Beneficios del journaling - Reto 7 días

Beneficios del journaling - Reto 7 días


Hoy quiero hablarte del journaling, que suena muy moderno, pero que finalmente es escribir un diario, como toda la vida se ha hecho.

¿Tú también escribías tu diario cuando eras pequeña?

Yo me acuerdo tener uno, que me regalaron por mi comunión, o poco más adelante (no recuerdo bien la fecha) que tenía el típico candado pequeñito. En aquella época, escribía lo que hacía en el día, un poco guiada por las películas donde veía a otras adolescentes escribir en sus diarios. Sin más pretensión que imitar lo que veía. Durante mis años de adolescente, escribí de forma más bien entrecortada, a veces más, a veces no lo tocaba en meses. Hasta que lo abandoné por completo, durante muchos años.

Hace dos años, aproximadamente, que lo he vuelto a retomar. No puedo decir que escribo de forma diaria, porque va también a temporadas, pero sí que es cierto que lo he retomado, e incluso he terminado ya varias libretas. Gran parte de la culpa de retomarlo la tuvo el libro El Camino del Artista, de Julia Cameron, donde te anima a trabajar en tus páginas matutinas (te hablaré de ellas en otra entrada)

Al principio, me tomé el ejercicio como una tontería pero he de reconocer que le he visto mucho potencial y lo he acabado disfrutando. Lo he usado como herramienta para ventilar, soltar lo que tenía en la cabeza dando vueltas, una y otra vez. Me ha ayudado a tomar decisiones, a aclararme.

Por eso, hoy quiero hablarte del journaling, o la escritura reflexiva, como herramienta para sentirte mejor.
Qué beneficios tiene la escritura habitual de un diario

Hay estudios que avalan el uso terapéutico de la escritura. Escribir de forma regular (vamos, constante) sobre experiencias pasadas se recomienda a personas que han pasado por una situación traumática o difícil, como un ejercicio para comenzar a curarse. Pero si en casos tan extremos como esos, es útil, ¡imagina lo bien que te puede venir para tu día a día!

Te sirve para vaciar tu mente. ¿Has leído u oído la expresión brain dump -vertedero mental-? ¿O monkey brain? A veces muchas cosas en la cabeza al mismo tiempo, que nos abordan una y otra vez, y no nos permite concentrarnos. Poner esas ideas en papel, nos ayuda a liberar ese espacio en la mente, ya no necesitamos estar pensando en ello para no olvidarlo, lo tenemos por escrito, así que nuestra mente puede relajarse y centrarse en lo que te interesa.

Te sirve también para poder tus ideas en orden. Una vez has cogido práctica, es una herramienta muy útil para profundizar en tus ideas, te puedes llegar a conocer mejor, conocer tus prioridades.

Poner en palabras tus sentimientos te ayuda a procesarlos, tenerlos claros, y finalmente, sentirte más a gusto. Te replanteas tu narrativa personal (como lo llaman los psicólogos): es decir, repasas y reflexionas sobre tus pensamientos y experiencias, contando tu historia. Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.

Es un buen ejercicio de mindfulness. Al poner nuestras (veloces) ideas por escritos, necesitamos pararnos a escribir, frenar un poco, tomarlo con (más) calma. Este parón nos ayuda a centrarnos en el aquí y ahora.

Es un espacio de libertad, donde mostrarte sin filtros, ya que nadie te va a leer. Esta sensación de intimidad y privacidad te permite fluir tal y como piensas, en ese momento.

Al trabajar el dejarte fluir, trabajas también la creatividad. No pones filtros a tus ideas, y acabas llegando, con la práctica, a alternativas sorprendentes. Escribir sin una idea fija (un tema concreto), fluyendo, permite a tu mente liberarse, y permite que surjan conceptos que a lo mejor estaban bloqueados. O crea relaciones entre ideas o conceptos nuevas, sorprendentes, y que no habías realizado anteriormente.

Mejora la retención. Te lo contaba en ésta entrada: La escritura mejora la captura, procesamiento, retención y recuperación de la información. Además, es una forma de mejorar tu compromiso con una idea (por ejemplo, para fijarte un objetivo, como siempre te recuerdo: ponlo por escrito!) Escribir sobre tus objetivos te ayuda a poner en claro cuáles son tus intenciones, a encontrar el motivo real y final por el que lo quieres hacer. Te ayuda a organizarte, a plantear los pasos que tienes que dar para llegar a tu meta.

