Trastornos vegetativos en la infancia

Los trastornos vegetativos son un grupo de alteraciones que se caracterizan por ser inconscientes, es decir, se presentan de forma no intencionada; por lo que la persona no sabrá decir por qué reacciona de cierta manera frente a diversas situaciones y tampoco sabrá explicar el origen de algunos impulsos.

Cada vez, los trastornos vegetativos se presentan con más frecuencia, esto puede deberse a que al haber más conocimiento sobre estas condiciones, es más sencillo para el médico detectarlas y a pesar de que pueden ocurrir en cualquier etapa de la vida, hay algunas que se presentan con cierta frecuencia en la infancia.

Trastornos vegetativos


Trastornos vegetativos más comunes:

En general, hay cinco trastornos que se incluyen en ese grupo de trastornos, los cuales a su vez se incluyen dentro del Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales como:

Trastornos de la alimentación: Trastornos de rumiación, pica bulimia y anorexia nerviosa. Si quieres saber más acerca de trastornos alimentarios, pincha aquí. 

Trastornos de la eliminación: Encopresis y enuresis.

Trastornos del sueño: Disomnias y parasomnias. A continuación, se describirán algunos de estos trastornos vegetativos que son frecuentes en la infancia.

1.- Trastornos de rumiación:

La rumiación se refiere a la regurgitación del alimento desde la cavidad estomacal a la boca, masticándolo y luego deglutiéndolo de nuevo, también conocido con el nombre de mericismo.

Se pueden presentar en niños y están caracterizados por la pérdida de peso o un aumento ponderal por debajo de lo previsto, debido a la regurgitación repetida de alimentos sin náuseas ni enfermedad gastrointestinal asociada.

La edad más frecuente de aparición es entre los tres a catorce meses de edad y a pesar de que es un trastorno raro, se debe tener precaución si se diagnostica, ya que aproximadamente la cuarta parte de los infantes (predominantemente del sexo masculino) que los presentan, fallecen.

Tipos:

Psicógeno: Se presenta principalmente en lactantes, los cuales tienen un desarrollo normal, se suele asociar con relación problemática entre el progenitor y el hijo; además, el niño puede presentar crecimiento inadecuado.

Por autoestimulación: Este tipo puede presentarse en niños con padres afectuosos y a cualquier edad en personas que tienen retraso mental. Diagnóstico:

No resulta muy sencillo establecer el diagnóstico de un trastorno de rumiación, en vista de que se necesita que los padres hayan observado la conducta en sus hijos para no confundir o perder tiempo y recursos descartando otras patologías, pero resulta necesario establecer diagnóstico diferencial con las malformaciones congénitas del aparato digestivo y del esfínter pilórico (como la hipertrofia congénita del píloro).

Tratamiento:

El tratamiento de estos trastornos vegetativos va dirigido a mejorar la conducta del niño, las medidas a aplicar son:

Reforzamiento positivo de una correcta alimentación.

Reforzamiento negativo de la rumiación.

Asesoramiento de los padres.

Terapia familiar: Esta puede resultar útil, ya que se puede orientar a los padres acerca del manejo del trastorno y cuál es la conducta que deben tomar frente a la situación, que pueda resultar beneficioso para su hijo. 2.- Pica:

Este es uno de los trastornos vegetativos y se incluyen dentro del grupo de trastornos alimentarios, el cual consiste en la ingesta ya sea repetida o crónica de sustancias que no son nutritivas, como la tierra, pintura, goma de borrar, carbón, hielo (esto se observa en casos de anemia), entre otras.

Si quieres saber acerca de la anemia en niños, pincha aquí. 

La edad más frecuente de aparición es entre los 1-2 años de edad, en algunas oportunidades puede aparecer antes y a pesar de que suele remitir durante la niñez, esta puede continuar hasta la adolescencia e incluso hasta la adultez.

En muchas ocasiones, los niños debido a la curiosidad, ingieren sustancias que no deben ser ingeridas y que les resultan desagradables, por lo que esto no es pica, ya que la ingestión debe ser crónica y no por un accidente; por otro lado, suele ser un síntoma de escasa vigilancia, desorganización familiar y abandono afectivo.

Factores predisponentes:

Retraso mental.

Falta de cuidado por parte de los padres. Alteraciones asociadas:

En vista de que el niño con pica consume sustancias no nutritivas y que pueden ser tóxicas, tiene un mayor riesgo de padecer de:

Intoxicación por plomo.

Anemia Ferropénica.

Infecciones parasitarias. Diagnóstico:

Se establece preguntando a los padres o a las personas encargadas del cuidado del niño, si ha observado el consumo de sustancias extrañas y además debe preguntarse qué tipo es y el tiempo que lleva haciéndolo. Debe diferenciarse la pica de la esquizofrenia y el autismo.

