Precisamente algunos desequilibrios por falta de sueño, hicieron que Patty, una seguidora de Nueva York, se comunicara conmigo. Ella me contactó a inicios de febrero porque se sentía un poco embotada y con mucha lentitud mental. De acuerdo a lo que intercambiamos, ella estuvo algunas semanas durmiendo muy mal, debido a una situación familiar.
Esto se superó posteriormente, sin embargo, la falta de descanso adecuada, trajo secuelas negativas a su salud. A sabiendas que, en la actualidad se han logrado descubrir algunas vías de desintoxicación cerebral, compartí con ella información acerca de este interesante tema. En ella, le mostré algunas evidencias científicas que permiten comprender la importancia de un sueño reparador.
Además, compartí con Patty algunas técnicas sencillas que le permitieron realizar una desintoxicación de su cerebro. El descanso y el sueño adecuado son una clave vital para mantener un equilibrio mental. Cuando esto se logra comprender, muchos cambios positivos pueden realizarse. Por ello, decidí compartir este interesante artículo aquí en mi página.
Algunas generalidades acerca del sueño
Hoy más que nunca, es necesario comprender que la pérdida recurrente de sueño, acarrea una serie de inconvenientes mentales y emocionales. Estos efectos, pueden transformarse en situaciones que desencadenen procesos graves de salud.Se ha establecido que son necesarias unas siete horas de sueño, para poder obtener un correcto desempeño cognitivo. Y aunque cueste creerlo, al dormir, el cerebro es capaz de reorganizarse y expulsar una serie de sustancias tóxicas. Ellas mayormente son subproductos acumulados a lo largo del día, cuya eliminación, influye en el correcto desempeño cerebral.
Diversos estudios realizados, demuestran que la restricción del sueño, posee efectos similares a la privación total del sueño. Esto ha permitido descubrir que, cada una de las fases del sueño, es capaz de ejercer efectos restauradores y rejuvenecedores del cerebro humano. Esto se realiza, debido a que se activan ciertos mecanismos descubiertos recientemente que permiten desintoxicar el cerebro.
¿Es adecuado afirmar que el cerebro puede desintoxicarse?
Ciertas investigaciones recientes permiten establecer que, al igual que otros órganos de nuestro cuerpo, el cerebro también puede desintoxicarse. Así, la ciencia ha logrado observar que existe un sistema denominado glinfático (sistema que se activa durante el sueño), capaz de desintoxicar las células cerebrales. Cuando este sistema funciona inadecuadamente, las toxinas tienden a acumularse, acarreando serios inconvenientes cognitivos y conductuales.
El cerebro humano es considerado uno de los órganos metabólicamente más activos. De hecho, solo en etapa de sueño, el cerebro disminuye un 20% el consumo de oxígeno. Se ha establecido que la gran demanda energética cerebral, lleva consigo una gran producción de residuos generados durante el metabolismo. Es decir, el empleo de energía de los nutrientes, conlleva la producción de ciertas sustancias que pueden resultar tóxicas.
Durante muchos años, se llegó a pensar que el cerebro lograba deshacerse de los excesos de ciertas sustancias, mediante el flujo del líquido cefalorraquídeo. De acuerdo al Instituto Nacional de Cáncer, este líquido es el que circula a través de los espacios huecos del cerebro y la médula espinal.
Afortunadamente durante los últimos cinco años se ha logrado profundizar acerca de un sistema muy importante. El mismo se denominó sistema glinfático y fue descubierto el año 2013, desde allí comenzó a adquirir mucha relevancia científica. Esto se debió a que el mismo está conformado por un conjunto de estructuras, que drenan residuos metabólicos cerebrales.
Pinceladas acerca del empleo de energía cerebral
Durante los últimos cinco años se han obtenido muchos datos, que han permitido esclarecer acerca de las formas de desintoxicación del cerebro. Este, posee una jerarquía privilegiada en nuestro cuerpo, encontrándose separado de la circulación general del organismo, mediante la barrera hematoencefálica.Vale destacar, que el cerebro posee un alto consumo de energía y además una baja capacidad para almacenarla. Se ha observado que, en procesos de baja o nula ingesta de alimentos, muchos órganos, llegan a perder un 40% de su masa. Esto se debe a la demanda de energía, redireccionada al cerebro para su funcionamiento. Así, en igualdad de condiciones, el cerebro pierde menos del 2% de su masa.
