Hoy quiero dedicar este espacio a hablar sobre un tema en el que, hoy en día, hay muchas opiniones variadas al respecto y, de paso, dejar constancia de lo que yo opino. Quiero hablar sobre las relaciones, tanto amorosas como amistosas o familiares, a día de hoy y hacer una comparación de las principales diferencias de éstas con antaño. Antes de nada, evitando así que alguien se pueda sentir ofendido con esta entrada, aclarar que mi opinión (cuando hablo de relaciones amorosas) se centra solamente en relaciones estables y duraderas. No tengo nada en contra de las relaciones liberales (aunque no son de mi gusto) siempre y cuando las cosas estén claras por ambas partes y esto no perjudique a terceros inocentes.
Crear relaciones es una manera de mantener nuestra mente sana y, por ende, nuestro cuerpo.
Está claro que construir relaciones en nuestra vida, sean del tipo que sean, es beneficioso para desarrollar nuestra mente y, por defecto, tener una salud mental buena. Lo que se debe aprender es "cómo construir dichas relaciones" Aquí es justo donde yo quería llegar, debido a que hoy en día se hace de una forma bastante incorrecta.
Actualmente vivimos en un mundo donde se confunde relaciones con intereses o, incluso, llegan a pasar al terreno de los caprichos personales de cada uno. Aparte, se le suele dar mucha más importancia a aspectos de una persona claramente banales que a cómo es esa persona en sí. De esta manera, las relaciones que se suelen construir a día de hoy, suelen ser desastrosas por, al menos, unas tres razones obvias:
1. No nos paramos a pensar y, posteriormente, buscar una persona que realmente nos llene o nos entienda y nos dejamos guiar por "apariencias".
2. Queremos adelantar momentos que requieren un tiempo mínimo para producirse y solemos confundir sentimientos o, simplemente, "soltarlos" a la ligera. Es decir, tendemos a apresurar las relaciones sin conocer ni tratar lo suficiente a la otra persona.
3. Damos importancia (normalmente por inmadurez que refleja egoísmo o superficialidad) a aspectos que, en un futuro, no nos van a beneficiar en una relación sólida y seria. Aquí añadimos el aspecto físico*, que es variable y, además, no dura toda la vida y aspectos materiales que pueda poseer la persona con la que nos relacionemos: dinero, fama, contactos... etc.
*Debo aclarar: el aspecto físico es algo relativamente importante dentro de una relación pero nunca supera en importancia a las miles de cualidades que ha de tener una persona para que esa relación sea exitosa (dependiendo de lo que busque cada uno, claro está): gustos, carácter, personalidad, humor... etc. Esto hace que el aspecto físico sea solo un medio de atracción y no una cualidad indispensable. Pensemos que el físico de una persona es algo que cambia con facilidad y, además, va desapareciendo conforme los años avancen.
Además, tenemos un "enemigo" que disminuye bastante nuestra capacidad de atención ante otros seres: la tecnología. Hemos avanzado mucho en pocos años y cada vez tenemos más conexión con el mundo en red que con la vida real. La tecnología es algo útil e indispensable para nuestro día a día siempre y cuando su uso sea moderado o justificado. Si hacemos un uso excesivo de ésta nos puede llegar a absorber o "atontar" a límites insospechados. Por poner unos simples ejemplos: ¿cuantas veces habéis ido por la calle y tropezado con una persona que estaba más pendiente de la pantalla de su "smartphone" que de sus pasos? o ¿cuantas veces habéis estado con un amigo/a, familiar o, incluso, vuestra pareja y le prestaba más atención a "ese cacharrito" (sea ordenador, videoconsola, "tablet" o teléfono) que a vuestras palabras? Es más, seguro que alguno/a de vosotros/as sabe de alguna pareja que ha roto por la típica conversación en "Whatsapp" o chat de cualquier red social donde habían palabras subidas de tono con terceras personas o, incluso, otra relación a punto de establecerse (lo que hace que la tentación del engaño sea muchísimo más fuerte que en otros tiempos) Son situaciones que están a la orden del día y que se van produciendo con más frecuencia gracias a este factor.
Ahora bien, ¿es cierto que la calidad de las relaciones ha disminuido por el egoísmo, "pasotismo" o vagancia y superficialidad de la gente o simplemente el amor es "un patrón de conducta" con el cual, en tiempos pasados, nos han obligado a vivir por costumbres de esa época?
Hoy en día existe gente que "cree" que el amor es una costumbre o una ilusión que se ha impuesto por las tradiciones que ha habido antaño debido al ideal (potencialmente religioso) de contraer matrimonio y procrear lo máximo posible teniendo, así, descendencia para continuar con el linaje familiar. Realmente veo esta opinión bastante absurda pero, evidentemente, la respeto. Mas no la comparto en absoluto porque siento como que es la perfecta escusa para cruzarse de brazos (que parece que este acto es "costumbre universal" del ser humano), echarle la culpa a las tradiciones, no mover ni un dedo para predicar con el ejemplo del ideal que se desea al hablar sobre amor y seguir con la idea sencilla del libertinaje (que no libertad) que tenemos a día de hoy, todo por no esforzarse ni un mínimo por los demás y, muchas veces, cayendo muy pero que muy bajo. También es más sencillo encontrar una persona que te aporte experiencias sexuales (incluso que te pague por ellas) o diversión esporádica que una persona en la que puedas confiar. Esto, sencillamente, es una tremenda vergüenza.
Por otra parte pienso que, antiguamente, al estar libres de tecnologías y distracciones, de prisas, de "caos" (y, por defecto, de estrés) estaban más dispuestos e interesados a pasar el tiempo con sus más allegados y a conocer o relacionarse con nuevas personas. Esto hacía (y en muchos casos aún hace) sus relaciones mucho más sólidas y fuertes puesto que se tomaban las cosas con más calma y sabían apreciar las pequeñas cosas de la vida debido a que les costaba más esfuerzo conseguir sus metas al no dejárselas en bandeja como suele pasar actualmente en este ámbito.
Dedicarle tiempo a una persona conlleva muchas responsabilidades (aunque no lo parezca) y esfuerzo por parte de uno mismo. Además se necesita de cualidades como la tolerancia, honestidad, comunicación, el no poseer egocentrismo desmesurado o la capacidad de lucha ante adversidades para que una relación salga a flote de los miles de inconvenientes que pueden surgir. Esto, en estos días en los que vivimos, es mucho tiempo para invertir en una única persona que, además, no es uno mismo y, al vivir en un mundo ególatra por excelencia (estoy generalizando), es demasiado esfuerzo. Eso sí, las personas con dicho pensamiento egoísta suelen querer todo (lo mencionado) de la otra parte sin mover ni un dedo.
Precisamente, como es muy difícil y trabajoso dedicar esfuerzo a los demás, es por lo que desisten y acaban conformándose con tener "lo mejor" (en mi opinión no lo es) de una relación: el sexo.
Nos hemos acostumbrado a pedir demasiado dando muy poco o nada, a no saber lo que queremos realmente y, por ende, a estancarnos en una inmadurez permanente. Esto hace que hoy en día haya más parejas rotas o divorcios y sea mucho más difícil (para las personas que tenemos un mínimo de madurez o las ideas claras) establecer una relación sana, no solo amorosa, si no también amistosa.
Hasta aquí la entrada de hoy. Me encantaría saber qué opináis respecto a lo escrito y, para ello, agradecería que me comentaseis en este "post" vuestras opiniones. Que tengáis un buen comienzo del fin de semana. ¡Nos leemos en la próxima entrada!"Lo único que cae del cielo en esta vida es la lluvia... Lo demás hay que ganárselo"
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