Imagen Vía: physiocare.wordpress.com
En los últimos años ha habido un aumento en los gadgets tecnológicos que han ampliado el ámbito de comunicación. Estos nuevos desarrollos consistentes han creado la opción para que cualquiera pueda trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento. Con estos avances (y no “casualmente”) también van un aumento las lesiones por esfuerzo repetitivo sufridas en el cuello y las extremidades superiores. En la web columnavertebral.net puedes ver algunas de las causas del dolor de cuello y su tratamiento.
Las personas que sufren de este tipo de lesiones pueden aparecer con quejas que pueden incluir:
entumecimiento,
hormigueo,
ardor,
dolor
sensaciones de alfileres y agujas en una o más de las siguientes áreas: los hombros, deltoides, bíceps, tríceps, antebrazos, muñecas, palmas, pulgares, toda la mano o cualquiera de los dedos.
A menudo las sensaciones que un individuo está experimentando pueden estar relacionadas con su columna vertebral/área cervical. Es esencial para el diagnóstico de estas condiciones localizar el origen del dolor, en vez de la zona a donde derivan. El problema surge cuando los diagnósticos y los tratamientos se dirigen a la zona de la queja en vez del área real de la lesión.
Si vemos claramente en la anatomía del cuerpo, nos encontraremos con que los nervios se originan en la médula espinal y viajan a sus respectivos destinos. Los nervios pueden quedar “atrapados” o bloqueados en muchas estructuras diferentes que pasan a lo largo del camino.
Caso de Estudio: Relación entre el Dolor de Extremidades y la Lesión de Cuello
Para explicar mejor esto voy a utilizar un caso de estudio:
Raquel, una abogada de 30 años de edad, entró en la oficina de quejas de dolor, y había sido diagnosticada previamente como “el síndrome del túnel carpiano“. Explicó que su dolor se localizaba en la parte “carnosa” de su pulgar y se extendía hasta la yema de los dedos. Se sentía como un cosquilleo que a veces se intensificaba a una sensación de ardor. Esta paciente había estado sufriendo durante 10 semanas y a pesar de sus esfuerzos, el dolor había ido progresando, aumentando en frecuencia y duración. El dolor iba y venía durante todo el día sin relación con ninguna actividad específica de que ella fuera consciente.
Después de una visita con su médico, a Raquel se le recetó inicialmente usar un soporte en la noche. Se le dijo que cambiara de posición del teclado y que tomara un antiinflamatorio para ayudar a aliviar el dolor. Después de seguir esta rutina durante dos semanas sin ninguna mejora, se le prescribió fisioterapia y dijo que podía ser una candidata para la cirugía. Después de cuatro semanas de terapia física Raquel aún tenía el dolor en la misma intensidad.
El miedo a la cirugía, le llevo a buscar nuevas alternativas.
Un historial médico y estilo de vida a fondo reveló una correlación entre las sensaciones y las actividades que causaban el dolor. El dolor de Raquel llegó a su máximo mientras ella estaba en su portátil y revisaba el correo electrónico en su móvil. Ambas actividades requerían mirar hacia abajo por largos períodos.
Después de un examen físico adecuado del cuello y las extremidades superiores, se utilizó ART (Active Release Technique) para liberar los músculos del cuello y el hombro. A los pocos minutos después de su tratamiento, Raquel notó un cambio significativo en los niveles de dolor.
El estrés repetitivo que Raquel estaba poniendo sobre el cuello creaba tensión en los músculos. Después de un ciclo de tres semanas de tratamiento, algunos cambios ergonómicos en el trabajo, y el cuello de Raquel ha quedado libre de dolor desde entonces.
Con todas las horas que pasamos sentados en nuestros escritorios, usando nuestros ordenadores y/o gadgets de mano, ponemos una gran cantidad de tensión en los músculos de nuestro cuerpo superior. Con el tiempo, estas tensiones pueden crear lo que algunos llaman “puntos gatillo”, “nudos” o “adhesiones” en los músculos, tendones, ligamentos y fascias del cuello.
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