☑️ 4 Efectivos Remedios Caseros Para El Vómito

El cuerpo humano y el de otros mamíferos trae incorporado ciertos mecanismos de defensa ante situaciones, que son potencialmente peligrosas. Me refiero a las náuseas y las consecuencias que ella acarrea al inducir el acto de vomitar.

A lo largo del tiempo, se han desarrollado una variedad de soluciones caseras que han logrado aliviar estos efectos, en especial el de los vómitos. En ocasiones es fácil identificar su causa, pero no siempre resulta sencillo. Este es el caso de Bárbara, una seguidora de Carolina del Sur. Cuando ella realizó contacto conmigo, me solicitó asesoría sobre algunas alternativas para tratar los vómitos.

Ella recuerda que cuando niña, en muchas ocasiones al viajar con su familia en auto, solía marearse con frecuencia. No siempre sucedía, pero Bárbara aseguraba que en muchas ocasiones este mareo acompañado de fuertes náuseas, le producía vómitos. Sin embargo, de eso han pasado muchos años y desde entonces, no experimentaba esta desagradable sensación.

Bárbara me comentó, que desde dos meses atrás , comenzó a experimentar náuseas que no se originaban por ninguna situación especial. Incluso, algunos olores en ocasiones le desencadenaban náuseas y vómitos. Ella es una joven profesional de la educación, quien inició su vida matrimonial hace unos dos años y actualmente trabaja desde casa en apoyo a niños que comienzan a leer.

Ella recalcó, que no es muy amiga de los fármacos y por ello solicitó mi apoyo. Soy partidaria del empleo de estrategias naturales para estabilizar la salud.

En muchos hogares es frecuente, que ocurran situaciones similares a la experimentada por Bárbara. Por ello, decidí compartir esta información.

Algunos elementos fisiológicos acerca de las náuseas y vómitos

De acuerdo a la ciencia, las náuseas y vómitos son considerados mecanismos de defensa. Ellos protegen a los seres humanos y animales con capacidad de vomitar, de ingerir o digerir sustancias potencialmente tóxicas. Por lo general, las náuseas se manifiestan como una sensación muy desagradable, que estimula o provoca las ganas de vomitar.

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A su vez, el acto de vomitar o emesis, es un proceso que involucra un efecto físico. Es decir, se produce la expulsión brusca, repentina y forzada del contenido del estómago a través de la boca (emesis).

Muchas veces, los vómitos suelen presentarse posterior a ciertas contracciones rítmicas forzadas de la musculatura torácica y abdominal. Este proceso, logra movilizar el contenido gastrointestinal hasta el esófago y se denomina usualmente arcadas. En ciertas ocasiones ellas preceden y acompañan al vómito, sin embargo, a veces las arcadas solo llegan hasta el esófago, sin que ocurra la expulsión del vómito.

Diversas observaciones, han permitido determinar, que muy frecuentemente las náuseas y los vómitos se producen en un continuo temporal. Pero en ciertas ocasiones, esto no sucede de esta forma. Así, se pueden producir náuseas severas sin emesis, e incluso, aunque con menos frecuencia, los vómitos pueden presentarse sin náuseas.

De acuerdo a los expertos, es por esta razón que las náuseas ya no son consideradas como el penúltimo paso del vómito. Por ello, aunque la interacción pueda estar presente, no necesariamente implica una relación simple.

Es importante destacar, que la sensación de náuseas es un evento muy común asociado a diversas causas. Además de ello, las náuseas son provocadas también por eventos menos adaptativos, tales como el mareo, quimioterapia y efectos postoperatorios.

¿Cómo se producen las náuseas y los vómitos?

De acuerdo a muchos investigadores y estudiosos, el acto reflejo del vómito se genera por efecto de ciertas contracciones sincronizadas. Se ha logrado establecer que, cuando se originan las arcadas y la expulsión del contenido gástrico, se produce una cocontracción. Esto implica la participación conjunta y coordinada del diafragma, músculos abdominales y músculos de las vías respiratorias.

Vale destacar que, al contraerse los músculos de las vías respiratorias también se produce a la par la apertura del esfínter esofágico y el cierre de la glotis, que es como se conoce a la abertura ubicada en la sección superior de la laringe. Incluso, también se realizan los cambios posturales requeridos para facilitar el vaciado del estómago.

