Quienes aman la vida son seres que cultivan sus valores, ponen a disposición de los demás sus virtudes, y alcanzan la felicidad y el bienestar por motu propio. Esta propia iniciativa lleva a estas personas a alejarse de la contaminación de pensamientos destructivos, para acercarse a la base del bienestar común. Aportando su granito de arena para llenar de belleza tanto sus propias vidas como las de los demás.
¿Qué es la amabilidad?, ¿qué es la gratitud? Podríamos decir que por los grandes dones que poseen son expresiones del alma, de una esencia que nos hace humanos, que nos une y nos deja comprender nuestra existencia. El ser humano no habría evolucionado como lo ha hecho, sino fuera porque hay personas que se han preocupado por sacar lo mejor de sí mismas. Estando dispuestas a contribuir y ofrecer todo lo que tienen, entendiendo que la vanidad empobrece y la amabilidad enriquece y nos hace crecer. Si estamos de acuerdo en que estos valores son esenciales para la vida y la propia felicidad, ¿por qué nos olvidamos de cultivarlos? La amabilidad y gratitud están presentes en todos nosotros, sin excepción. Simplemente hay quienes les van dando cabida, integrándolas en sus vidas. Y hay quienes no le dan cabida, enterrándolas en lo más profundo de su inconsciencia.
Y tú, ¿quieres saber cómo dar cabida a estos grandes tesoros? ¿quieres conocer lo que supone albergar y fortalecer la amabilidad y gratitud en tu interior? A continuación iremos desvelando el sentido que tienen estos hermosos valores, y con qué tipo de acciones podemos alimentarlos…
Cultivar nuestros valores
El poeta libanés Khalil Gibran expresó lo siguiente acerca del valor de la amabilidad: “La ternura y la amabilidad no son signos de debilidad o desesperación, sino que son manifestaciones de fuerza y decisión“.
Esto es algo que se podría aplicar a los valores. Son la expresión de una decisión que con fuerza logramos transmitir en nuestra conducta. Corresponden a nuestras fortalezas en las que nos hacemos más conscientes en momentos difíciles y de adversidad.
Cultivar nuestros valores forma parte de cada uno de nosotros, de las decisiones importantes que tomamos en la vida. Sin embargo, en estas decisiones no tiene cabida el autoengaño, puesto que es necesario ponerlas en práctica en cada una de las acciones que tomamos. Las personas que han decidido aplicar la amabilidad y gratitud en sus vidas, lo son no solo porque lo hayan decidido así, sino porque lo aplican en cada uno de sus actos ante cualquier circunstancia. Y es así como honestamente se adquiere un valor que acaba transformándose en virtud.
Seguramente te preguntarás ¿cómo ser consecuente con lo que decidimos ante momentos tan difíciles por los que pasamos?, ¿cómo puedo ante ciertas circunstancias que me llenan de enfado sacar a flote mis valores? Que mejor respuesta que una historia. Esta historia es una leyenda del pueblo Cherokee (nativos de América del norte), y nos cuenta el enfrentamiento entre dos fuerzas en las que surge el conflicto:
” -Un hombre dijo a su nieto: -siento como si tuviera en el corazón dos lobos que se están peleando. Uno de ellos es violento, está siempre enojado y queriéndose vengar. El otro está repleto de perdón, compasión y amor.
-El niño le preguntó: ¿Cuál de los dos será el que gane la pelea y se quede en tu corazón?
-A lo que el abuelo le respondió: –El que yo alimente.”
Cultivar nuestros valores forma parte de una decisión y también de una actitud ante la vida, dedicando un gran esfuerzo en alimentar las conductas que van más acorde a los valores que queremos reforzar. Esto no ha de ser solo un asunto externo sino que debe de comenzar como algo interno: no podemos respetar a los demás si antes no nos respetamos a nosotros mismos.
Liberar a nuestra mente del sufrimiento
El sufrimiento tiene relación con una actitud represiva e inconsciente. La aceptación y la conciencia son elementos esenciales para cultivar nuestros valores. Solo podemos darles cabida estando sanados internamente, no podremos albergarlos si nos sentimos con rencor, con ira y sufrimiento ante lo que no toleramos.
La amabilidad y gratitud consisten en dar, en el placer de entregar todo nuestro ser, sin esperar nada a cambio, sin la necesidad de obtener un reconocimiento. Agradecer significa valorar quienes somos, apreciar la existencia, compartir y disfrutar lo que la naturaleza nos ofrece. Es un acto puro de bondad en el que toda persona forma parte de nuestro camino y es digna de nuestros mejores gestos y deseos.
Con amabilidad y gratitud no tiene cabida el sufrimiento ni la nostalgia. No nos quedamos mirando atrás con lo valioso que perdimos, sino que agradecemos todo lo que hemos ido encontrando por el camino. Mediante la gratitud culmina todo proceso de duelo. Sentir la gratitud nos fortalece y nos prepara para que superemos y aceptemos cualquier pérdida. Los recuerdos se vuelven dulces y un alivio para nuestro dolor.
La meditación nos ayuda a cultivar estos valores tan esenciales para nuestro bienestar, y tan necesarios para que la vida siga teniendo sentido. Nuestra mente ha de estar preparada para poder albergar e integrar estos valores, y es ahí donde la meditación juega un papel fundamental. Con esta práctica adquirimos una mayor conciencia para poder dirigirnos hacia la aceptación, y en definitiva hacia la profundidad de nuestro ser. Y en esto te puede ayudar el método Crear Salud, que se convertirá en tu mejor compañero para llevar la atención plena y la meditación a tu día a día. Además, en este método también fomentamos y aconsejamos sobre una correcta nutrición y una vida más activa. Descárgate la app Siente –aquí puedes hacerlo- y empieza a disfrutar de los beneficios del mindfulness y la Psicología Positiva. A partir de una metodología muy sencilla, emprenderás el camino para mejorar tu bienestar y acercarte a una vida más feliz.
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