¿Cómo se relaciona la inteligencia emocional con la salud?

Seguramente habrás escuchado hablar del término de inteligencia emocional y lo relaciones de inmediato con un asunto de salud psicológica, lo cual es comprensible, sin embargo, la inteligencia emocional también tiene una relación con la salud física, y a continuación te diremos cómo.

Primero hablaremos sobre la definición de inteligencia emocional, cuando nos referimos a este término se habla de la capacidad para actuar con efectividad ante los demás y con nosotros mismos, es decir, conectar con nuestras emociones, a aprender a gestionarlas, a frenar nuestros impulsos y a motivarnos.

Pero ¿por qué es importante la inteligencia emocional? Por algo muy sencillo, nuestras emociones trascienden en nuestra vida diaria y pueden influir de manera decisiva en nuestra vida aunque en ocasiones no seamos consientes de ello.

La inteligencia emocional ha demostrado los beneficios que tiene para el desarrollo de las personas, es por ello que se ha utilizado en diferentes entornos como el educativo, laboral y el clínico donde ha dejado claro el gran poder que tienen las emociones sobre cada  individuo tanto en su forma de ser, sus acciones y en cómo se relaciona con otros.

Para comprender mejor el concepto vamos a revisar sus cuatro capacidades:
1.- Percibir las emociones de forma precisa
2- Aplicar las emociones de forma que faciliten el pensamiento y razonamiento
3.- Comprender las emociones
4.- Regular las emociones propias y ajenas

De esta manera podemos ver que para que una emoción facilite el razonamiento primero tienen que percibirse correctamente y para comprenderlas hay que identificarlas de manera adecuada y finamente para lograr su regulación hay que desarrollar la comprensión y percepción de las mismas.

Desarrollar una correcta Inteligencia Emocional además de ayudarnos en aspectos sociales y profesionales también es bueno para prevenir trastornos psicológicos como la depresión o la ansiedad.  

De acuerdo con algunos estudios las personas que prestan más atención a las emociones y no cuentan con las herramientas para regularlas tienen mayores niveles de emociones negativas.
Cuando alguien es emocionalmente inteligente tiene la capacidad de protegerse contra el desarrollo de trastornos psicosomáticos, es decir, aquellas dolencias físicas que tienen su origen y desarrollo en factores psicológicos.

Tal es el caso de la herpes labial que suele presentarse en aquellas personas que experimentan momentos intensos de estrés. De la misma manera ocurre con otros padecimientos como la diabetes o incluso el cáncer.

Existen varias maneras de desarrollar la inteligencia emocional, por ejemplo a nivel del trabajo se pueden realizar ejercicios de team building para unir a las personas a través del conocimiento mutuo, y también hay ejercicios que se pueden realizar individualmente para lograrlo.
 
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