Es así, la sensación de náuseas y la capacidad de vomitar, son considerados componentes claves. Básicamente, constituye un sistema defensivo jerárquico, que pretende evitar la ingestión involuntaria de compuestos tóxicos. De allí, que las toxinas ingeridas se detectan de forma rápida y fiable.

Además de ello, la inducción de las náuseas se realiza rápidamente. Así, al producirse el vómito prontamente, se logra expulsar el material ingerido contaminado presente en el tracto digestivo.

Causas más frecuentes de las náuseas y vómitos

Cabe señalar, que muchos de los factores de riesgo que inducen las náuseas, con respecto a los vómitos, suelen diferenciarse. A manera de ejemplo, se puede  mencionar las náuseas y vómitos que ocurren posterior a una intervención quirúrgica.  Así mismo, existen ciertas comidas que provocan aversión y para muchas personas esto provoca náuseas.

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Por ello, es frecuente encontrar personas que siempre evitan algunas comidas a lo largo de su vida. Esto hace, que estas reacciones poco agradables en lugar de ser respuestas adaptativas de importancia evolutiva, como el mareo durante el embarazo, se convierten finalmente en síntomas de enfermedad. Incluso también, se denominan como efectos secundarios de algunos medicamentos.

Dentro de las causas generalizadas de náuseas y vómitos se señalan:

Embarazo (principalmente durante los primeros meses)

Afecciones del oído interno

Migrañas

Tumores cerebrales

Lesiones craneales e infecciones cerebrales

Mareos por movimiento (muy común entre quienes sufren de cinetosis o sensación de vomitar cuando viajan en automóvil, barco o avión)

Apendicitis

Intoxicaciones o envenenamiento causados por alimentos o toxinas químicas

Ingesta excesiva de alimentos e indigestión

Obstrucción de las vías intestinales

Gastroparesia (vaciado lento del estómago)

Situaciones que causen dolor intenso

Estrés emocional (miedo)

Patologías a nivel de la vesícula biliar

Ciertas infecciones virales (gastroenteritis viral)

Algunos olores

Situaciones desagradables

Ciertos alimentos

Ataques cardíacos

Trastornos renales o hepáticos

Desequilibrios del sistema nervioso central

Padecimiento de algunos tipos de cáncer

Consumo excesivo de alcohol.

Tratamientos usualmente empleados para las náuseas y vómitos

Usualmente los medicamentos empleados en estos procesos son denominados antieméticos. Estos fármacos, logran suprimir o aliviar los vómitos y la sensación de náusea y se clasifican según el receptor con el cual interactúan.

Dentro de los fármacos más empleados, se pueden mencionar:

Antihistamínicos: se cree que ellos funcionan adecuadamente sobre las náuseas causadas por afecciones a nivel del oído y mareos ocasionados por movimiento. Dentro de los utilizados más frecuentemente destacan: cinnarizina, ciclizina, doxilamina, piridoxina y prometazina

Antimuscarínicos o anticolinérgicos: se ha logrado establecer, que son capaces de bloquear la acetilcolina, una molécula producida en las neuronas necesaria para la transmisión del impulso nervioso. Se emplea mayormente en problemas del sistema auditivo y mareos. El más conocido es la hioscina

Bloqueadores de los receptores de la dopamina: este neurotransmisor se considera el más importante del sistema nervioso central. Él participa en la regulación de diversas funciones (emotividad, afectividad, conducta motora y comunicación neuroendocrina). Estos medicamentos pueden controlar las náuseas producidas por ciertas terapias empleadas contra algunos tipos de cáncer. Destacan: perfenazina, clorpromazina, haloperidol, proclorperazina y levomepromazina

Procinéticos: estos medicamentos poseen acción sobre el músculo liso y mejora del vaciamiento gástrico. Dentro de ellos podemos mencionar: metoclopramida, cisaprida, domperidona, itoprida, levosulpirida, cinitaprida, mosaprida y tegaserod

Esteroides: se administran usualmente con otros medicamentos antieméticos para prevenir las náuseas y vómitos. El más común es la dexametasona

Bloqueadores de los receptores de serotonina: logran bloquear los receptores de serotonina del sistema digestivo. Sin embargo, su efecto, se limita a náuseas postoperatorias o por quimioterapia. Por lo general, son los más empleados para evitar los vómitos producidos por el cisplatino. Dentro de ellos destacan: ondansetrón, granisetrón y ramosetrón.