De la energía que ingresa al organismo y es transformada en glucosa, el cerebro consume el 60% de ella. Y este detalle llama mucho la atención, pues el cerebro pesa aproximadamente el 2% del peso corporal.
Así, en la medida que la actividad metabólica es mayor, mas altas son las cantidades de sustancias de desperdicio producidas. Ahora bien, el organismo posee un sistema de drenaje de las sustancias de desecho, denominado sistema linfático. El se extiende a lo largo del cuerpo humano y recoge los desechos de los espacios extracelulares. Ellos, son vertidos en la sangre y luego excretados.
Este mecanismo, es válido para todo el cuerpo, excepto para el cerebro pues no posee vasos linfáticos. Y precisamente es aquí, donde participa el sistema recién descubierto denominado sistema glinfático.
Entendiendo un poco sobre el funcionamiento del sistema glinfático
Se sabe que, el cerebro está cubierto por un fluido de aspecto transparente, el cual como se mencionó anteriormente, se denomina líquido cefalorraquídeo. La ciencia por mucho tiempo, sospechó que los desechos (metabolitos y toxinas) del metabolismo, se vertían en este líquido. Estas sospechas fueron corroboradas el año 2012.Así, mediante un excelente estudio, se pudo verificar que el líquido cefalorraquídeo y el fluido extracelular (donde las células del sistema nervioso central vierten sus deshechos) están en continuo intercambio. Estudios posteriores, confirmaron la existencia de un sistema de drenaje especializado, siento un sistema muy novedoso para la ciencia.
Es importante mencionar que se determinó la existencia de un espacio entre los vasos sanguíneos que penetran al cerebro y la barrera hematoencefálica. Dicha barrera, antes mencionada, esta conformada por células especializadas que en su conjunto reciben el nombre de glía. Ellas conforman un espacio por donde el líquido cefalorraquídeo puede circular.
Este sistema fue el que se denominó como sistema glinfático. De acuerdo a los estudios, el cerebro es el único órgano que presenta este interesante mecanismo.
¿Un sistema que se activa al dormir?
Como se sabe, el sueño es muy importante para todos los mamíferos. aunque, mientras esto ocurre muchos mamíferos en la naturaleza, son susceptibles a los depredadores. Sin embargo, el sueño mejora las capacidades de respuesta y por ello, es un proceso que nunca deja de realizarse en condiciones naturales.De acuerdo a los resultados obtenidos por diversos estudios, se ha logrado establecer que, mediante el sueño es posible mejorar la consolidación de la memoria. También se ha demostrado que el metabolismo cerebral, solo disminuye en un 25% durante la etapa de sueño.
Esto ha sido un indicio interesante para los investigadores, como sugerencia de que el sueño no sirve nada más para preservar la energía corporal. Por ello, el descubrimiento del sistema glinfático, apoyado en estudios con tomografía, permitió establecer que este sistema se activa solo al dormir. Esto indica, que este sistema se inactiva durante la etapa de vigilia, es decir al estar despiertos.
Ciertos estudios han permitido establecer que, en la etapa de sueño profundo, se producen especies de oleadas de líquido cefalorraquídeo, que son capaces de arrastrar desperdicios y sustancias tóxicas del cerebro. Además de ello, se produce un reacomodo del espacio entre las células para apoyar este proceso de limpieza.
Dada la actividad que posee el cerebro durante el día, este proceso no se realiza, pues es una condición que poseen las células cerebrales de activarse solo al dormir.