Además, es una forma de dejar un legado, dejar una huella. Este es el punto más romántico de todos, y para mi el menos importante, pero reconozco que muchas veces mientras escribía, he recordado los otros muchos casos de diarios que nos han llegado de personajes famosos, y otros anónimos, que nos han permitido compartir y conocer su modo de vida, pensamientos...

Normalmente los diarios no se vuelven a leer. Pero si, en algún momento quisieras volver a ellos, te recomiendo dos cosas: primero, que dejes pasar un tiempo prudencial. Y segundo, y muy importante: que hagas una lectura crítica de lo que lees. Es probable que ciertas páginas estén escritas desde el dolor, desde un punto de vista que probablemente ya no sea el que tienes. En vez de quedarte en la superficie, y sintiendo vergüenza ajena (que es muy común), intenta sacar las conclusiones y aprendizajes de esas etapas.

La constancia también es clave para sacarle todo el jugo a esta práctica. Porque pasarás por varias fases: una primera de entusiasmo, donde sientas que tienes muchas cosas que contar, luego, cuando sientas que ya no tienes nada que contar, entrarás en una fase en la que ya no le veas sentido, y es muy fácil dejarlo de lado en ese momento. Pero con constancia conseguirás pasar a la tercera fase: a crear el hábito, a fluir y disfrutar escribiendo.

Y de verdad, que te animo a intentarlo.

Yo, como te dije al principio, empecé por el libro de Julia Cameron. Y pasé por las dos fases, un par de veces. La primera vez, cuando entré en la fase del ya-no-tengo-nada-que-contar, lo dejé enfriar. En cierto modo, entendí como que no era mi momento, pero al poco tiempo volví a darle otra oportunidad al libro y a las páginas matutinas, y ahí me enganché. Cogí el hábito y durante 12 semanas seguidas escribía a diario. Ahora, aunque reconozco que no escribo el 100% de los días, si que escribo con bastante asiduidad pero sobre todo, ahora me lo pide el cuerpo, sobre todo cuando estoy en épocas de estrés, o tengo algo que me preocupa en mente. Recurro a escribir en mis cuadernos, como método de desahogo, o para aclararme sobre un tema, si dudo.
Quiero proponerte un "reto"

No sé si alguna vez has escrito un diario, o si es una práctica habitual tuya (cuéntame tu experiencia en comentarios, ¡me encantará conocerla!) pero quiero animarte a, este verano, probarlo y comenzar a hacerlo.

Por eso quiero retarte a hacer solo 7 días de journaling conmigo.

¿Qué necesitarás?

Un cuaderno que te guste. En realidad cualquier cuaderno o papel valdría, pero si el continente donde guardarás estas hojas, te gusta, y te apetece usarlo, te servirá de motivación extra para ponerte a ello. Yo estoy terminando ahora mismo un cuaderno de cuero, parecido al que verás en el enlace, y mi próximo cuaderno será un cuaderno de Paperblanks que me regalaron

Un bolígrafo (o pluma) que también te guste. Porque, al igual que el papel, cualquier bolígrafo o lápiz vale, pero si es una herramienta con la que te sientes cómoda, que da gusto usarla, al final apetece más. Yo uso un bolígrafo con cartuchos de tinta recargable, que aunque traspasa un poco en el papel, me encanta cómo escribe.

15 minutos cada día, para ti. A solas.

¿Extras? Siempre son bienvenidos, pero no indispensables. Si tienes un rincón donde puedas estar a solas y tranquila esos minutos, y que esté ordenado (para centrarte en escribir), o quieres acompañarlo de una bebida, o unas velas, etc ¡siempre es bienvenido!. Yo uso mi escritorio, por la mañana, mientras me tomo una taza de café, y mientras la casa está tranquila.
Los primeros días es fácil que te centres en ventilar, en soltar todo lo que llevas dentro. Hazlo. Si llega un día en el que ya no sabes qué escribir, prueba a centrarte en cosas positivas (por ejemplo, cosas por las que estás agradecida, objetivos que te gustaría cumplir, frases que te inspiren...). No busques una redacción perfecta, nadie lo va a leer. Solo deja que lo que te viene a la cabeza, lo pongas por escrito.

Yo estaré compartiendo mis avances desde mañana lunes en mi perfil de instagram, con el hashtag #7diasjournaling. Si te animas a hacer el reto, me encantaría que me contases cómo te has sentido al final de cada día.

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