Efectos adversos causados por los antieméticos


Somnolencia

Sequedad de boca

Taquicardia

Hipotensión

Sedación

Síntomas extrapiramidales: dificultad para deglutir, crisis oculógiras o desviación de la mirada involuntaria hacia un lado, dificultades del lenguaje y espasmos musculares.
En caso de sobredosis, los antieméticos pueden producir: colapso circulatorio, confusión, agitación, depresión respiratoria, reacciones distónicas agudas y convulsiones.

¿Quiénes son más propensos a sufrir náuseas y vómitos?

Las náuseas y los vómitos se producen en todas las edades, sin embargo, las personas con cáncer que se someten a tratamientos como la radioterapia o la quimioterapia, presentan mayores riesgos.

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Además de ello, durante los tres primeros meses de embarazo, las mujeres pueden presentar náuseas y vómitos, denominadas náuseas matutinas. Según las estadísticas, 50 al 90% de las mujeres embarazadas padecen náuseas y del 25 al 55% sufren de vómitos.

Tratamientos naturales para los vómitos

1. Realizar una respiración profunda

Diversas investigaciones han podido establecer, que realizar respiraciones profundas y controladas empleando el diafragma permite activar el sistema nervioso parasimpático. Él, junto al sistema nervioso simpático, forman el sistema nervioso autónomo, responsable de las acciones involuntarias.

Este tipo de respiración favorece, el control de la respuesta frente a la cinetosis o mareo por movimiento. Además de ello, la respiración profunda favorece el control de la ansiedad.

El diafragma es considerado un tejido músculo tendinoso responsable de la respiración. Cuando inhalamos el aire, el diafragma se contrae y permite que la cavidad torácica se agrande, incrementando el espacio disponible. Esto ayuda a mantener controlada la respuesta biológica que provoca el mareo y las náuseas que causan el vómito.

¿Cómo realizarlo?


Sentarse en una silla cómoda o acostarse boca arriba apoyando la cabeza sobre una almohada. La espalda debe estar completamente apoyada

Colocar una de las manos sobre el pecho y la otra sobre el abdomen

Inhalar lentamente por la nariz y contar hasta dos

Procurar que al inhalar el pecho, se debe permanecer quito y que el abdomen empuje la mano

Exhalar lentamente con los labios tocándose entre sí, pero no apretados. Al hacerlo contar hasta cuatro y se sentirá como el estómago se hunde

Repetir este procedimiento calmadamente durante unos cinco minutos

Es importante repetir esta rutina de dos a cuatro veces al día

Se puede iniciar este ejercicio estando acostado

Luego realízalo sentado y posteriormente de pie, incrementando el tiempo del ejercicio hasta unos diez minutos.

2. Acupresión de la muñeca de la mano

Existen algunas metodologías milenarias, empleadas en la medicina tradicional China. Una de ellas, está asociada con determinados puntos, que al recibir cierta presión, favorecen el alivio de las náuseas y vómitos. Uno de estos puntos se ubica en la parte interna del antebrazo, cerca de la muñeca.

¿Cómo realizarlo?


Colocar los dedos índices, medio y anular juntos, sobre la cara interna del antebrazo, específicamente sobre la muñeca

Colocar el dedo pulgar por debajo del dedo índice, en la cara externa del antebrazo y presionar hasta sentir una especie de corrientazo o calambre

Alternar entre ambos brazos hasta calmarse y se hayan aliviado los síntomas de náuseas.

3. Aceites esenciales

Al inhalar sustancias aromáticas, las células receptoras de la nariz envían impulsos directos a la región olfativa del cerebro. Se ha establecido, que esta zona está asociada estrechamente con el resto de los sistemas que controlan la memoria. Además de ello, influyen también en las emociones, hormonas y ritmo cardíaco.

Estos impulsos actúan de forma inmediata y las hormonas liberadas estimulan, relajan y calman, promoviendo cambios mentales y físicos positivos. De acuerdo a ciertas pruebas clínicas, se ha logrado establecer el efecto positivo del aceite esencial de limón. Este mecanismo de aromaterapia, ha demostrado efectos beneficiosos sobre las náuseas y vómitos producidos por el embarazo.

