Me gusta la luz de este mes, la agradable temperatura que aún nos permite realizar actividades al aire libre y estirar un poco las actividades veraniegas.
Es agradable volver a tener horarios, a dejar atrás las horas de calor, a retomar nuestras actividades cotidianas o a comenzar nuevos proyectos.
Me gusta observar como la ciudad va retomando el ritmo después de un periodo de adormecimiento.
Es verdad que adaptarse de nuevo a la rutina da pereza, que abandonar la libertad de horarios y empezar a retomar actividades también.
Pero ese periodo de adaptación no dura mucho, en un par de semanas ya estamos adaptados y conectados con el día a día.
Pero si eres de los que les cuesta volver a la rutina, puedo dejarte unas pautas para minimizar el impacto que puedan causarte esta vuelta a la “normalidad”
- Intenta volver a la rutina poco a poco, Ve regularizando tus horarios, normalizando tus periodos de sueño y hábitos alimenticios, que con el verano se nos vuelven un poco locos.
- Organiza tus actividades, tanto en casa como en el trabajo como en el ocio. No intentes tenerlo todo perfectamente organizado el primer día. Establece prioridades,ordena tu calendario, programa tu trabajo.
- Intenta mantener alguna actividad de la época veraniega, aún el tiempo nos permite realizar muchas de ellas.
- Ten una actitud positiva, no te dejes vencer por la nostalgia de las vacaciones o por la pereza de volver a la rutina. Busca lo positivo de este tiempo y enfócate en ello.
- Si has planificado nuevos proyectos, empieza a darles forma y no te olvides de entre ellos incluir alguno o algunos exclusivamente para ti: Apuntarte a un gimnasio, empezar a meditar, hacer ejercicio, algún curso, y ¿porqué no? iniciar un proceso de coaching que te ayude a motivarte, a enfocarte en lo que de verdad quieres de la vida. No olvides tu crecimiento personal, emocional, laboral y lúdico.
- Y agradece. Agradece que puedes volver al trabajo porque tienes uno, que puedes retomar actividades porque estás vivo, que puedes hacer mil cosas porque tienes capacidades para ellas, busca la que te motive y te haga sentir bien.
Te invito a situarte ante tu realidad y preguntarte “¿Qué puedo hacer para estar mejor, para enfrentar el nuevo curso con ganas y energías? y ponte en marcha.