3.- Enuresis:

Estos trastornos vegetativos se refieren a la emisión repetida de orina, ya sea de forma voluntaria o involuntaria, en la ropa o en la cama en períodos del desarrollo en donde el control del esfínter vesical debería estar establecido (aproximadamente a los 5 años de edad, con referencia al control nocturno). Es más frecuente en niños que en niñas, con una prevalencia a los 5 años de 7% y 3% respectivamente.

Enuresis


Clasificación:

Según su origen:

Enuresis primaria: También es conocida como persistente, en vista de que el niño nunca ha tenido una noche sin mojar la cama. Este es el tipo más frecuente (90% de los casos) y tiene un peor pronóstico que la secundaria.

Enuresis secundaria: O progresiva, se refiere al niño que comienza a mojar la cama luego de un año de haber logrado la continencia urinaria. Esta aparece con mayor frecuencia entre los 5 y 8 años de edad y puede ser producto de acontecimientos estresantes externos (mudanza, conflictos maritales, nacimiento de un hermano o muerte de un familiar). Según su momento de aparición:

Enuresis sólo nocturna: Cuando la emisión de la orina se produce sólo por las noches, siendo el principal factor contribuyente, la predisposición genética, ya que si ambos progenitores tienen antecedentes de enuresis, entonces hay una probabilidad del 70% de que su hijo también la presente.

Enuresis sólo diurna: La emisión de la orina se produce únicamente durante la vigilia, es decir, durante el día; esta es más frecuente en las niñas y la causa más común es el aplazamiento de la micción, entre otras de sus causas están la infección urinaria, el estreñimiento, la diabetes, incontinencia por estrés o asociada a risa y a uretritis química.

Enuresis nocturna/diurna: La emisión de orina se presenta en el niño tanto despierto  como dormido. Diagnóstico:

Se establece cuando la emisión de orina se presenta dos veces a la semana durante un tiempo mínimo de tres meses consecutivos o cuando hay situaciones clínicas producto del estrés que sufre el niño al orinase encima.

A pesar de que debe realizarse un examen físico completo para descartar cualquier causa orgánica, casi nunca se asocian a estos casos.

Las pruebas especializadas como la urografía y la citoscopia sólo están indicadas en aquellos niños en los cuales se sospecha de una causa orgánica. Tratamiento:

Estos trastornos vegetativos, deben ser abordados de una forma distinta, ya que aparte de un examen físico completo, resulta necesaria la evaluación psicosocial para poder identificar los factores causales específicos. Las siguientes, son algunas recomendaciones generales a tomar en cuenta en caso de que se presente una enuresis en su hijo:

Se debe ganar la confianza y cooperación del niño para poder enfrentar el problema más efectivamente; siendo una manera de lograr esto, las recompensas por no haberse orinado en la noche, una forma de hacerlo es anotando en un calendario los días que se mantiene seco y dando recompensas más grandes dependiendo del tiempo que lleve sin emitir orina en las noches.

Si la enuresis se presenta en niños más grandes, entonces se les debe indicar que ellos mismos laven tanto sus ropas como sus sábanas manchadas de orina.

Implementar el hábito de que el niño orine antes de acostarse.

Intenta no despertar al niño repetidas veces durante la noche para que vaya a orinar, ya que esto suele originar molestia en el niño y a la larga también a usted.

No se debe castigar al niño por orinarse, sólo recompensarlo si no lo hace y por sobre todos los medios, se deben evitar las humillaciones.

El uso de fármacos solo está reservado a los casos en donde el niño no tiene una respuesta adecuada a las medidas previamente descritas. 4.- Encopresis:

Es la evacuación de heces en lugares inapropiados luego de los 4 años de edad, este es un trastorno que es más frecuente en niños del sexo masculino, afectando al 1% de los que se encuentran en edad escolar.

Algunas veces este trastorno puede significar enojo y desafío inconsciente por parte del niño, además de que se asocian bajo rendimiento y absentismo escolar. Hay dos subtipos:

Encopresis por estreñimiento e incontinencia por rebasamiento.

Encopresis sin estreñimiento e incontinencia por rebasamiento.
Manifestaciones clínicas:

La encopresis puede ser primaria cuando persiste desde la lactancia o secundaria cuando es regresiva.

Generalmente se asocia con estreñimiento, impacto fecal e incontinencia por rebasamiento.

Puede llegar a un megacolon psicógeno.

El estreñimiento puede pasar a ser crónico si el niño siente un tránsito doloroso de las heces, por lo que las retiene para evitar la dolencia. Tratamiento:

Educar a los padres para que restablezcan en su hijo unas pautas de higiene normales.