Compuestos asociados a la neurotoxicidad cerebral
De acuerdo a ciertos informes se sabe que, en muchos países se liberan toneladas de sustancias que poseen la capacidad de causar neurotoxicidad. Por ejemplo, en China, se ha establecido que al menos un 70% de los ríos y lagos están contaminados. Incluso, en más del 75% de los países, los desechos industriales son vertidos en los drenajes de agua. De hecho, en Estados Unidos, se liberan unos 110 kg de tóxicos por persona al día.Lamentablemente muchos de estos desechos poseen la capacidad de causar daños a nivel de las neuronas. Esto se refleja en un desequilibrio del sistema nervioso y en una serie de patologías que deterioran la capacidad cerebral. Pero, no solamente los contaminantes ambientales y metales pesados, causan toxicidad.
Existen otros factores que afectan el adecuado funcionamiento del cerebro y generan muchas toxinas. Entre ellos se pueden mencionar: elevados consumos de bebidas alcohólicas, tabaco y drogas, ingestas elevadas de alimentos procesados, empleo de algunos medicamentos y sueño inadecuado o no reparador.
Estos efectos de toxicidad cerebral se manifiestan como fallas a nivel de memoria, concentración y dificultades de aprendizaje. Además de ello, se disminuye la velocidad de respuesta mental y se presentan dificultades de lenguaje. Incluso, se han logrado detectar procesos depresivos, de ansiedad, confusión, fatiga y trastornos de la personalidad.
¿Cómo se puede limpiar el cerebro?
Aunque suene un poco extraño para muchas personas, existe la posibilidad de ayudar al cerebro a mantenerse desintoxicado. Aquí muestro algunas claves sencillas que pueden implementar.1. Mantener sana la barrera hematoencefálica del cerebro
La barrera hematoencefálica es la que permite aislar adecuadamente el cerebro de los efectos de muchas sustancias y toxinas. Muchas de ellas, son causantes de una serie de radicales libres. Algunas ideas para mantener bajos estos niveles de radicales libres son:Practicar una alimentación adecuada (incluye muchas hortalizas y frutos en tu dieta diaria, además de la inclusión de probióticos y prebióticos)
Evitar el cigarrillo y las bebidas alcohólicas
Evitar ingerir alimentos procesados o con altos niveles de azucares libres
Ingerir bajos niveles de proteína animal y en caso de hacerlo, preferir las provenientes de granjas
Incorporar el ayuno intermitente.
2. Evitar exponer excesivamente el cerebro a sustancias tóxicas
Es sabido que existe un permanente bombardeo de contaminantes a nivel del agua, alimentos y el aire. Por ello es importante:Implementar el empleo de productos de bajo impacto residual en tu hogar, preferiblemente productos ecológicos
Introducir en tu alimentación y la de tu familia alimentos orgánicos
Emplear siempre agua filtrada
Consumir alimentos antioxidantes. A manera de ejemplo: té verde, cacao en polvo, bayas de Goji, arándanos, granadas, fresas, espinacas, zanahoria, col rizada, aguacates y tomates.
3. Practicar una adecuada higiene de sueño
De acuerdo a la World Sleep Society, existen una serie de reglas que deben tomarse en cuenta para disfrutar de un sueño adecuado.Realizar ejercicio de forma regular, pero no tan cerca a la hora de ir a dormir
En caso de tomar siestas, éstas no deben exceder los 45 minutos al día
Implementar un horario disciplinado para ir a dormir y también para levantarte
Las bebidas contentivas de cafeína (chocolate, té, café, refrescos y bebidas energéticas) deben ser ingeridas hasta un máximo de seis horas antes de irte a la cama
Evitar el consumo de alimentos azucarados, picantes o altos en grasas saturadas cuatro horas antes de ir a dormir
Mantener la habitación adecuadamente ventilada y a una temperatura corporal que sea adecuada
Evitar el ruido, la luz y el empleo de pantallas al acostarte (evitar sobre todo el teléfono celular).
4. Mantener niveles adecuados de hidratación
Como se ha mencionado en otras ocasiones, el cuerpo humano está compuesto por aproximadamente un 60% de agua. Vale destacar, que a nivel cerebral el agua constituye hasta un 85%. Es por ello, que se debe realizar una adecuada hidratación, a fin de mantener un funcionamiento adecuado de las distintas funciones cerebrales. Al estar adecuadamente hidratados, el sistema glinfático podrá remover de forma más eficiente las toxinas cerebrales.De acuerdo al Instituto de Investigación Agua y Salud de España, es importante ingerir diariamente entre 2 y 2,5 litros de agua. La misma debe ser ingerida en intervalos regulares y en pequeños sorbos. Se sugiere, ingerir unos 330 ml aproximadamente cada dos horas.
