Y si no obsérvate: ¿no enciendes la tele nada más llegar a casa? ¿No pones la radio en cuanto entras en el coche? si sales a hacer ejercicio ¿no te llevas tu música favorita?
Y luego están nuestros ruidos internos.
Esos pensamientos que nos invaden a veces sin que nosotros seamos conscientes de que están ahí, que aparecen, se van, pasan de uno a otro y que la mayoría de las veces no somos capaces de identificar.
O los sentimientos que provocan esa actividad mental descontrolada: miedos, inseguridades, enfados, rabia, incluso alegría y tranquilidad. Pero como un caballo desbocado, sin control por nuestra parte, y en ese descontrol emocional aparecen tensiones, estres, enfermedades…
ES NECESARIO ARMONIZAR TODO ESE MAREMAGNUN
¿ Y cómo?
CON EL SILENCIO.
El silencio nos permite conectar con nosotros mismos, observarnos y tomar el control de nuestras emociones y pensamientos.
Nos ayuda a despejar nuestra mente y encontrar respuestas y soluciones. Porque el silencio habla.
Nos proporciona calma y tranquilidad.
Nos permite estar conectado con la vida de una forma consciente y plena.
Mejora la creatividad y el estado de ánimo.
No te quepa duda. El silencio transforma.
Te invito a buscar el silencio, a trabajarlo, a hacerle sitio en tu cotidianidad.
Te propongo que te sumerjas en él unos minutos al día. Busca un tiempo en el que estés tranquilo, simplemente centrado en tu respiración, verás las maravillas que ocurren en tu cuerpo y en tu mente.
Si eres constante , lograrás llegar a un estado profundo de paz interior y conseguirás armonía en tu mente y en tu cuerpo.