Si el niño tiene menos de dos años y medio y se resiste a la implementación de normas de higiene, entonces una solución es dejarlo tranquilo hasta que se restablezca el hábito intestinal normal.

En casi todos los casos, cuando se presenta en niños mayores, el aliviar el estreñimiento y extraer los fecalomas, representa un alivio inmediato para el niño.

Para prevenir la instauración repetida de estreñimiento, se aconseja que el niño mantenga una dieta rica en fibra y usar aceite mineral.

Una manera de crear un hábito intestinal, es indicarle al niño que luego de cada comida, se siente en el retrete durante 10-15 minutos.

Se debe llevar un registro de las evacuaciones del niño y recompensarlo si no mancha la ropa al finalizar el día. 5.- Trastornos del sueño:

Los trastornos vegetativos del sueño pueden caracterizarse por:

Dormir demasiado o demasiado poco con respecto a lo que se considera como normal para la edad.

Un patrón anormal del sueño, como en el caso de la narcolepsia.

Una conducta anómala durante el sueño, como la enuresis o el sonambulismo.

Un acontecimiento fisiopatológico que ocurre durante el sueño, como ocurre en el síndrome de apnea obstructiva del sueño. Algunos indicativos de las alteraciones de este tipo de trastornos vegetativos son: la somnolencia diurna, inicio del sueño retardado y el despertar precoz.

Despertares nocturnos:

Estos se presentan con frecuencia en la lactancia, ya que dormir durante toda la noche denota un estado de desarrollo precoz, el cual está determinado por varios factores de maduración, en donde también influyen factores parentales y ambientales.

Uno de los principales trastornos del sueño en los niños de 4 a 12 años de edad es la resistencia a la hora de irse a la cama, lo que produce retraso en el inicio del sueño y problemas para despertarse. Síndrome de apnea obstructiva del sueño y síndrome de resistencia de las vías respiratorias superiores:

Estos son problemas relacionados con la respiración que se observan tanto en niños como en adultos. Entre las causas que se asocian con mayor frecuencia a estos trastornos vegetativos están: Hipertrofia de amígdalas y adenoides, paladar blando alargado, paladar duro alto, prognatismo, barbillas pequeñas y triangulares, entre otras.

Manifestaciones clínicas:

Estos trastornos vegetativos se manifiestan por:

Ronquidos.

Disnea.

Movimiento paradójico del tórax y el abdomen.

Retracciones durante el sueño.

Somnolencia diurna.

Alteraciones en el rendimiento. Diagnóstico:

La apnea obstructiva es la falta de flujo aéreo tanto nasal como oral a pesar de un trabajo respiratorio continuado.

El síndrome de resistencia parcial de las vías respiratorias superiores está caracterizado por un patrón respiratorio con disminución del flujo aéreo, hiperventilación, hipercapnia, desaturación del oxígeno transcutáneo y aumento de la presión esofagofaríngea transpleural.

La apnea central es la ausencia de esfuerzo o de flujo aéreo. Tratamiento:

Cuando la causa es funcional y no anatómica, resultan útiles la presión positiva continua de la vía respiratoria y la presión positiva a dos niveles en la vía respiratoria.

Si la causa es anatómica, es decir, por hipertrofia de las amígdalas, el tratamiento eficaz es la amigdalectomía. Narcolepsia:

Este es otro de los trastornos vegetativos, el cual se caracteriza por somnolencia excesiva durante el día, además de acompañarse algunas veces de cataplejía, alucinaciones, parálisis del sueño, irritabilidad, labilidad emocional y fallos en el rendimiento académico y deportivo en el caso de practicar algún deporte.

Se puede presentar en etapas tempranas de la vida, a partir de los 3 ó 4 años, en especial en aquellos niños que tienen antecedentes familiares de narcolepsia.

Para poder establecer el diagnóstico, es necesario practicar una polisomnografía y una prueba múltiple de latencia del sueño.
narcolepsia


Los trastornos vegetativos pueden presentarse en cualquier niño, pero están más predispuestos a padecerlos aquellos que tienen historia familiar de alguno de ellos y los que tienen conflictos con sus progenitores, ya que a pesar de que pueden deberse a alteraciones orgánicas, esto no es lo más frecuente.

Lo más esencial en el tratamiento de los trastornos vegetativos es el apoyo y la compresión por parte de los padres, porque en la mayoría de los casos las medidas terapéuticas están orientadas a la modificación de conductas negativas y al reforzamiento de los aspectos positivos de la situación, pero si los padres no se sienten capaces de lidiar con la situación, entonces resulta aconsejable que acudan con un especialista que los oriente.

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