¿Te falta energía y te sientes cansada desde que te levantas? ¿Estás estresada y te cuesta concentrarte? Puede irte bien tomar ginseng, una planta medicinal que tonifica el organismo, y sin efectos nocivos.
Es una de las plantas medicinales que cuenta con más prestigio, aunque su precio es bastante elevado.
La planta agotaba el suelo donde se cultivaba porque había que esperar siete años antes de recoger su raíz. Actualmente, por exigencias del mercado, no siempre se respetan los años de maduración, pero todavía es posible encontrar ginseng de calidad.
Es un muy buen recurso que puedes utilizar cuando, por la razón que sea, necesites aporte extra de energía. Conviene especialmente a personas que se sienten sin fuerzas, están pálidas, son frioleras y que presentan una disminución de su capacidad intelectual.
Tonifica el organismo. Desde el punto de vista médico, se considera que el ginseng es un excelente "adaptógeno", es decir, un producto que ayuda al organismo a superar situaciones de estrés, tonificándolo sin presentar efectos nocivos. Te aporta energía, pero no excita el sistema nervioso ni provoca un posterior debilitamiento.
En el mercado puedes encontrar diversas variedades (y calidades) de ginseng:
Panax ginseng. De origen chino o coreano, es considerado el mejor ginseng y, además, es el más estudiado.
Ginseng blanco o rojo.Son dos presentaciones que se pueden encontrar en el mercado internacional. El rojo es mucho más apreciado.
Ginseng siberiano (Eleuterococcus senticosus). Aunque no pertenece a la misma especie, es una interesante planta tonificante. Los atletas soviéticos lo tomaban para aumentar e! rendimiento deportivo.
BENEFICIOS DEL GINSENG
El ginseng estimula el metabolismo gracias a sus principales componentes, los ginsenósidos, por lo que, como hemos visto, aumenta la sensación de vitalidad y mejora las facultades físicas y mentales. Pero además tiene otras virtudes científicamente probadas: Depurativo. Estimula y favorece las funciones hepáticas. Protege tu corazón. Reduce el colesterol y los triglicéridos. Regula el azúcar. Disminuye el exceso de glucosa en sangre. Afrodisíaco. Aumenta la libido y el deseo sexual en personas de ambos sexos. Radioprotector. Protege frente al exceso de radiaciones que padecemos actualmente.
Previene el cáncer. Su toma habitual disminuye el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Mejora el tono muscular. Es útil cuando se practica ejercicio físico de cierta intensidad. Mejora la memoria. En personas ancianas, ayuda a frenar la pérdida de memoria.
Apuesta por la calidad. Si quieres aprovechar las virtudes del ginseng, conviene que adquieras el mejor producto, por ejemplo, el denominado Panax ginseng C.A. Meyer, a ser posible de cinco o más años. El de origen coreano es una buena opción. Formatos. En el mercado puedes encontrar la raíz entera (que puedes rallar en ensaladas, sopas, woks, etc.), pero son más habituales otras presentaciones como cápsulas, comprimidos, líquido (aceite o tintura) o en forma de té. Otras fórmulas tonificantes. A veces, el ginseng se incluye como ingrediente junto con otros tónicos como puede ser la jalea real. O bien se incorpora dentro de fórmulas polivitamínicas.
¿DÓNDE COMPRARLO?
Puedes encontrar productos con ginseng tanto en tiendas de dietética como en farmacias, o comprarlo fresco en el mercado o verdulerías.
Posología. La cantidad que hay que tomar y el tiempo de utilización dependen de las necesidades o características de cada persona. Estas son algunas posologías diarias recomendables:
Extracto seco. Dosis de 0,30 a 2 gramos.
Polvo. De 0,25 a 0,75 gramos.
Extracto fluido. Dosis de 1 a 5 gramos.
Tintura. Entre 50 y 150 gotas.
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En el caso del ginseng auténtico es muy rara la aparición de efectos secundarios, como que el cuerpo se habitúe y, por lo tanto, el beneficio disminuya.
Para evitarlo, el ritmo ideal de tratamiento es el siguiente:
3 semanas de cura, seguidas de 3 semanas de descanso y, así, sucesivamente.
Precauciones. No es aconsejable tomarlo antes de acostarse, pues en algunas personas puede llegar a provocar insomnio.
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