Picores van, picores vienen

Una de las consultas más frecuentes en la farmacia es sobre el picor de la piel en otoño. Tras las vacaciones, la vuelta al trabajo y los excesos solares cometidos en verano suelen aparecer picores en el comienzo de esta estación.

El proceso de renovación celular de la epidermis es de unos 28 días aproximadamente y os vamos a explicar qué ocurre en ella para que se manifieste el picor.

La piel suele cambiar según las temperaturas y los hábitos. Por ejemplo, en verano, sobre todo si frecuentamos la playa, está más hidratada y no se reseca y se escama tanto. En otoño nos hidratamos menos y se acumulan células muertas que impiden su correcta renovación y producen picor. 

¿Quién no ha salido de la ducha y nada más comenzar a secarse ya no se puede parar de rascar? Todos en algún momento. Para evitarlo te recomendamos lo siguiente:

Facilitar la renovación celular exfoliando mecánicamente la piel con algún producto suave.  Nos referimos a los que contienen partículas que con un suave masaje arrastran las células muertas.

Después de exfoliar toca hidratar y nutrir. Ya no tenemos las células muertas por lo que la hidratación va directamente a las capas de la epidermis que más lo necesitan. Cremas, emulsiones y aceites sirven para nutrir e hidratar.
La exfoliación se hace una o dos veces al mes y la hidratación es diaria, tantas veces como se necesite.

A nosotros lo que más nos gusta aconsejar en estos casos de picor son los aceites, por su elevado poder de nutrición y regeneración. Para que el aceite se absorba con rapidez y no nos manchemos la ropa, conviene aplicarlo directamente sobre la piel, tras lo cual habría que extender una crema hidratante que emulsiona con el aceite y así se evitan las temidas manchas.

Si sois de los que vais con prisa a la hora de vestiros, hay otra opción. Mezclar una parte de crema hidratante con otra de aceite corporal y extenderla sobre la piel.

Ahí van una serie de recomendaciones sobre aceites que nos gustan:

Aceite de Caléndula, aceite de Rosa Mosqueta, aceite de Almendras, aceite de Jojoba y aceite de Monoi.

Sobre este último comentaros que tiene un elevado poder regenerante y calmante. En la farmacia lo aconsejamos para pieles con dermatitis atópica porque cicatriza muy bien los eccemas y calma el picor. Este aceite, por su pureza, en invierno está solido y en verano se licua. Mezclado con cualquier crema le aporta un olor extra a verano que a nosotros nos encanta.

¡Esperamos que estos consejos os sean de utilidad!



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