredientes como sal, vainilla, canela, etc. Dependiendo del gusto de cada uno.
Entre sus ventajas destaca que tiene un aporte más equilibrado de carbohidratos y proteínas vegetales. Por 100 g. de avena obtenemos 58,7 g. de carbohidratos, 13,5 g. de proteínas vegetales y 7 g. de grasas. La avena es un cereal reconocido por su acción reguladora de los niveles de glucosa en sangre y su aporte de fibra la hacen ideal para aquellas personas con problemas de colesterol.
Además, son archiconocidas sus propiedades beneficiosas para hidratar nuestra piel y el pelo. Si haces leche de avena en casa, la pasta que te sobra tras el tamizado es una mascarilla ideal para el pelo o la piel.
Por cierto, te dejo este vídeo que me ha gustado mucho sobre cómo hacer leche de avena.
Pero no todo es de color de rosa con la leche de avena, y es que como muchos cereales contiene gluten, lo que hace que no sea apta para personas con celiaquía.
CONCLUSIÓN:
La leche de avena es una de las mejores opciones teniendo en cuenta su relación entre aporte y calidad de nutrientes, precio y efectos adversos. Pero si padeces o sospechas que puedas padecer de intolerancia al gluten, mejor consulta con tu médico.
Pues aquí dejamos el repaso a los distintos tipos de leche. Evidentemente existen otras opciones como la leche de coco, la de cáñamo u otras extraídas de otros cereales o frutos secos. Te dejo un útil resumen de las más habituales alternativas a la leche animal.
Yo me he pasado muchos años tomando leche de soja, pero desde hace un año voy alternando esta con la leche de almendras y la de avena, aunque es la de almendras la que mejor me va.
¿Cuál o cuáles suelen ser tus opciones?
Te mando un besazo y te veo pronto por aquí.
Ana
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