Un experto en esta área deportiva apela a un ejemplo clásico. Parte de levantador y de la medida de su fuerza y su técnica por cantidad de piedras acumuladas. Tomando un rango de cero a cien piedras. Dándole a cero la imposibilidad para realizar con su peso corporal una sentadilla. Y cien a la capacidad plena basada en su disposición genética.
Igualmente, se le otorga la misma escala de medición a la técnica y a la fuerza. A mayor número de piedras mayor capacidad para levantar peso. El ejemplo también sirve para suponer que entre más piedras de técnica o de fuerza se acumulen más habilidad se adquiere.
Explicando que las primeras veinte recogidas serían el avance entre la incapacidad de hacer sentadillas a hacerlas con 70 kilos. Dice el especialista que es fácil hacerlo y mantenerlo independientemente de la actividad o adiestramiento.
Que con cada piedra que se acumula es más difícil retenerlas, siendo las diez últimas las más dificultosas. Más aún dice que si se trata de un levantador que ha recolectado noventa piedras las últimas son las que más saturan. Esto muestra la dificultad común de dar saltos cualitativos en materia de aptitudes y destrezas físicas.
De nada sirven por separado la fuerza y la técnica
Supone que sí en algún momento se acumulan más piedras de fuerza o de técnica, el esfuerzo sería improductivo. Porque de nada sirve en una cargada de peso que se realice el mejor movimiento sino se posee la fuerza para ejecutar la carga. Y que de igual forma, se puede tener mucha fuerza pero con deficiente técnica, igual no se avanzaría.
Porque sin técnica no se realizarían sentadillas adecuadas para mejorar condiciones, ni optimizar el levantamiento de la barra. Sería mucho esfuerzo pero sin resultados positivos. Dice que para obtener resultados medallistas o competitivos en halterofilia se necesita por igual fuerza y técnica.
Un buen entrenamiento busca el equilibrio entre fuerza y técnica
Para alcanzar metas y levantar pesos mayores, se amerita igualmente de un alto nivel tanto de fuerza como de técnica. Porque la inestabilidad o la falta de alguna de estas condiciones físicas limita el desempeño. Además, representa que el deportista solo se limite a un único punto de vista y su entrenamiento sea ineficiente.
En ese sentido, es muy importante tener un equilibrio entre fuerza y técnica. Para que sea más fácil y rápido beneficiarse de los entrenamientos y para alcanzar más rendimiento. Por lo que todas las personas que entrenan deben enfocarse en adquirir la condición que más le falte.
Para poder aumentar sus capacidades, se debe dar prioridad a trabajar al máximo para alcanzar niveles altos. Tanto de fuerza, como de técnica y tratar que ninguna de las dos se retrase en su aumento.
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