5. Ayudar al cuerpo a mantener las vías de desecho funcionando adecuadamente
A los fines de lograr mantener niveles adecuados de excreción de las toxinas, se debe procurar que los riñones y sistema digestivo se mantengan saludables.Esto se logra al:
Evitar el cigarrillo
Practicar ejercicio y evitando el sedentarismo
Mantener un peso saludable
Evitar el consumo excesivo de sal y de azúcar
Monitorear los niveles de azúcar en la sangre
Tomar agua filtrada en niveles adecuados
Indagar acerca de enfermedades renales en la familia y controlando enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión
Realizar chequeos rutinarios de orina y a nivel renal
Mantener una dieta saludable y evitar el estreñimiento
Utilizar probióticos y prebióticos
No abusar de los medicamentos, en especial los antiinflamatorios no esteroideos.
6. Introducir ciertos alimentos para evitar la neurotoxicidad
Muchos estudios científicos han logrado establecer que, alimentos con altos contenidos de azufre como el ajo, cebolla, puerro y las crucíferas como el brócoli y coliflor estimulan la proteína Nrf2. De acuerdo a estudios recientes, se sabe que la misma podría prevenir la degeneración de las células nerviosas y ayudar a procesar los neurotóxicos de forma adecuada.Se ha demostrado también, que los alimentos ricos en flavonoides logran estimular y proteger esta importante proteína. Entre ellos destacan: canela, cúrcuma, jengibre, albahaca, romero, hinojo, perejil, apio, tomillo, calabaza, zanahoria, calabacín y frutas azules o púrpuras.
Concluyendo
Yo me considero una investigadora de los procesos del organismo, sobre todo los relacionados con una alimentación saludable. Sin embargo, muchas investigaciones sobre los sistemas orgánicos con tantos enigmas como el cerebro, son asombrosos y también esperanzadores. Es admirable que una sospecha de cómo el cerebro se mantenía libre de desechos tóxicos, se mantuvo viva por tanto tiempo.Así, el sistema glinfático descubierto hace poco, permite que se expliquen una serie de efectos relacionados a un adecuado funcionamiento cerebral. Y algo importante, este sistema solo se activa al estar durmiendo si se hace de forma adecuada.
Existen una serie de técnicas sencillas que permitirán mantener limpio y desintoxicado el cerebro. Entre ellas destacan: mantener una barrera hematoencefálica sana, no exponiéndose a sustancias toxicas y practicando una adecuada higiene de sueño. Además de ello, es importante procurar niveles adecuados de hidratación y mantener los sistemas excretores (digestivo y renal), funcionando adecuadamente.
Es importante mencionar además que, en la dieta, deben introducirse algunos alimentos con características muy importantes. Entre ellas, poseer propiedades antioxidantes y favorecer el establecimiento de una flora intestinal benéfica, como en el caso de los probióticos.
Patty, realmente se sintió a gusto con la información recibida, la cual comparto en el post. Para ella, la incorporación de muchos alimentos antioxidantes, una adecuada cantidad de agua filtrada y la incorporación de actividad física rutinaria, hicieron la diferencia. Hace unas dos semanas, se comunicó conmigo para agradecerme con mucho cariño el hecho de haber compartido una información que cambió su vida y la de familiares cercanos.
“Es nuestro líquido cefalorraquídeo que actúa como un sistema de descarga para la desintoxicación del cerebro () Este líquido básicamente recoge la basura durante la noche; las proteínas y los desechos en exceso dentro de nuestro cerebro se desplazan por el líquido hacia la parte externa del cerebro. Pueden eliminarse del cuerpo a través del resto de los aparatos para mantener todas las células saludables”
Dr. Alberto R. Ramos
Sistema de Salud de la Universidad de Miami
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Referencias:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25947369/
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