Pero aunque haya que adaptarse a las fiestas y a los planes navideños, esto no significa que nos tengamos que ver obligados a ponernos a dieta en enero. Podemos cuidarnos durante las Navidades y conseguir un equilibrio entre algún que otro capricho o exceso y una alimentación sana.
Estas son algunas de las recomendaciones para que continuemos cuidándonos durante las vacaciones de Navidad igual que lo hacemos el resto del año:
- No aprovechemos la excusa de que “es Navidad” para comer más de lo que comemos normalmente. Realmente los grandes banquetes de estas fiestas son menos de 5, y además espaciados en el tiempo. Puede ser comparable a excederse dos fines de semana seguidos cuando sales a cenar con los amigos. Cambia el chip. Las Navidades son como un fin de semana largo.
- Si un día comes más, como en la cena de Nochebuena o la comida de Año Nuevo, contrólate al día siguiente. No hace falta que ayunes, pero intenta compensar los excesos, igual que después de una boda, por ejemplo.
- Toma infusiones después de las comidas para facilitar las digestiones y bebe mucha agua para que tu organismo se depure de forma más rápida y efectiva. Las fuentes de agua y otras “herramientas” como estas pueden convertirse en tus aliadas y ayudarte a beber toda el agua que necesitas durante las Navidades.
- Sigue haciendo deporte o el ejercicio físico que practiques. Puedes reducir la intensidad o la frecuencia, pero no lo abandones por completo porque cuando quieras retomarlo en enero te costará el doble. Además, el ejercicio te ayudará a reducir el efecto de los caprichos que te des en las comidas.
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