Primavera: estación del elemento madera



Meridiano de Hígado





Hola a tod@s!!! Mil perdones por no haber actualizado el blog desde hace meses. Es que me encontraba ocupadísima realizando un trámite muy importante, que deparó grandes cambios en mi vida: me mudé de casa!!! Sí! lo que en un comienzo parecía casi una utopía hoy es un sueño hecho realidad. Me he cambiado de un departamento (o piso, como lo llaman algunos en sus países) ubicado en un segundo piso por escalera. Lo cual no era nada práctico a los fines de mi actividad profesional, que es justamente la de tratar y aliviar dolencias físicas (y emocionales en la mayoría de los casos) ya que muchas de las personas que venían a mi consulta se encontraban con la dificultad y a veces enorme desafío de escalar esos dos pisos por escalera. En fin, hacía rato que me lo venía planteando y al fin me animé a dar ese gran paso que es una mudanza, con todo lo que ello implica.

Nunca mejor "recetado" un artículo como este que les presento hoy, porque después de haber cargado cajas, subido y bajado miles de veces esas escaleras para llenar el camión de mudanzas; limpiado, fregado, aspirado, surtido, desembalado, arreglado y otros "ados" que se les ocurra al nuevo departamento para dejarlo "presentable" a la brevedad posible para así recomenzar con el trabajo de mis pacientes... quedé tan extenuada (y a la vez feliz) que se me ocurrió, aunque la primavera haya comenzado hace rato, presentarles el elemento que, por derecho propio, representa y encarna la fuerza interior, física, mental y espiritual, en perfecta coherencia, para lograr el objetivo que se propongan en la vida.

Los dejo con un texto extraído del libro de Carola Beresford-Cooke, que utilizo a menudo como apoyatura académica en mis tratamientos. Me voy a descansar un rato mientras Uds. lo disfrutan. No olviden dejarme sus comentarios o consultas, que de mil amores canalizaré de la mejor manera posible. Gracias por estar!!!

EL HÍGADO Y LA VESÍCULA BILIAR

"La fuerza que a través de una espoleta verde impele a la flor"
DYLAN THOMAS
Asociaciones del elemento: energía, cooperación, adaptabilidad, organización, autoexpresión.

"El Elemento Madera es el único del modelo oriental que manifiesta tanto una identidad individual como una fuerza de la naturaleza. El mundo de las plantas en conjunto posee una energía -Aristóteles hablaba del "alma vegetativa" para describir cierto nivel de conciencia-, si bien cada especie de plantas y cada planta individual dentro de esa especie tienen una forma única.
La vida vegetal muestra una urgencia irreprimible por reproducirse y extenderse, de tal forma que la energía de una brizna de hierba que consigue abrirse paso a través del asfalto, o de un árbol que crece en una pared, es la misma energía que produce la exuberancia prodigiosa de los bosques tropicales. La energía de las plantas es casi imposible de destruir; puede permanecer latente durante años o eones, y brotar de nuevo como las flores brotan en primavera en el desierto después de la lluvia, o las semillas que germinan después de permanecer 8000 años en una tumba egipcia. La fuerza primaria de la urgencia de vivir y crecer es la característica de la Madera y sus representantes en el ser humano son el Hígado y la Vesícula Biliar. Debido a la fuerza del Ki de la Madera, el Hígado y la Vesícula Biliar suelen encarnar un carácter militar en los libros clásicos y reciben el título, respectivamente, de "general" y "teniente". La energía de la Madera no es específicamente agresiva por naturaleza a pesar de su fuerza competitiva. Algunas plantas son venenosas, pero son muchas más las curativas, y aunque otras se defiendan con espinas, el mundo vegetal en conjunto es más benevolente que otra cosa. Por encima de todo, cuando se hallan muchas plantas juntas hay una poderosa sensación de comunidad y cooperación además de competitividad. Un paseo por un bosque nos muestra la presencia de líquenes que colonizan las ramas de los árboles, hongos y helechos que medran en puntos a la sombra húmedos mientras los árboles muertos acogen musgos y setas en su largo proceso de desintegración. Esta capacidad para llevar una coexistencia armoniosa es uno de los aspectos más importantes de la Madera en la mente y cuerpo humanos, junto con su complemento, la urgencia de la autoexpresión individual.
Las plantas pueden vivir en armonía gracias a su adaptabilidad y esta cualidad también sirve a las plantas solitarias. Los árboles llegan a extender las raíces a muchos metros de profundidad en busca de agua y crecen a igual altura en busca y competencia por la luz. Las plantas trepadoras muestran casi una astucia humana en su busca de apoyo y las plantas cambian de dirección en su crecimiento cuando se encuentran un obstáculo. La Madera es flexible porque está viva; y está viva porque es flexible. Las capacidad de las plantas para planear y tomar decisiones es una faceta del Elemento Madera del carácter humano, similar a la estrategia del árbol y la enredadera; representa la opción y búsqueda de la dirección óptima para crecer. Es escencial que plantas y decisiones se adapten a las circunstancias cambiantes. También nosotros tenemos que ser flexibles o nuestros planes pierden su propósito.
La vida vegetal también es una vida organizada; cada planta es un milagro creativo que también forma parte de su función: los paracaídas de vilano de cardo, las frondas de un helecho, las páminas de una seta, todos cumplen una función en la vida individual de la planta y todos somos ejemplos de un diseño perfecto. Es la organización, la creación del mundo vegetal, lo que permite la expresión más eficaz de la energía ilimitada de la Madera. De igual manera, la capacidad para organizar nuestros esfuerzos eficazmente es la forma humana de enfrentar nuestra energía creativa y representa un aspecto de la Madera de nuestro interior.
La organización es tan evidente en la coexistencia de las plantas como cuando crecen aisladas; la disposición forma parte de otra disposición mayor como subrayan los ecologistas. La energía de la Madera nos permite obtener el potencial máximo de la autoexpresión, si la empleamos bien; pero la autoexpresión individual sólo es significativa cuando otros del grupo o cultura se relacionan con ella.Tal vez no sepamos cuál es nuestro propósito individual en la vida, pero el don de la Madera es obligarnos a luchar igualmente por nuestra preservación y por las otras formas de vida que comparten o crean nuestro medio ambiente; sólo con este equilibrio se asegura la supervivenvia."


del libro "Teoría y práctica del shiatsu" de Carola Beresford-Cooke

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Saludos cordiales,
Mariel Alabarcez - Terapeuta Zen Shiatsu -


CABA. Argentina

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