De acuerdo a los análisis se encontró, que de un 40% de mujeres que emplearon aceite esencial de limón, el 27% de ellas percibió alivio frente a náuseas y vómitos. Muchos efectos positivos también han sido encontrados con los aceites esenciales de lavanda, jengibre y menta

¿Cómo realizarlo?


En un pañuelo limpio verter tres gotas de aceite esencial de limón

Inhalar su aroma respirando suavemente

Respirar normalmente y seguir inhalando el aroma durante unos minutos hasta obtener alivio.

Nota

Muchos efectos positivos también han sido encontrados con los aceites esenciales de lavanda, jengibre y menta. Ellos pueden ser empleados de la misma forma, en caso que no contar con aceite esencial de limón.

4. Decocción de jengibre

Es importante destacar, que el empleo más generalizado y bien establecido del jengibre es como medicina natural para aliviar los síntomas de las náuseas y los vómitos. De acuerdo a múltiples estudios se ha logrado determinar, que el jengibre es generalmente eficaz como antiemético.

Este efecto, se debe mayormente a su propiedad carminativa, que facilita la expulsión de los gases intestinales. De hecho, muchos ensayos han permitido corroborar que el jengibre acelera eficazmente el vaciado gástrico.

Por lo general, el rizoma de jengibre es recomendada en la prevención del mareo. De hecho, de acuerdo a ciertas investigaciones se ha establecido, que posee mejores efectos que el dimenhidrinato (Dramamine). Incluso, de acuerdo a un estudio se comprobó que 1 g de jengibre podría ser eficaz para reducir la gravedad subjetiva del mareo en cadetes navales en alta mar.

También, el jengibre es eficaz para combatir las náuseas y vómitos durante el embarazo, comparable a la toma de vitamina B6.

¿Cómo realizarlo?


Limpiar muy bien un trozo de unas dos pulgadas de jengibre fresco orgánico

En un recipiente pequeño añadir una taza de agua filtrada

Añadir dos rodajas de jengibre del grosor de una moneda (esta es la dosis que se debe emplear por cada taza de agua)

Llevar a ebullición y mantenerlo a fuego lento aproximadamente por unos tres minutos, revolviendo constantemente

Separar del fuego, colar y beber aún tibio

Puede ser endulzada con ORGANIC LIQUID STEVIA.

Nota

Se puede emplear durante el embarazo, sin ningún problema durante los tres primeros meses de gestación. De preferencia no ingerir no más de dos veces al día.

Concluyendo

Como se pudo apreciar, tanto las náuseas como el vómito, son mecanismos de defensa de nuestra anatomía. Por medio de ellos, el organismo evita contaminarse Y esta sabiduría inscrita en los genes, no solo detecta los cambios fisiológicos normales del embarazo, sino que puede detectar los efectos nocivos de ciertos tratamientos. Los más conocidos son la quimioterapia y la radioterapia empleadas en el cáncer.

Muchos de los tratamientos farmacológicos actuales, generan una serie de efectos adversos conocidos. Entre ellos destacan: somnolencia, taquicardia, hipotensión, sedación, dificultad para deglutir, espasmos musculares, colapso circulatorio, confusión y convulsiones.

Y es precisamente para evitar estos efectos y muchos otros, que se hace uso de ciertas alternativas naturales. Dentro de ellas destacan, el empleo de aceites esenciales, acupresión, decocción de jengibre y respiración profunda.

Envié a Bárbara la información de este post y me comunicó que todas estas alternativas le funcionaron muy bien a Bárbara, quien me notificó hace dos semanas que se encontraba embarazada. Ella estaba muy feliz por haber superado sus náuseas y vómitos y se encontraba feliz, esperando su primer bebé.

“El uso más común y bien establecido del jengibre a lo largo de la historia es probablemente su utilización para aliviar los síntomas de las náuseas y los vómitos.”        

Dra. Ann M. Bode, PhD

Universidad de Minnesota – Clínica Mayo

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Referencias:



https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5203950/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4699282/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6131675/

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https://www.webmd.com/digestive-disorders/understanding-nausea-vomiting-treatment

https://patient.info/digestive-health/nausea-and-vomiting/medicines-for-nausea

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