Un euro, un voto

un euro, un voto


Cada euro que gastas es un voto. En tu mano está apoyar a negocios locales, respetuosos y sostenibles, o seguir engordando a las multinacionales que poco o nada respetan los derechos humanos o el medio ambiente.

Un euro, un voto

Muchas veces nos quejamos de que no podemos hacer nada por cambiar las cosas. Pero en realidad tenemos muchísima capacidad de influir en los cambios. Con nuestras acciones cotidianas, con nuestro gasto diario y nuestras compras, estamos apoyando que las cosas sean de una manera o de otra. Un euro, un voto. Así de fácil.

Si pagas por una prenda de ropa que ha sido fabricada en un país en desarrollo, a costa de esquilmar recursos naturales, de contaminar aguas y tierras, y de explotar laboralmente a sus trabajadores (muchas veces mujeres o niños), estás apoyando que esas prácticas se lleven a cabo, te guste o no.

De la misma manera, estás apoyando la contaminación del mar y de la tierra cuando compras productos a empresas que usan tóxicos para su fabricación que son vertidos a ríos. O cuando compras productos con embalajes no biodegradables. O cuando pones tu dinero en un banco que invierte en armas y en guerra.

Cada decisión que tomas con tu dinero, es un voto que emites

Si en lugar de seguir haciendo las cosas mecánicamente, sin plantearnos en detalle nuestras acciones,  empezamos a reflexionar sobre algunas cosas y a tomar decisiones razonadas con respecto a nuestro dinero, seremos más capaces de controlar los votos que expedimos cada día y estaremos en mejor disposición para apoyar proyectos que realmente sean responsables y respetuosos con el medio ambiente, los animales y las personas.

Nos ponemos tristes porque las tiendas bonitas y cercanas cierran. Nos quejamos de que emprender es difícil. Nos lamentamos porque no hay ayudas suficientes para las start-up. Y yo no digo que las políticas no tenga culpa de ello. Pero la verdad es que no asumimos nuestra responsabilidad en este campo. Si seguimos haciendo que el dinero fluya hacia las mismos lugares de siempre, las cosas seguirán como siempre. Y ya podemos quejarnos y manifestarnos porque no hay empleo, o porque emprender es casi imposible.

La solución está, en gran medida, en nosotros. Y el cambio debe empezar desde nosotros.

Empecemos por apoyar los negocios locales. Empecemos por comprar productos de temporada y de cercanía. Empecemos por apoyar a empresas de comercio justo donde se respeta el medio ambiente y a los trabajadores. Empecemos por razonar más nuestros gastos y reflexionar sobre los votos que emitimos cada día con nuestro dinero.

Y no vale la excusa de que “es más barato”. Porque de siempre se ha dicho que lo barato sale caro (y además lo estamos viendo). Y porque seguramente tampoco necesites tantas cosas y puedas permitirte unas compras más responsables -pero ese es otro tema, que ya hablaremos otro día ;) -.

En definitiva, se trata de hacernos consciente de nuestro gasto y de nuestras decisiones. Y de apoyar con nuestras compras a empresas, iniciativas o productos que realmente lo merezcan. Porque cada euro cuenta. Y porque no hay herramienta de cambio más grande, que un consumo responsable.

The post Un euro, un voto appeared first on Mi vida sencilla.

Fuente: este post proviene de Mi vida sencilla, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Recomendamos