COMO REDUCIR EL RIESGO DE MUERTE SUBITA A TRAVES DE LA ALIMENTACION


Una de las formas más temidas y fulminantes de morir es la muerte súbita cardiaca (MSC); cuando tiene lugar, el corazón se para y el individuo se desploma al instante. Si en ese momento no hay nadie que sepa hacer una maniobra de reanimación cardiopulmonar, el desenlace es fatal; pese a ello, estas maniobras no siempre consiguen reanimar a la persona, y si lo hacen, pueden quedar secuelas. Por lo tanto, la primera medida a tomar antes de que un evento de estas características ocurra, es la adopción de medidas encaminadas a reducir el riesgo de muerte súbita.

Al hablar de la MSC mucha gente piensa en los deportistas de élite (sobre todo por las numerosas muertes de futbolistas que se han podido ver en el terreno de juego), sin embargo la MSC afecta con mucha más frecuencia a personas sedentarias que no realizan ningún tipo de ejercicio, por lo tanto el ejercicio no es en si un factor de riesgo, si lo es cambio el sedentarismo y un mal estilo de vida.

A pesar de que las causas que subyacen tras la MSC no están del todo claras, su incidencia se ha relacionado, en la mayoría de los casos, con la existencia de una cardiopatía (diagnosticada o sin diagnosticar), con antecedentes familiares o factores de riesgo como hipertensión, diabetes, tabaco o drogas. Desgraciadamente, en otras ocasiones no avisa y el primer síntoma que da es la muerte, incluso en personas aparentemente saludables, y digo aparentemente, porque en ocasiones una analítica sanguínea, una prueba de esfuerzo o un electrocardiograma pueden salir perfectos, y aun así haber patología. Y es que a veces hacen falta pruebas más exhaustivas que sean capaces de detectar anomalías cardiacas, tales como un TAC, para valorar la morfología de la aorta y del ventrículo izquierdo, o una ecografía que detecte una posible displasia arritmogénica del ventrículo derecho (un tipo de cardiopatía congénita).

El caso es que al final lo que nos interesa es reducir el riesgo de sufrir un evento de estas características, y una buena forma de hacerlo es a través de nuestra alimentación, ¿de qué manera?, muy fácil, aumentando nuestra ingesta de magnesio, un mineral cuyas propiedades terapéuticas siguen estando muy subestimadas pero cuyos beneficios probados para la salud son muy grandes, en especial en lo que concierne a la salud cardiovascular.

La influencia de una ingesta adecuada de magnesio en la MSC (SCD por sus siglas en inglés) fue demostrada en un estudio que involucró a 88.375 mujeres. En dicho estudio se observó que aquellas mujeres que tenían altos niveles de magnesio en sangre (como consecuencia de una mayor ingesta de alimentos ricos en magnesio) vieron reducido su riesgo de padecer MSC en un 41%, una cifra realmente significativa (Am Jour Clin Nutr. 2011). Esto nos indica que llevar una alimentación rica en magnesio es, junto a las pruebas diagnósticas pertinentes, la mejor forma de prevenir la MSC.Podéis encontrar grandes cantidades de magnesio en los siguientes alimentos:- Frutos secos: nueces, cacahuetes, piñones, pipas de girasol, almendras, anacardos, castañas, altramuces, avellanas, pistachos.- Legumbres: garbanzos, judías blancas, guisantes, soja.- Otros alimentos: caracoles, café (preferentemente sin cafeína), chocolate (recordar, del 75% de cacao para arriba).Tener presente estos alimentos en nuestra alimentación diaria es una buena forma de reducir el riesgo de sufrir una MSC. Aun así, siempre que notes alguna molestia a nivel cardiaco acude al cardiólogo, una prueba diagnóstica hecha a tiempo puede ser vital.Ahora, ayúdame a extender estos consejos compartiendo este artículo en las redes sociales. 

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